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India celebra la horca contra los autores de la violación que indignó al país

Nueve meses después del crimen, la Justicia india cerró hoy la herida abierta por la violación mortal a una joven estudiante que conmocionó al país, con condena a muerte contra los cuatro acusados en medio de un gran fervor popular.

El juez Yogesh Khanna pronunció la sentencia a primera hora de la tarde en una sala especial del tribunal del sur de Nueva Delhi en el que desde principios de año se ha instruido la causa.

El magistrado justificó la máxima condena en virtud de que la violación mortal se enmarca en la categoría de «caso extraordinario entre los extraordinarios», que se adjudica en el gigante asiático a crímenes de especial virulencia y alevosía.

«Este caso es sin lugar a dudas extraordinario entre los extraordinarios y exige un ejemplar castigo con la muerte. En estos tiempos en los que el crimen contra las mujeres está en aumento, los tribunales no pueden cerrar los ojos», dijo Khanna.

Uno de los convictos, el monitor de gimnasio Vinay Sharma, rompió a llorar tras escuchar la sentencia, que fue acogida entre vítores y aplausos tanto dentro como fuera del tribunal, en torno al cual se dispuso un fuerte dispositivo de seguridad.

«Estamos muy felices. Se ha hecho justicia», se congratuló el padre de la víctima instantes después del fallo.

«Finalmente puedo respirar, me siento aliviado y encuentro la paz. Han recibido el castigo que realmente se merecen», agregó más tarde en declaraciones a la cadena privada NDTV.

La defensa, que había abogado por la cadena perpetua, se mostró decepcionada; el letrado A.P. Singh, que representa al condenado Akshay Thakur, gritó al juez que el veredicto «no es la victoria de la verdad, sino la derrota de la justicia».

Los acusados -Sharma, Thakur, el frutero Pawan Gupta y el desempleado Mukesh Singh- habían sido declarados culpables el pasado martes, con cargos de violación en grupo, ofensas antinaturales, destrucción de pruebas y asesinato, entre otros.

La joven víctima, una estudiante de fisioterapia de 23 años, regresaba a casa el pasado 16 de diciembre con un amigo tras ver una película en un cine de Nueva Delhi; la pareja subió a un autobús en el que ella fue violada y torturada por seis hombres.

La chica murió 13 días después en un hospital de Singapur a consecuencia de las graves heridas sufridas.

Un quinto implicado en el caso, el presunto cabecilla del grupo, que estaba siendo juzgado con los cuatro sentenciados hoy, se suicidó en marzo en la cárcel, según la versión de las autoridades.

Y el sexto, tachado por la Policía como el más violento, era menor de edad cuando ocurrieron los hechos y fue condenado hace dos semanas a tres años de reclusión en un correccional.

Esta condena, la máxima para menores en la India, dejó insatisfecha a gran parte de la sociedad del país asiático, que hoy celebró la pena capital para los adultos y volvió a lamentar el leve castigo contra el adolescente.

«Les han condenado con la pena de muerte. Deben hacerlo con todos los casos de violación y queremos que cuelguen al menor también para que la gente no tenga miedo», dijo a Efe en las afueras del tribunal la contable Jyoti Pal.

La agresión a la estudiante desató una ola de protestas multitudinarias en la India, y dio pie a un profundo debate sobre la discriminación y violencia que padecen las mujeres.

El país, que ha endurecido las penas contra los violadores, vive en un estado de psicosis desde aquel crimen por las continuas acusaciones de agresiones sexuales que han acaparado las portadas de la prensa local e internacional.

«Este país está en crisis por las violaciones y para tratar con esas situaciones necesitamos leyes y medidas duras, políticos fuertes que nos devuelvan a la normalidad», afirmó el trabajador Rajat Nagpal, que había acudido a las inmediaciones de la corte.

Pese al fervor generalizado que suscitó el veredicto, organizaciones como Amnistía Internacional (AI) criticaron que «el problema endémico de la violencia contra las mujeres» solo puede ser abordado con «amplias reformas institucionales».

«No hay pruebas de que la pena de muerte sea particularmente disuasoria frente al crimen y su uso no erradicará la violencia contra las mujeres en la India», denunció Tara Rao, directora de AI en el país asiático.