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India celebra la horca contra los autores de la violación que indignó al país

El juez Yogesh Khanna pronunció la sentencia a primera hora de la tarde en una sala especial del tribunal del sur de Nueva Delhi en el que desde principios de año se ha instruido la causa.

/ 13 de septiembre de 2013 / 13:20

Nueve meses después del crimen, la Justicia india cerró hoy la herida abierta por la violación mortal a una joven estudiante que conmocionó al país, con condena a muerte contra los cuatro acusados en medio de un gran fervor popular.

El juez Yogesh Khanna pronunció la sentencia a primera hora de la tarde en una sala especial del tribunal del sur de Nueva Delhi en el que desde principios de año se ha instruido la causa.

El magistrado justificó la máxima condena en virtud de que la violación mortal se enmarca en la categoría de «caso extraordinario entre los extraordinarios», que se adjudica en el gigante asiático a crímenes de especial virulencia y alevosía.

«Este caso es sin lugar a dudas extraordinario entre los extraordinarios y exige un ejemplar castigo con la muerte. En estos tiempos en los que el crimen contra las mujeres está en aumento, los tribunales no pueden cerrar los ojos», dijo Khanna.

Uno de los convictos, el monitor de gimnasio Vinay Sharma, rompió a llorar tras escuchar la sentencia, que fue acogida entre vítores y aplausos tanto dentro como fuera del tribunal, en torno al cual se dispuso un fuerte dispositivo de seguridad.

«Estamos muy felices. Se ha hecho justicia», se congratuló el padre de la víctima instantes después del fallo.

«Finalmente puedo respirar, me siento aliviado y encuentro la paz. Han recibido el castigo que realmente se merecen», agregó más tarde en declaraciones a la cadena privada NDTV.

La defensa, que había abogado por la cadena perpetua, se mostró decepcionada; el letrado A.P. Singh, que representa al condenado Akshay Thakur, gritó al juez que el veredicto «no es la victoria de la verdad, sino la derrota de la justicia».

Los acusados -Sharma, Thakur, el frutero Pawan Gupta y el desempleado Mukesh Singh- habían sido declarados culpables el pasado martes, con cargos de violación en grupo, ofensas antinaturales, destrucción de pruebas y asesinato, entre otros.

La joven víctima, una estudiante de fisioterapia de 23 años, regresaba a casa el pasado 16 de diciembre con un amigo tras ver una película en un cine de Nueva Delhi; la pareja subió a un autobús en el que ella fue violada y torturada por seis hombres.

La chica murió 13 días después en un hospital de Singapur a consecuencia de las graves heridas sufridas.

Un quinto implicado en el caso, el presunto cabecilla del grupo, que estaba siendo juzgado con los cuatro sentenciados hoy, se suicidó en marzo en la cárcel, según la versión de las autoridades.

Y el sexto, tachado por la Policía como el más violento, era menor de edad cuando ocurrieron los hechos y fue condenado hace dos semanas a tres años de reclusión en un correccional.

Esta condena, la máxima para menores en la India, dejó insatisfecha a gran parte de la sociedad del país asiático, que hoy celebró la pena capital para los adultos y volvió a lamentar el leve castigo contra el adolescente.

«Les han condenado con la pena de muerte. Deben hacerlo con todos los casos de violación y queremos que cuelguen al menor también para que la gente no tenga miedo», dijo a Efe en las afueras del tribunal la contable Jyoti Pal.

La agresión a la estudiante desató una ola de protestas multitudinarias en la India, y dio pie a un profundo debate sobre la discriminación y violencia que padecen las mujeres.

El país, que ha endurecido las penas contra los violadores, vive en un estado de psicosis desde aquel crimen por las continuas acusaciones de agresiones sexuales que han acaparado las portadas de la prensa local e internacional.

«Este país está en crisis por las violaciones y para tratar con esas situaciones necesitamos leyes y medidas duras, políticos fuertes que nos devuelvan a la normalidad», afirmó el trabajador Rajat Nagpal, que había acudido a las inmediaciones de la corte.

Pese al fervor generalizado que suscitó el veredicto, organizaciones como Amnistía Internacional (AI) criticaron que «el problema endémico de la violencia contra las mujeres» solo puede ser abordado con «amplias reformas institucionales».

«No hay pruebas de que la pena de muerte sea particularmente disuasoria frente al crimen y su uso no erradicará la violencia contra las mujeres en la India», denunció Tara Rao, directora de AI en el país asiático.

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Rescatan a una sobreviviente tras 16 días de la tragedia en Bangladesh

La mujer, identificada como Reshma, fue localizada entre los escombros, y los operarios, que estaban utilizando maquinaria pesada.

