El inventor del famoso fusil de asalto soviético AK-47, Mijail Kalashnikov, murió el lunes a los 94 años, anunciaron las autoridades de la región de Udmurtia, en los Urales.

Kalashnikov murió tras «una larga enfermedad» en Ijevsk, la capital de Udmurtia, a 1.300 km al este de Moscú, informó Viktor Chulkov, portavoz de las autoridades de esta región de los Urales.

El presidente ruso, Vladimir Putin, dio «el pésame» en un comunicado a los allegados del hombre que inventó el arma automática más extendida en el mundo, utilizada tanto por ejércitos regulares como guerrillas.

«Uno de los patriotas rusos más brillantes, con más talento, más coherente, que consagró toda su vida a su patria, perdió la vida», declaró el presidente de Udmurtia, Alexander Volkov, según Chulkov.

Una comisión de autoridades locales se reunirá el martes para organizar su funeral, añadió el portavoz.

El inventor de este célebre fusil de asalto nació el 10 de noviembre de 1919 en un pequeño pueblo de Siberia y en los últimos meses fue hospitalizado en varias ocasiones.

De hecho, en noviembre Kalashnikov tuvo que ser sometido a cuidados intensivos en una clínica de Ijevsk tras sufrir un desmayo.

Desde 2012, Mijail Kalashnikov ya no trabajaba por problemas de salud, sobre todo cardíacos.

El que fuera uno de los rusos más conocidos en el mundo y uno de los más condecorados en su país siempre se mostró orgulloso del AK-47 (acrónimo de Avtomat Kalachnikova 1947).

«Creé armas para defender nuestra sociedad», dijo Kalashnikov cuando cumplió 90 años en 2009, aunque reconoció que «no es agradable ver que todo tipo de criminales disparan con mis armas».

«Claro que tengo remordimientos, como todo el mundo. Pero puedo decirle una cosa: si volviera a nacer, no viviría de otra manera», concluyó.

Kalashnikov comenzó a diseñar este arma que se convirtió en sinónimo de muerte en 1947, cuando se recuperaba de una herida recibida durante la Segunda Guerra Mundial.

Luego el fusil tuvo múltiples modelos y comenzó a venderse por millones en el mundo entero.

Algunos especialistas calculan en unos 100 millones las unidades vendidas del fusil AK-47 en todo el mundo, pero la cifra real es difícil de verificar ya que una gran cantidad de estas armas se produce sin licencia.

El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, describió a Kalashnikov como un «brillante ejemplo de dedicación sin reservas a su patria».

Fue «un destacado especialista en armas, de los que sólo nace uno cada 100 años», comentó a la AFP Igor Korochenko, director del Centro de Análisis del Comercio Mundial de Armas basado en Moscú.

«Su nombre está vinculado al del arma automática más exitosa del mundo», añadió.

Korochenko señaló que el secreto del éxito del AK-47 reside en que «es un arma simple y fiable».

La célebre arma automática se produce en la antigua fábrica de Ijmach, en la ciudad de Ijevsk. La empresa sigue siendo una de las principales productoras de armas de fuego rusas.

Kalashnikov jamás cobró regalías por las venta de los millones de fusiles que llevan su apellido, utilizados por los ejércitos de más de 80 países.

«Mis invenciones nunca fueron patentadas y se dispersaron por todo el mundo», había señalado el anciano.

El fusil AK-47 se convirtió en el símbolo de la lucha armada por la independencia y decorar muchas banderas, entre ellas la de Mozambique o la del movimiento chiita Hezbolá.

En un gesto de reconocimiento, las autoridades rusas decidieron este año reagrupar las dos fábricas de armas de Ijevsk en una sociedad que lleve su nombre.

En el año 2000, Kalashnikov declaró a la AFP estar muy afectado por la desaparición de la URSS y defendía el sistema comunista «en el que no todo era tan malo».