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Peritos confirman que Neruda no murió envenenado

Expertos forenses dijeron no haber hallado evidencia de que el Premio Nobel chileno Pablo Neruda haya sido envenenado tras el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973, aunque la investigación judicial para aclarar la muerte del poeta sigue abierta.

Los resultados de los exámenes de un grupo de 11 peritos internacionales descartaron la presencia de tóxicos en los restos exhumados de Neruda, más allá de la medicación que tomaba el poeta por el cáncer que padecía.

Pero Mario Carroza, el juez a cargo de la investigación que busca aclarar las causas de la muerte del Premio Nobel, rechazó el cierre del caso y dijo no estar en condiciones de afirmar si Neruda fue o no asesinado. El abogado Rodolfo Reyes, sobrino del poeta chileno, se mostró conforme con los resultados, pero adelantó que la familia pedirá nuevas pericias.

Neruda murió el 23 de septiembre de 1973, 12 días después de instalarse la dictadura de Pinochet. Entonces el poeta estaba internado en la Clínica Santa María de Santiago, tratándose un cáncer de próstata avanzado. Las dudas sobre su fallecimiento fueron planteadas por su exchofer, Manuel Araya, quien afirmó que, horas antes de morir, Neruda fue inoculado en el pecho con una misteriosa sustancia.

En la misma clínica, nueve años más tarde, murió el expresidente Eduardo Frei-Montalva tras una complicación por una intervención menor. La justicia chilena determinó la presencia de gas mostaza en sus restos y aún investiga si fue envenenado.

Militante del Partido Comunista y amigo del derrocado presidente Salvador Allende, Neruda pensaba viajar a México para comandar desde allí la oposición al régimen, que lo mantenía amenazado. La dictadura de Pinochet, que dejó más de 3.200 muertos y desaparecidos, desarrolló y usó armas químicas como el sarín o la toxina butolínica para eliminar a opositores.