Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) comenzaron este jueves una cumbre dominada por las revelaciones de espionaje estadounidense que han dañado la confianza con sus socios europeos.

«La confianza debe restablecerse», dijo la canciller alemana, Angela Merkel, al llegar a Bruselas.

«A los amigos no se los espía. Se lo dije a (Barack) Obama en su visita a Berlín y se lo dije nuevamente por teléfono» el miércoles, dijo Merkel, cuyo teléfono habría sido pinchado por los servicios de espionaje estadounidenses.

«No se trata de mí en primer lugar, se trata de todos los ciudadanos. Necesitamos confianza entre socios y esta confianza se tiene que reconstruir», sostuvo.

La Casa Blanca se rehusó el jueves a decir si Estados Unidos había espiado en el pasado las comunicaciones de la canciller alemana.

Jay Carney, portavoz del ejecutivo estadounidense, afirmó que no comentaría «acusaciones específicas que han aparecido en informes públicos» sobre este tema, que han provocado una crisis diplomática con Berlín.

Washington también ha desmentido las informaciones de prensa sobre un espionaje masivo de las comunicaciones en Francia.

En un breve encuentro bilateral justo antes del comienzo de la cumbre, Merkel y el presidente francés François Hollande reafirmaron «el carácter inaceptable» de las escuchas estadounidenses, indicó una fuente francesa.

Ambos mandatario convinieron igualmente mantener «concertaciones regulares» franco-alemanas sobre el tema ya que estimaban estar en «la primera línea».

Esta semana revelaciones de prensa indicaron que Estados Unidos espió de manera masiva comunicaciones en Francia. Incluso embajadas francesas habrían estado bajo escuchas.

El tema es particularmente sensible en Alemania, aún traumatizada por el espionaje de la Stasi, la policía secreta en tiempos de la comunista República Democrática Alemana.

En alusión a esa época, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió este jueves que un país puede dirigirse hacia el «totalitarismo» cuando un «Estado utiliza su poder de manera intrusiva en la vida de la gente».

«Queremos la verdad», dijo el presidente del Consejo italiano, Enrico Letta, al llegar a la cumbre.

Italia fue espiada no sólo por los servicios estadounidenses sino también por los británicos, afirmó el periodista británico Glenn Greenwald, a quien el ex consultor de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) Edward Snowden, le habría entregado documentos confidenciales.

Según las revelaciones de Greenwald, publicadas en el semanario italiano L’Espresso, el espionaje se lleva a cabo con escuchas de datos transferidos por tres cables de fibra óptica submarinos que tienen terminales en Italia.

«El espionaje no es aceptable. No podemos tolerar que existan zonas de sombra o dudas», afirmó Letta.

«Los hechos son los hechos. No podemos aceptar, venga de quien venga, un espionaje sistemático. Se necesitan medidas, y no se pueden imaginar al nivel de un solo país, se necesitan medidas europeas (…) para que cese esta actitud», dijo por su parte al llegar a la cumbre el primer ministro belga, Elio Di Rupo, en cuyo país también se registraron casos de espionaje.

«Tenemos que pensar sobre ello. Qué tipo de acuerdos necesitamos, qué tipo de transparencia necesitamos», dijo Merkel.

Uno de los puntos que serán tratados en esta cumbre es la protección de datos personales. La Comisión Europea promueve una reforma de la legislación que rige en la materia, elaborado cuando Internet no alcanzaba a todos los ámbitos de la vida privada.

«Ahora ya no se trata sólo de hacer declaraciones, hay que actuar en las más altas esferas» europeas, dijo este jueves la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, pidiendo que que los europeos aprueben la reforma sobre la protección de datos para la «primavera 2014».

De momento, Europa no ha logrado una posición común sobre esta reforma, algunos consideran «difíciles» los cambios propuestos por la Comisión.

También algunos países miembros, como Gran Bretaña, estiman, según una fuente europea, que el espionaje es una tema «de seguridad nacional» y por lo tanto no tiene nada que ver con la protección de datos a nivel europeo.

«A nadie le gusta que le espíen, legal o ilegalmente. Si esto sucedió, ninguna legislación europea puede evitarlo», dijo el primer ministro finlandés, Jyrki Katainen, y añadió: «no sé qué es lo que se puede hacer a nivel europeo».

El malestar europeo quedó palpable con el voto en la Eurocámara del miércoles, que reclama la suspensión de un acuerdo sobre la transferencia de datos bancarios con Estados Unidos en el marco de la lucha contra el terrorismo.

El jefe del Partido Socialdemócrata alemán, Sigmar Gabriel, que negocia con Merkel una gran coalición, llegó incluso a poner en duda la continuidad de las negociaciones de libre intercambio con Estados Unidos.