El estado del exprimer ministro israelí Ariel Sharon, en coma desde hace ocho años, se ha deteriorado mucho, haciendo temer este jueves un fin inminente.

«Estos dos últimos días hemos asistido a una degradación gradual de varios órganos vitales de Ariel Sharon, que son fundamentales para su vida», declaró el jueves el director del hospital Tel Hashomer, Zeev Rotstein, a la prensa.

«Su estado es definido como crítico, lo que significa que su vida está en peligro», agregó Rotstein.

Es la primera vez que el director del hospital hablaba a la prensa tras anunciarse el miércoles una seria agravación del estado de salud de «Arik» (dimiituvo de Ariel), víctima de un ataque cerebral en enero de 2006 que le sumió en un estado vegetativo.

Su estado de salud no había evolucionado al caer la noche, según la radio pública.

El secretario de Estado norteamericano John Kerry afirmó que «todos los estadounidenses» pensaban en Ariel Sharon.

«Nuestros pensamientos, mis pensamientos, van para la familia Sharon», declaró Kerry en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

«Todos los estadounidenses piensan en Israel y en su exdirigente (Ariel Sharon). Recordamos sus contribuciones, los sacrificios que hizo para garantizar la supervivencia y el bienestar de Israel», añadió Kerry.

El miércoles, la prensa informó de que Sharon sufría «graves problemas renales» consecutivos a una operación quirúrgica.

«No fue sometido a diálisis (purificación de la sangre en caso de disfuncionamiento de los riñones). Recibe el mismo tratamiento que recibió durante años», dijo el director del hospital, saliendo al paso de los rumores sobre la posibilidad de una diálisis, la única medida para prolongar la vida de Sharon.

«Si solo tuviera un órgano afectado, sería diferente pero Sharon tiene problemas en varios órganos», precisó Rotstein.

El diario Haaretz, que cita una fuente bien informada, estimó el miércoles que si el estado de salud del exprimer ministro sigue deteriorándose, su muerte sería «cuestión de días».

«Pronóstico vital comprometido»

Interrogado por la prensa, Rotstein rechazó pronunciarse sobre el tiempo de vida que le queda a Sharon.

«Desde que está con nosotros en el hospital ha superado situaciones difíciles en varias ocasiones», recordó.

«Pero el sentimiento del personal médico y de la familia de Ariel Sharon es que asistimos a un empeoramiento de su estado de salud», agregó el director del hospital.

La familia de Sharon, y en particular sus dos hijos, Omri y Gilad, que decidieron mantenerlo conectado a los aparatos estos últimos ocho años, están a su cabecera y en permanente contacto con los médicos que se ocupan de él, informa la prensa.

A principios de año, neurocientíficos israelíes y un neurocirujano estadounidense detectaron «una actividad cerebral importante» en el paciente.

Sharon pasará a la historia como el responsable de la invasión, en 1982, de Líbano cuando era ministro de Defensa, pero también como el ‘halcón’ de la derecha nacionalista que inició la salida israelí de Gaza.

Una investigación oficial lo declaró culpable de no haber previsto ni impedido las masacres perpetradas en los campos de refugiados de Sabra y Chatila en septiembre de 1982 por una milicia cristiana aliada a Israel. Tuvo que dimitir.

Eso no le impidió convertirse en primer ministro en 2001 y resultar reelegido en 2003.

Tras ser un paladín de la colonización de los Territorios Palestinos, en 2005 organizó la retirada israelí de la franja de Gaza y el desmantelamiento de colonias instaladas en esta región.

El 18 de diciembre de 2005 fue hospitalizado como consecuencia de un «ligero ataque cerebral», del que se recuperó rápidamente pero el 4 de enero de 2006 sufrió otro mucho más fuerte que le sumió en un coma profundo.