/ 10 de mayo de 2013 / 13:41

A 16 días del derrumbe de un complejo textil en Bangladesh, los equipos de rescate hallaron hoy a una mujer con vida entre las ruinas del inmueble, un rayo de luz en un siniestro que ha causado ya más de un millar de muertos.

La mujer, identificada como Reshma, fue localizada a media tarde entre los escombros, y los operarios, que estaban utilizando maquinaria pesada, pararon para rescatarla sin causarle daños, algo que consiguieron aproximadamente una hora después.

«Antes de romper un gran bloque lo anunciamos para comprobar si había alguien con vida y entonces escuchamos cómo alguien gritó», dijo un miembro de los servicios de rescate al diario «The Daily Star».

Reshma bebió agua e ingirió unas galletas antes de abandonar la «zona cero» y, según los medios locales, se encuentra actualmente en un estado de salud relativamente bueno a pesar del sufrimiento padecido en los últimos días.

Su hallazgo es casi un milagro pues las autoridades habían dado por perdida la esperanza de hallar supervivientes cinco días después del siniestro, que ocurrió el pasado 24 de abril en el suburbio industrial de Savar, junto a Dacca.

Según el último recuento facilitado hoy por el Ejército, 1.042 personas han fallecido ya en la peor tragedia industrial de la historia del país asiático.

Con el rescate de Reshma el número de heridos se ha situado en 2.438, muchos de los cuales continúan hospitalizados.

Las autoridades creen que las tareas de desescombro se prolongarán todavía una semana y que entre el amasijo de cables, cemento y metal se esconde un elevado número de cadáveres.

«Todavía quedan muchos cadáveres entre las ruinas. Hubo gente que marchó hacia las plantas bajas para intentar salir del edificio», explicó a Efe Udín Khandaker, un funcionario del Ministerio de Interior que dirige una investigación sobre el siniestro.

«En un plazo de una semana concluirán las labores de retirada de escombros, esperemos que antes del próximo viernes», afirmó.

Con cada día que pasa se complica un poco más la identificación de los cuerpos sin vida de las víctimas debido a su avanzado estado de descomposición.

Según el portal virtual Bdnews24, 712 cadáveres han sido entregados a sus familiares, pero varias decenas han tenido que ser enterrados sin identificar.

Las autoridades están realizando pruebas de ADN en algunos casos para reconocer los cuerpos, una misión que se ve facilitada cuando se hallan documentos acreditativos de identidad o teléfonos móviles de los fallecidos.

Por el derrumbe hay actualmente diez personas arrestadas, entre las que figuran el dueño del inmueble, cuatro propietarios de fábricas, ingenieros y expertos municipales.

«Están bajo custodia. Cuando concluya la investigación se presentarán cargos contra ellos. En principio, se les acusará al menos de causar muerte por negligencia en el trabajo, delito que está contemplado en el Código penal», explicó Khandaker.

Varias personas bajo orden de búsqueda y captura se hallan en paradero desconocido.

«En esta fase de la investigación estamos estudiando el tipo de materiales que se destinaron a la construcción del edificio, las licencias del terreno, etc.», agregó el funcionario de Interior.

El Gobierno bangladeshí ha cerrado en los últimos días 18 talleres por motivos de seguridad, aunque algunos de ellos han reabierto tras pasar controles.

La Asociación de Manufactureros y Exportadores de Artículos de Punto (BGMEA) también ha ordenado la clausura de ocho fábricas y ha pedido al resto informes técnicos que deben ser entregados antes de que concluya el presente mes.

En el último medio año se han registrado cuatro graves siniestros mortales en Bangladesh -tres incendios y un derrumbe- en fábricas del ramo.

El último de ellos es un incendio en la madrugada del jueves también en la capital que causó siete muertos y del que la BGMEA sospecha que se trata de un «sabotaje», según medios locales.

Las pesquisas apuntan a que el fuego se originó en la planta baja de la fábrica, supuestamente vacía de trabajadores, mientras que las víctimas -el dueño de la firma y a su vez director del BGMEA y un alto mando policial, entre ellas- estaban en la novena.

«La fábrica estaba cerrada. Todos los aparatos de aire acondicionado, ventiladores y máquinas estaban apagados. La posibilidad de que el fuego se iniciase con un cortocircuito es muy baja», dijo el presidente de la BGMEA, Atiqul Islam.

La industria textil representa el 78 % de las exportaciones de Bangladesh, unos 19.000 millones de dólares, según los últimos datos oficiales.

El sector cuenta con 5.400 fábricas y más de cuatro millones de trabajadores, la mayoría de ellos mujeres.

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Rescatan a una sobreviviente tras 16 días de la tragedia en Bangladesh

La mujer, identificada como Reshma, fue localizada entre los escombros, y los operarios, que estaban utilizando maquinaria pesada.

