Interés político evita que EEUU condene golpe militar en Egipto
Análisis. Los militares son los principales aliados de Barack Obama en Oriente Medio
Debido a sus intereses en la región, el golpe de Estado en Egipto dejó a EEUU y a la Unión Europea tratando de encontrar cómo responder ante la decisión de un aliado (los militares egipcios) de destituir a un gobernante democráticamente elegido.
Tras guardar el miércoles lo que muchos describieron como “un sospechoso silencio”, el presidente de EEUU, Barack Obama, hizo una declaración el jueves en la que expresó su “profunda preocupación” por las acciones de los militares, pero nunca utilizó la palabra golpe, de acuerdo con la BBC.
Obama, precisó EFE, pidió a los militares que derrocaron al mandatario electo Mohamed Mursi que devuelvan la autoridad “a un gobierno civil elegido democráticamente” tan pronto como sea posible y ordenó revisar la ayuda que Washington otorga a Egipto. Por ley el Gobierno de EEUU está obligado a suspender la ayuda a un país cuyo líder haya salido de un golpe de Estado.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, se mostró igualmente cauteloso cuando dijo que los hechos en Egipto habían sido “una intervención militar en un sistema democrático”, pero agregó que ésta “fue una intervención popular”.
situación. Los hechos han dejado a Obama y a sus aliados europeos en una encrucijada. Por un lado están los esfuerzos en los que están involucrados para promover la democracia en el Medio Oriente, del otro lado están los $us 1.500 millones de ayuda que Washington envía cada año a Egipto, el 86,6% de ese monto ($us 1.300 millones) destinado a las Fuerzas Armadas.
Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso, Estados Unidos ha otorgado a Egipto desde 1948 $us 72.000 millones de ayuda, $us 42.000 millones de éstos para los militares, agrega la BBC. Desde 1979, calcula, Egipto ha sido el segundo mayor receptor de cooperación bilateral de Estados Unidos, después de Israel.
Tal como señala el autor del informe, Jeremy Sharp, “los hacedores de política estadounidense rutinariamente han justificado la ayuda a Egipto como una inversión en la estabilidad regional, pero particularmente en asegurar la cooperación militar y en mantener el tratado de paz firmado en Camp David entre Egipto e Israel en 1979”.
El documento señala que “la administración y el Congreso tienen varios intereses en juego en Egipto, además de ciertas palancas de influencia”. Estos intereses incluyen mantener el acceso de la Armada estadounidense al Canal de Suez y el tratado de paz Israel-Egipto de 1979. En otras palabras, mantener la estabilidad en la región, afirma la BBC.
El informe del Congreso estadounidense menciona asimismo temores de que el (ahora depuesto) presidente Mursi, y su Hermandad Musulmana, “decidan no cooperar con EEUU en ciertos asuntos de seguridad y económicos” o que “su Gobierno actúe de forma no democrática, o que sea más beligerante con Israel, o limite su cooperación con Estados Unidos en asuntos vinculados a inteligencia y terrorismo”.
Ante estos temores, agrega el documento, “algunos legisladores y ciudadanos estadounidenses están preocupados porque la continua ayuda militar de Estados Unidos y sus ventas de armas (a Egipto que) algún día puedan ser utilizadas por un gobierno y un ejército que estén controlados por fuerzas islámicas hostiles a los intereses de seguridad nacional de EEUU y a la paz con Israel”.
Para este efecto, el Congreso exigió en 2012, cuando Mursi asumió el poder, la aprobación de una provisión que especificaba que “no deben otorgarse fondos a Egipto hasta que el Secretario de Estado certifique que Egipto apoya la transición a un gobierno civil, incluida la participación en elecciones libres y justas, y la implementación de políticas para proteger la libertad de expresión, asociación y religión ,y las garantías del derecho a un juicio justo”.
En efecto, esto significa que si Estados Unidos declara que la destitución de Mursi fue “un golpe”, la legislación exige suspender los $us 1.500 millones que le envía a El Cairo cada año. Una etiqueta de “golpe de Estado”, además, no sería una buena tarjeta de presentación para los esfuerzos de Obama para promover la democracia en Medio Oriente, sostiene el informe de la BBC.
Por eso, la expresión se ha convertido en tabú entre quienes apoyaron al Ejército, sin duda, una mayoría de los egipcios y varios países, según la agencia EFE.
El deterioro económico hundió al expresidente
Mohamed Mursi fracasó a la hora de iniciar una urgente reforma nacional
El País
Muchas y muy variadas son las razones que cada detractor de Mohamed Mursi ofrece como explicación para las concentraciones masivas que iniciaron el proceso que acabó con su mandato de un año, desde la aprobación de una Constitución de corte islamista hasta la incapacidad de garantizar la seguridad ciudadana en las calles.
Hay algo, sin embargo, con lo que la inmensa mayoría coincide: el maltrecho estado de la economía. El creciente desempleo, la carestía de bienes básicos como la gasolina, los constantes apagones y la desaparición del turismo han sido todas razones de peso para fomentar el malestar social que han llevado a millones de personas a manifestarse en las calles.
Meses atrás, países como Catar mantuvieron la economía egipcia a flote, con préstamos al Banco Central del país. Gracias a ello, Mursi evitó por un tiempo implementar medidas impopulares, como subir impuestos o acabar con los subsidios a la gasolina. El FMI le exigió que acometiera esas reformas económicas y optara por medidas de austeridad, como condición para concederle un anhelado crédito de $us 4.800 millones. Mursi fracasó a la hora de iniciar una recuperación nacional.