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Pinochet dispuso de armas químicas para la represión

El exdictador chileno Augusto Pinochet dispuso en su régimen (1973-1990) de armas químicas capaces de eliminar a miles de personas como toxinas botulínicas, que se cree utilizó para reprimir a la oposición.

La botulina es una neurotoxina elaborada que provoca parálisis muscular progresiva y que como arma de destrucción masiva está prohibida por las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre Armas Químicas.

La existencia de estas toxinas fue revelada ayer por la exdirectora del Instituto de Salud Pública (ISP) Ingrid Heitmann, quien aseguró que la sustancia estuvo en secreto por 27 años en un subterráneo del edificio de ese organismo junto al Estadio Nacional de Santiago, y fue descubierto e incinerado en 2008 sin informar a la Justicia ni a la presidenta Michelle Bachelet, por entonces jefa de Estado, según informó la agencia Telam.

Estas revelaciones conmocionaron a la sociedad chilena, en especial a Bachelet, quien exigió al Ejército que dé la información necesaria sobre el caso a la Justicia.

Investigaciones judiciales ligadas al envenenamiento de presos políticos detectaron documentos que corroboraron el ingreso de las toxinas desde Brasil. Además, diversos juicios por violaciones a los derechos humanos recogen de hecho testimonios y evidencias de que los equipos represivos utilizaron toxina botulínica, gas sarín y talio, de acuerdo con el informe de Telam.

Estimaciones oficiales señalaron que durante la dictadura pinochetista fueron asesinados, secuestrados y torturados al menos unos 30.000 opositores.