/ 10 de mayo de 2013 / 13:41

A 16 días del derrumbe de un complejo textil en Bangladesh, los equipos de rescate hallaron hoy a una mujer con vida entre las ruinas del inmueble, un rayo de luz en un siniestro que ha causado ya más de un millar de muertos.

La mujer, identificada como Reshma, fue localizada a media tarde entre los escombros, y los operarios, que estaban utilizando maquinaria pesada, pararon para rescatarla sin causarle daños, algo que consiguieron aproximadamente una hora después.

«Antes de romper un gran bloque lo anunciamos para comprobar si había alguien con vida y entonces escuchamos cómo alguien gritó», dijo un miembro de los servicios de rescate al diario «The Daily Star».

Reshma bebió agua e ingirió unas galletas antes de abandonar la «zona cero» y, según los medios locales, se encuentra actualmente en un estado de salud relativamente bueno a pesar del sufrimiento padecido en los últimos días.

Su hallazgo es casi un milagro pues las autoridades habían dado por perdida la esperanza de hallar supervivientes cinco días después del siniestro, que ocurrió el pasado 24 de abril en el suburbio industrial de Savar, junto a Dacca.

Según el último recuento facilitado hoy por el Ejército, 1.042 personas han fallecido ya en la peor tragedia industrial de la historia del país asiático.

Con el rescate de Reshma el número de heridos se ha situado en 2.438, muchos de los cuales continúan hospitalizados.

Las autoridades creen que las tareas de desescombro se prolongarán todavía una semana y que entre el amasijo de cables, cemento y metal se esconde un elevado número de cadáveres.

«Todavía quedan muchos cadáveres entre las ruinas. Hubo gente que marchó hacia las plantas bajas para intentar salir del edificio», explicó a Efe Udín Khandaker, un funcionario del Ministerio de Interior que dirige una investigación sobre el siniestro.

«En un plazo de una semana concluirán las labores de retirada de escombros, esperemos que antes del próximo viernes», afirmó.

Con cada día que pasa se complica un poco más la identificación de los cuerpos sin vida de las víctimas debido a su avanzado estado de descomposición.

Según el portal virtual Bdnews24, 712 cadáveres han sido entregados a sus familiares, pero varias decenas han tenido que ser enterrados sin identificar.

Las autoridades están realizando pruebas de ADN en algunos casos para reconocer los cuerpos, una misión que se ve facilitada cuando se hallan documentos acreditativos de identidad o teléfonos móviles de los fallecidos.

Por el derrumbe hay actualmente diez personas arrestadas, entre las que figuran el dueño del inmueble, cuatro propietarios de fábricas, ingenieros y expertos municipales.

«Están bajo custodia. Cuando concluya la investigación se presentarán cargos contra ellos. En principio, se les acusará al menos de causar muerte por negligencia en el trabajo, delito que está contemplado en el Código penal», explicó Khandaker.

Varias personas bajo orden de búsqueda y captura se hallan en paradero desconocido.

«En esta fase de la investigación estamos estudiando el tipo de materiales que se destinaron a la construcción del edificio, las licencias del terreno, etc.», agregó el funcionario de Interior.

El Gobierno bangladeshí ha cerrado en los últimos días 18 talleres por motivos de seguridad, aunque algunos de ellos han reabierto tras pasar controles.

La Asociación de Manufactureros y Exportadores de Artículos de Punto (BGMEA) también ha ordenado la clausura de ocho fábricas y ha pedido al resto informes técnicos que deben ser entregados antes de que concluya el presente mes.

En el último medio año se han registrado cuatro graves siniestros mortales en Bangladesh -tres incendios y un derrumbe- en fábricas del ramo.

El último de ellos es un incendio en la madrugada del jueves también en la capital que causó siete muertos y del que la BGMEA sospecha que se trata de un «sabotaje», según medios locales.

Las pesquisas apuntan a que el fuego se originó en la planta baja de la fábrica, supuestamente vacía de trabajadores, mientras que las víctimas -el dueño de la firma y a su vez director del BGMEA y un alto mando policial, entre ellas- estaban en la novena.

«La fábrica estaba cerrada. Todos los aparatos de aire acondicionado, ventiladores y máquinas estaban apagados. La posibilidad de que el fuego se iniciase con un cortocircuito es muy baja», dijo el presidente de la BGMEA, Atiqul Islam.

La industria textil representa el 78 % de las exportaciones de Bangladesh, unos 19.000 millones de dólares, según los últimos datos oficiales.

El sector cuenta con 5.400 fábricas y más de cuatro millones de trabajadores, la mayoría de ellos mujeres.

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