Espionaje de EEUU pondrá a prueba unidad de líderes europeos que se reúnen en cumbre
Las revelaciones del miércoles en Alemania, de que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense habría practicado escuchas telefónicas ilegales a Angela Merkel, líder de la principal potencia europea, le dieron un interés inesperado al cónclave.
Las prácticas de espionaje de Estados Unidos, que habría llegado a «pinchar» el celular de la canciller alemana Angela Merkel, pondrán a prueba la unidad de los líderes de la Unión Europea (UE) en la cumbre que se inicia este jueves en Bruselas.
Merkel discutirá el tema en Bruselas en un encuentro bilateral con el presidente francés, François Hollande, cuyo país también se vio afectado, según revelaciones del diario Le Monde, por escuchas ilegales masivas llevadas a cabo por la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA).
«Este encuentro bilateral deseado por Merkel no fue organizado para ello, pero van a hablar evidentemente de eso para coordinar su reacción», indicó una fuente diplomática francesa.
Una fuente diplomática europea preveía hace unos días una reunión de puro «trámite», con gran disparidad de temas en la agenda, desde la economía digital hasta los dramas de la la inmigración ilegal en las fronteras de Europa.
Pero las revelaciones del miércoles en Alemania, de que la NSA habría practicado escuchas telefónicas ilegales a Merkel, líder de la principal potencia europea, le dieron un interés inesperado al cónclave.
Alemania convocó al embajador estadounidense en Berlín, tal como lo hizo Francia esta semana con el embajador en París.
Y la prensa alemana estimaba el jueves que las nuevas revelaciones constituían un desaire para la canciller, que hasta ahora se había mostrado comprensiva sobre la revelaciones ventiladas desde junio del espionaje de Estados Unidos a otros países.
El caso es de hecho idéntico al que padeció, de acuerdo con esas revelaciones, la mandataria brasileña Dilma Rousseff, que también estuvo bajo escuchas de la NSA, y el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, cuando aún era candidato, o incluso el expresidente Felipe Calderón cuando estaba en funciones.
Merkel pidió explicaciones al presidente Barack Obama, quien le aseguró que Estados Unidos no la vigilaba. La jefa del gobierno alemán consideró además que esa práctica estadounidense, de confirmarse, sería «totalmente inaceptable» y dañaría «la confianza» entre los dos países.
Pero a pesar de la conmoción que crean en Europa estas revelaciones, muchos países consideran que se trata de asuntos únicamente bilaterales y que la Unión Europea no es un ámbito para discutirlos.
Gran Bretaña, por ejemplo, e incluso España, estiman, según una fuente europea, que ese es una tema «de seguridad nacional». «No me imagino cómo el Consejo podría meterse en esa discusión», dijo la fuente.
La Comisión Europea (ejecutivo de la UE) estima sin embargo que atañe directamente a un proyecto que impulsa desde hace años para modificar la legislación sobre la protección de datos personales, elaborado cuando Internet no alcanzaba a todos los ámbitos de la vida privada.
El tema recobró un renovado ímpetu con las revelaciones de este año sobre el espionaje masivo de Estados Unidos al resto del mundo, sin distinción de países aliados u enemigos. Incluye, entre algunas medidas, multas de hasta 5% del volumen de negocios de una empresa que transfiera datos de los usuarios a terceros países sin autorización de una autoridad nacional ni el consentimiento de los particulares.
El malestar europeo quedó también palpable con el voto del Parlamento Europeo del miércoles, que reclama la suspensión de un acuerdo sobre la trasferencia de datos bancarios con Estados Unidos en el marco de la lucha contra el terrorismo.
Lampedusa y el drama de la inmigración
El drama de la inmigración también ocupará parte de las discusiones en bruselas. Sin mucho entusiasmo para darle un espacio importante en el comunicado final en un primer momento, un conjunto de países del sur europeo, más expuestos a la presión migratoria que a menudo terminan en tragedias como la de Lampedusa, donde un naufragio dejó unos 360 muertos, formaron un frente común para hacer oír sus reclamos.
España, Italia, Grecia, Malta, Chipre, Croacia, Eslovenia y Bulgaria trabajaron para que se exprese de forma más concreta en el comunicado final la necesidad de un enfoque más global de la inmigración, focalizado en la prevención en los puntos de partida, la protección, la solidaridad y la responsabilidad compartida. Francia, invitada a unirse al frente común, aún no dio su respuesta.
Este bloque también reclamó un mejor uso de los «instrumentos existentes» para vigilar las fronteras, pero sin pedir fondos adicionales.
Según el último proyecto del documento de conclusión de la cumbre que circula en Bruselas, el reclamo fue oído, pero la definición de una «política a largo plazo» en materia de inmigración y asilo será aplazada hasta junio de 2014, después de las elecciones europeas.