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‘Ángel rubio’, reclamada por su hermana

“¡Ven aquí, María! Nosotros la protegeremos y compartiremos nuestro pan con ella”, clama Katia Rousseva, de 20 años y hermana de la niña abandonada en Grecia por gitanos búlgaros, a la que la prensa apodó Ángel rubio.

Tan rubia como María y con unas cejas casi blancas, Katia teme que los servicios sociales “se lleven a María” cuando vuelva a Bulgaria. “No la daremos por nada del mundo”, asegura desde Gourkovo, donde vive con su marido y dos hijos. “Yo cuidaba a mis ocho hermanos y hermanas en Nikolaevo cuando mis padres estaban en Grecia. Cuando volvieron, mamá dijo que había dejado un bebé allí. No tenía dinero para pagar su pasaporte”, cuenta.

Katia está preocupada también por sus padres, Sacha y Atanas Roussev, sospechosos de venta de bebé, por lo que se arriesgan a seis años de cárcel. Ambos desaparecieron el viernes del poblado de Nikolaevo con tres de sus hijos. La Policía asegura que “están en Bulgaria y no están detenidos”.

Los vecinos de Nikolaevo están alerta desde que el jueves por la tarde, los servicios sociales intentaran llevarse a tres de los hijos de los Roussev, lo que ellos impidieron. Ante esta situación, los servicios sociales hicieron que Elena, una hija mayor de edad, firmara un documento por el que se comprometía a cuidarlos. En blusa sin mangas y calzada con sandalias en una fría mañana de octubre, Elena llama al orden a su hermano Filip, de seis años, que corre descalzo. Mientras, la también rubia Minka, de 14 años, se acerca a ella, paralizada de miedo ante las cámaras de fotos.

“Yo también quiero que nos envíen a María”, dice tímidamente Elena. El intento de los servicios sociales de llevarse a tres niños de los Roussev despertó recuerdos amargos entre los vecinos.