Las dos Coreas se reúnen por sexta vez para tratar de reabrir Kaesong
En las cinco últimas reuniones, celebradas los pasados días 6, 10, 15, 17 y 22 de julio, Norte y Sur no lograron superar sus diferencias, por lo que hasta ahora no se han observado avances tangibles.
Corea del Norte y Corea del Sur iniciaron hoy su sexto encuentro de este mes para negociar la apertura del complejo industrial conjunto de Kaesong, único proyecto vigente entre ambos países hasta su paralización el pasado abril.
La reunión de hoy entre los representantes de ambos lados comenzó por la mañana en la ciudad fronteriza norcoreana de Kaesong, según detalló a Efe una portavoz del Ministerio de Unificación.
Por el momento se desconoce el número de rondas de contacto que ambas delegaciones llevarán a cabo durante el día y la hora a la que finalizarán, ya que tales factores dependerán del progreso en las conversaciones.
En las cinco últimas reuniones, celebradas los pasados días 6, 10, 15, 17 y 22 de julio, Norte y Sur no lograron superar sus diferencias, por lo que hasta ahora no se han observado avances tangibles.
En todos los encuentros, Corea del Norte ha solicitado normalizar cuanto antes y sin condiciones la situación del complejo, mientras el Sur le exige activar mecanismos de salvaguarda que eviten que lo vuelva a cerrar unilateralmente y que garanticen su funcionamiento al margen de la situación política y diplomática.
Seúl también ha propuesto internacionalizar el polígono industrial para abrirlo a la inversión extranjera, con el fin de que ofrezca mayores garantías a las empresas que operen allí.
El complejo industrial intercoreano había operado con normalidad durante ocho años hasta que el pasado 9 de abril, en plena etapa de tensión entre las dos Coreas, Pyongyang retiró a todos sus obreros del polígono y provocó con ello su clausura.
Hasta el cierre de Kaesong, 123 empresas de Corea del Sur fabricaban allí productos con la mano de obra de unos 54.000 trabajadores norcoreanos, gracias a un acuerdo alcanzado durante la etapa de buenas relaciones que ambos vecinos vivieron a principios de la pasada década.
Este parque industrial aportaba beneficios a las firmas sureñas al contar con mano de obra muy barata -sueldos medios de unos 130 dólares al mes- y suponía una importante fuente de divisas para el Norte, cuyo Gobierno se apodera de una parte importante de las remuneraciones de los obreros.