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La elegida heredará la ruptura con Bolivia

La sucesora del presidente Sebastián Piñera, que llegará al Palacio de La Moneda, heredará un escenario de ruptura con Bolivia por la falta de respuestas a la demanda marítima que desembocó en un litigio internacional que planteó el gobierno del presidente Evo Morales ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con el objetivo de negociar una salida soberana al Pacífico en favor del país.

Evelyn Matthei, de la derechista Unión Democrática Independiente (UDI) —partido de la actual alianza gobernante en Chile—, promovió durante su campaña un programa que, sin mencionar a Bolivia ni el proceso planteado en la CIJ, reivindicó el respeto a los tratados.

Si la oficialista chilena, que obtuvo el 25,12% de los votos en la primera vuelta, supera a la socialista Michelle Bachelet, que logró el 46,74%, el 17 de noviembre, “las relaciones con Bolivia podrían ser mucho más frías, más indiferentes”, apuntó el sociólogo Franco Gamboa, analista en asuntos de política internacional, quien tampoco es optimista respecto a la recuperación del diálogo si Bachelet, favorita en las encuestas, retorna a la presidencia.

La exmandataria (2006-2010) propuso, en su programa de gobierno, retomar el diálogo con Bolivia, especialmente en el acápite del desarrollo de las “confianzas mutuas” que implicó un inédito proceso de acercamiento militar entre 2006 y 2008. La propuesta de Bachelet también sugiere la disposición de reanudar las relaciones diplomáticas, interrumpidas entre   La Paz y Santiago, precisamente por efecto de la demanda marítima.

  No obstante, la misma Bachelet dijo que la demanda legal de Bolivia “puede entorpecer” la recuperación del proceso de diálogo, un aspecto que “dificultará cualquier iniciativa, que implique confianza mutua”, opinó Gamboa.

El mandatario Morales aseguró que la demanda contra Chile, que en 2014 ingresará a la fase de alegatos, continuará, aún si se logran reinstalar las conversaciones que tenían como base la agenda de los 13 puntos, que además del “tema marítimo” se propuso tratar los temas de integración física y fronteriza y la ampliación del sistema de libre tránsito, estipulado en el Tratado de 1904, a otras zonas portuarias del océano Pacífico.

Morales, adicionalmente, exteriorizó sus “dudas” respecto al cambio de la política de Estado chilena en cuanto al reclamo marítimo boliviano y cuestionó que la nación vecina se haya adscrito a la Alianza del Pacífico, un proyecto del que también forman parte Colombia, México y Perú, por estar vinculado, según dijo, a los intereses de Estados Unidos.

En Madrid, el vicepresidente Álvaro García Linera indicó que se esperan cambios en las élites del vecino país con la perspectiva de mejorar la integración continental. De acuerdo con la autoridad, Chile no debería continuar desarrollándose de espaldas al continente.