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Tuesday 23 Apr 2024 | Actualizado a 12:17 PM

Brasil: Gran protesta en Belo Horizonte, Corte Suprema envía legislador a cárcel

Un grupo de manifestantes intentó derribar las barreras metálicas instaladas en uno de los accesos al estadio Mineirao y fue dispersado por la policía con gases lacrimógenos, según el sitio web G1.

/ 26 de junio de 2013 / 20:03

Unos 40.000 personas marchaban el miércoles hacia el estadio de Belo Horizonte durante la semifinal Brasil-Uruguay por la Copa Confederaciones en la más reciente protesta exigiendo duras penas contra los corruptos, justo cuando la Corte Suprema envía por primera vez a la cárcel a un legislador.

Un grupo de manifestantes intentó derribar las barreras metálicas instaladas en uno de los accesos al estadio Mineirao y fue dispersado por la policía con gases lacrimógenos, según el sitio web G1.

La policía de Belo Horizonte (sureste), que confirmó a la AFP la cifra de manifestantes, precisó que 14 personas fueron detenidas por llevar «material de depredación: máscaras antigases, palos, piedras y cuchillos».

Más temprano, manifestantes bloquearon cinco rutas e incendiaron un autobús en la periferia de Belo Horizonte, que con 5,5 millones de habitantes es la tercera metrópoli de Brasil. La policía desbloqueó luego las carreteras.

En Brasilia, la presidenta Dilma Rousseff recibió a los principales sindicatos, que mantienen un «día de lucha» el 11 de julio, en medio de la ola de protestas que agita al país desde hace dos semanas.

Tras históricas protestas callejeras en todo el país, las reivindicaciones de los manifestantes comienzan a ser escuchadas.

La Corte Suprema ordenó este miércoles prisión inmediata para el diputado Natan Donadon por desvío de fondos públicos, adoptando esta decisión por primera vez para un legislador en funciones desde que fue aprobada la Constitución de 1988.

El lunes, el Congreso rechazó masivamente la propuesta de enmienda constitucional PEC37, que limitaba el poder de la fiscalía para investigar delitos de desvíos de fondos públicos, y que según los manifestantes aumentaba la impunidad de los corruptos.

Tras años de bloqueo, la Cámara de Diputados aprobó destinar un 75% de las regalías del petróleo para educación y 25% para la salud. El proyecto deberá ser aprobado ahora por el Senado y hay tramos que pueden ser vetados por la presidenta, que quería el 100% para la educación.

Rousseff afina asimismo con el Congreso los detalles de un plebiscito para hacer una reforma política que debería entrar en vigencia para las elecciones presidenciales de octubre de 2014, sin recurrir por ahora a una Asamblea Constituyente por falta de tiempo.

Otras manifestaciones están previstas en ciudades como Brasilia, donde se prevé que marchen 40.000 personas.

Las manifestaciones en Brasil se iniciaron hace dos semanas contra el aumento del precio del transporte, en un contexto de inflación elevada y bajo crecimiento económico.

Luego fueron sumando reclamos por servicios públicos de mejor calidad, combate a políticos corruptos y contra los millonarios gastos estatales para el Mundial 2014 en vez de en salud, educación y transporte.

La policía prevé que la protesta en Belo Horizonte alcance proporciones «sin precedentes», indicó el coronel Marcio Sant’Ana.

El gobierno de Minas Gerais informó que 1.500 soldados apoyan a 5.700 policías, miembros de la Fuerza Nacional (fuerza de élite de la policía federal) y a unidades de bomberos que están en alerta por si la manifestación degenera, como ha sucedido en varios casos.

«Hemos instalado un cordón de seguridad para separar a los hinchas de los manifestantes, pero es posible que haya confrontaciones. Eso es inevitable y estamos preparados para problemas», dijo un portavoz militar a la AFP junto a las barreras metálicas instaladas alrededor del estadio Mineirao.

Unas 70.000 personas marcharon el sábado en Belo Horizonte durante el partido México-Japón. La protesta terminó con 37 heridos, incluidos cinco policías, y 22 detenidos tras saqueos, actos de vandalismo y agresiones.

La FIFA dijo estar confiada en que las autoridades garantizarán la seguridad del partido.

«Día de lucha»

Las cinco mayores centrales sindicales de Brasil convocaron por primera vez en más de 10 años a una movilización conjunta el 11 de julio.

«Estaba marcada y se mantiene, se lo reafirmamos a la presidenta», dijo a la AFP la vicepresidenta de la Central Unica de Trabajadores (CUT, 37% de representación y afín al gobierno), Carmen Foro, tras reunirse con Rousseff.

«No es una huelga general pero habrá actos, movilizaciones en todo Brasil y también paralizaciones simbólicas», precisó.

Las centrales, que han sido excluidas de las protestas por los manifestantes que no aceptan banderas de partidos ni de sindicatos, pretenden con su movilización sumarse a «la voz del pueblo», y poner sobre la mesa su paquete de reivindicaciones.

La policía se preparaba para una gran manifestación la tarde del miércoles en Brasilia en la gran explanada donde están los edificios del gobierno, la presidencia, el Congreso y los ministerios.

Para evitar actos de vandalismo fueron previstas estrictas medidas de seguridad. Unos 4.000 policías vigilarán las protestas y 400 policías revisarán mochilas y bolsas, según la secretaría de Seguridad.

Las últimas grandes manifestaciones, el jueves pasado, reunieron más de un millón de personas en todo el país.

