Cuba flexibiliza la venta minorista de automóviles
Reforma. Vuelve a importar después de 50 años
Los cubanos podrán comprar automóviles nuevos y usados en concesionarios estatales sin necesidad de la “carta de autorización”, misma que será suprimida con la decisión del gobierno de Raúl Castro de flexibilizar la venta minorista de vehículos.
La medida, aprobada por el Consejo de Ministros el miércoles y conocida hoy por la prensa oficial, es un paso más en las reformas de Raúl Castro para “actualizar” la economía socialista y acabar con
algunas restricciones y prohibiciones vigentes durante décadas. La importación, desde hace 50 años.
“Se libera la venta minorista de motos, autos, paneles, camionetas y microbuses nuevos y de segunda mano para las personas naturales cubanas y extranjeras residentes en el país, así como para las personas jurídicas extranjeras y el cuerpo diplomático”, informó el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
El país ya autorizó en 2011 la compraventa de automóviles entre particulares, pero mantenía la necesidad de esa preciada “carta de autorización” para la adquisición de vehículos al Estado.
Dicho documento se otorgaba principalmente a funcionarios y a profesionales de la cultura, el deporte y la salud que pudieran justificar con sus ingresos la compra de un vehículo. Pero ahora el gobierno de Castro reconoce que ese mecanismo quedó “inadecuado y obsoleto”, que generó “inconformidad e insatisfacción” e incluso se convirtió en “fuente de especulación y enriquecimiento”.
Aplicación. La venta liberada de automóviles se aplicará de forma gradual y paulatina. Habrá prioridad a aquellas personas que tienen concedidas cartas de autorización pero aún no han podido comprar sus motorizados.
A la espera de que se publique la normativa específica, la medida comenzó a suscitar todo tipo de reacciones entre la población aunque el principal interrogante es cuánto costarán los coches. De momento solo se sabe que se establecerán precios minoristas semejantes a los que reconoce el mercado entre particulares, un mercado profundamente distorsionado y con precios disparados.
La liberación de la venta minorista de autos tiene además un afán recaudatorio porque con esos ingresos, el Estado cubano creará un fondo destinado al desarrollo del deprimido, insuficiente y en buena parte obsoleto transporte público del país.