Los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos dieron ayer luz verde a la reforma de sus cumbres anuales, que a partir de 2014 se celebrarán  cada dos años, y a la reestructuración de la Secretaría General Iberoamericana (Segib).

Los cambios han quedado plasmados en tres documentos: la Declaración de Panamá, un plan de acción y la resolución sobre la renovación de la Conferencia Iberoamericana.

Además, han sido aprobados 14 comunicados especiales, a propuesta de los países, entre ellos uno de respaldo a las negociaciones que el Gobierno de Colombia mantiene con la guerrilla de las FARC, incorporado a última hora.

Se aprobaron los habituales de respaldo a Argentina en su conflicto por la soberanía de las islas Malvinas con el Reino Unido, la demanda del levantamiento del embargo estadounidense a Cuba, otro de apoyo al uso del idioma español en los foros multilaterales, y varios más sobre el masticado de coca (readhesión), el derecho al agua o contra el terrorismo.

La Declaración de Panamá resume una serie de compromisos de los líderes en 33 puntos, en los que se parte de la “voluntad de profundizar la discusión sobre la proyección de la Conferencia Iberoamericana”.

El plan de acción incluye una serie de encargos dirigidos a la Segib para poner en marcha diversas iniciativas en los próximos meses, entre ellas la elaboración de una Agenda Digital Cultural para Iberoamérica y la creación de “un portal/plataforma virtual de enseñanza no formal, abierta y gratuita” en colaboración con las redes universitarias. Esta iniciativa será sometida a la aprobación de la próxima cumbre, que se celebrará en 2014 en Veracruz (México).

Este cónclave registró notables ausencias, además de la del rey Juan Carlos, 11 presidentes latinoamericanos no acudieron.