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Brasil: Gran protesta en Belo Horizonte, Corte Suprema envía legislador a cárcel

Un grupo de manifestantes intentó derribar las barreras metálicas instaladas en uno de los accesos al estadio Mineirao y fue dispersado por la policía con gases lacrimógenos, según el sitio web G1.

/ 26 de junio de 2013 / 20:03

Unos 40.000 personas marchaban el miércoles hacia el estadio de Belo Horizonte durante la semifinal Brasil-Uruguay por la Copa Confederaciones en la más reciente protesta exigiendo duras penas contra los corruptos, justo cuando la Corte Suprema envía por primera vez a la cárcel a un legislador.

Un grupo de manifestantes intentó derribar las barreras metálicas instaladas en uno de los accesos al estadio Mineirao y fue dispersado por la policía con gases lacrimógenos, según el sitio web G1.

La policía de Belo Horizonte (sureste), que confirmó a la AFP la cifra de manifestantes, precisó que 14 personas fueron detenidas por llevar «material de depredación: máscaras antigases, palos, piedras y cuchillos».

Más temprano, manifestantes bloquearon cinco rutas e incendiaron un autobús en la periferia de Belo Horizonte, que con 5,5 millones de habitantes es la tercera metrópoli de Brasil. La policía desbloqueó luego las carreteras.

En Brasilia, la presidenta Dilma Rousseff recibió a los principales sindicatos, que mantienen un «día de lucha» el 11 de julio, en medio de la ola de protestas que agita al país desde hace dos semanas.

Tras históricas protestas callejeras en todo el país, las reivindicaciones de los manifestantes comienzan a ser escuchadas.

La Corte Suprema ordenó este miércoles prisión inmediata para el diputado Natan Donadon por desvío de fondos públicos, adoptando esta decisión por primera vez para un legislador en funciones desde que fue aprobada la Constitución de 1988.

El lunes, el Congreso rechazó masivamente la propuesta de enmienda constitucional PEC37, que limitaba el poder de la fiscalía para investigar delitos de desvíos de fondos públicos, y que según los manifestantes aumentaba la impunidad de los corruptos.

Tras años de bloqueo, la Cámara de Diputados aprobó destinar un 75% de las regalías del petróleo para educación y 25% para la salud. El proyecto deberá ser aprobado ahora por el Senado y hay tramos que pueden ser vetados por la presidenta, que quería el 100% para la educación.

Rousseff afina asimismo con el Congreso los detalles de un plebiscito para hacer una reforma política que debería entrar en vigencia para las elecciones presidenciales de octubre de 2014, sin recurrir por ahora a una Asamblea Constituyente por falta de tiempo.

Otras manifestaciones están previstas en ciudades como Brasilia, donde se prevé que marchen 40.000 personas.

Las manifestaciones en Brasil se iniciaron hace dos semanas contra el aumento del precio del transporte, en un contexto de inflación elevada y bajo crecimiento económico.

Luego fueron sumando reclamos por servicios públicos de mejor calidad, combate a políticos corruptos y contra los millonarios gastos estatales para el Mundial 2014 en vez de en salud, educación y transporte.

La policía prevé que la protesta en Belo Horizonte alcance proporciones «sin precedentes», indicó el coronel Marcio Sant’Ana.

El gobierno de Minas Gerais informó que 1.500 soldados apoyan a 5.700 policías, miembros de la Fuerza Nacional (fuerza de élite de la policía federal) y a unidades de bomberos que están en alerta por si la manifestación degenera, como ha sucedido en varios casos.

«Hemos instalado un cordón de seguridad para separar a los hinchas de los manifestantes, pero es posible que haya confrontaciones. Eso es inevitable y estamos preparados para problemas», dijo un portavoz militar a la AFP junto a las barreras metálicas instaladas alrededor del estadio Mineirao.

Unas 70.000 personas marcharon el sábado en Belo Horizonte durante el partido México-Japón. La protesta terminó con 37 heridos, incluidos cinco policías, y 22 detenidos tras saqueos, actos de vandalismo y agresiones.

La FIFA dijo estar confiada en que las autoridades garantizarán la seguridad del partido.

«Día de lucha»

Las cinco mayores centrales sindicales de Brasil convocaron por primera vez en más de 10 años a una movilización conjunta el 11 de julio.

«Estaba marcada y se mantiene, se lo reafirmamos a la presidenta», dijo a la AFP la vicepresidenta de la Central Unica de Trabajadores (CUT, 37% de representación y afín al gobierno), Carmen Foro, tras reunirse con Rousseff.

«No es una huelga general pero habrá actos, movilizaciones en todo Brasil y también paralizaciones simbólicas», precisó.

Las centrales, que han sido excluidas de las protestas por los manifestantes que no aceptan banderas de partidos ni de sindicatos, pretenden con su movilización sumarse a «la voz del pueblo», y poner sobre la mesa su paquete de reivindicaciones.

La policía se preparaba para una gran manifestación la tarde del miércoles en Brasilia en la gran explanada donde están los edificios del gobierno, la presidencia, el Congreso y los ministerios.

Para evitar actos de vandalismo fueron previstas estrictas medidas de seguridad. Unos 4.000 policías vigilarán las protestas y 400 policías revisarán mochilas y bolsas, según la secretaría de Seguridad.

Las últimas grandes manifestaciones, el jueves pasado, reunieron más de un millón de personas en todo el país.

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