Kirchnerismo sale a buscar un presidenciable para 2015
Análisis. El Gobierno argentino enfrenta desafíos ante comicios
Conserva una ajustada mayoría parlamentaria y es la fuerza más votada en la Argentina, pero el kirchnerismo ha sufrido un duro castigo en las urnas, enfrenta el fantasma de la fractura y necesita un candidato para sustituir a Cristina Fernández en 2015. Los resultados de las legislativas del domingo cierran la puerta a cualquier intento de reforma constitucional para renovar el mandato de Fernández, convaleciente de una neurocirugía.
El silencio de la presidenta ha alimentado las especulaciones y ha obligado a dirigentes próximos al Gobierno a pedir prudencia en los comentarios sobre su condición, en un contexto inédito en el país, con un Gobierno descabezado y funcionarios enfrentados en espera del regreso de la Mandataria. Su enfermedad se ha traducido en una ligera mejora en su imagen que, sin embargo, no se ha reflejado en las urnas.
El desgaste de diez años de gestión, desde que asumió el fallecido Néstor Kirchner, en 2003, y la falta de respuestas a los principales problemas, como la inflación o la inseguridad, le han pasado factura.
Resultados Aunque el gubernamental Frente para la Victoria (FpV) mejoró sobre las primarias de agosto, se ha quedado en el 32% y ha perdido más de 3 millones de votos en los últimos dos años, cuando Fernández renovó mandato con un contundente 54%.
Ha sido desplazado en los cinco principales distritos electorales del país, incluida la provincia de Buenos Aires, la más poblada, tradicional bastión peronista y puerta de entrada para la Casa Rosada.
La derrota más dolorosa viene de la mano de Sergio Massa, de 41 años, exjefe de Gabinete de la propia Fernández, que rompió con sus compañeros de filas para emprender el mayor desafío de su carrera arropado por buena parte del peronismo de la provincia de Buenos Aires. Avalado por el 44% de los votos del mayor distrito del país, Massa se ha convertido en el principal referente de la oposición, aunque tiene todavía dos complicados años por delante para tratar de mantenerse como favorito si finalmente quiere competir por el sillón presidencial. Ayer, en plena resaca electoral, eludió entrar en la carrera de 2015 por “respeto” a los votantes, pero no oculta que trabaja ya en organizar un equipo de alcance nacional en el que cuenta con un nutrido grupo de cuadros kirchneristas.
La derrota ha profundizado las divisiones internas en el oficialismo, que debe diseñar una estrategia para evitar su dispersión en los próximos dos años. La confrontación entre los ortodoxos, que apuestan por una radicalización del modelo, y los moderados, representados por el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, puede terminar en fractura.
En ausencia de la Presidenta, Scioli cargó con el peso de la campaña en la provincia, fue el primero en reconocer el triunfo de Massa y no oculta sus aspiraciones presidenciales, hasta el punto de que sus simpatizantes se han adelantado con afiches con la leyenda “Scioli 2015”. Sin embargo, los gobernadores oficialistas del Chaco, Jorge Capitanich, y Entre Ríos, Sergio Urribarri, suenan entre analistas locales para el Gobierno en una hipotética remodelación tras la vuelta de Cristina Fernández, lo que les colocaría en una posición privilegiada para competir por la presidencia en 2015. No obstante, algunos columnistas, como Carlos Pagni, mantenían ayer que, en 2015, el peronismo tendrá que optar entre Massa y Scioli desde fuerzas separadas.
En cualquier caso, el resultado general, de al menos el 65% de voto opositor, “demuestra que la sociedad está demandando un cambio y de alguna manera está enviando un mensaje a los líderes opositores de que es necesario construir una alternativa de poder de cara a 2015”, indicó a EFE el analista político Jorge Arias.
Macri habla del ‘fin de un ciclo’ político
El alcalde de Buenos Aries, el opositor Mauricio Macri, que el domingo se postuló como candidato para las presidenciales de 2015, aseguró que “claramente hay un fin de ciclo” político en Argentina.
Apoyado en los buenos resultados de Propuesta Republicana (Pro) en la capital, el alcalde de Buenos Aires oficializó su candidatura presidencial con el compromiso de “romper paradigmas e innovar en algo distinto”.
El Pro ganó en la ciudad de Buenos Aires tanto en la elección para diputados (34,4%) como en la de senadores (39,2%), por encima de otras fuerzas. Macri, quien fue presidente durante 12 años de Boca Juniors, uno de los principales equipos de fútbol de Argentina, subrayó que su partido cree en “un cambio en serio, un cambio profundo”, con “mucha gente nueva que participe en política”.
Las elecciones legislativas dibujaron un nuevo mapa político en Argentina, en el que el oficialismo se mantuvo como la primera fuerza política con el 33,1% en Diputados y el 32,1% en el Senado, pero perdió en los cinco principales distritos del país. El resultado le permite al FpV mantener una ajustada mayoría en ambas cámaras, pero supone un fuerte retroceso respecto al 54% cosechado en las presidenciales de 2011.