El testamento del expresidente sudafricano Nelson Mandela, abierto ayer, tuvo una lectura llena de emoción para su familia, a la que legó su fortuna, pero sin olvidar a las seis instituciones educativas donde se formó y a un grupo de empleados.
Mandela dejó su patrimonio, valorado en 4,1 millones de dólares, a su esposa Graça Michel, a miembros de su familia, a varios colaboradores, a escuelas y al Congreso Nacional Africano (ANC), el partido en el que militó toda la vida, de acuerdo con un resumen de sus voluntades.
Dos meses después de la muerte del hombre de Estado sudafricano, los abogados dijeron que era probable que su esposa Graça renunciara a la mitad de la herencia, optando por recibir cuatro propiedades en Mozambique y otros valores.
Graça, de nacionalidad mozambiqueña, podía teóricamente aspirar a la mitad de la herencia, pero se prevé que solo guardará lo que le pertenece: joyas, mobiliario de la casa de Johannesburgo y sus propias cuentas bancarias.
Las regalías de los libros de Mandela y otros proyectos, así como sus casas en Johannesburgo, Ciudad del Cabo y Qunu, fueron legadas a la fundación familiar Nelson Rohlilala Mandela Family Trust.
En sus últimas voluntades incluyó a su exsecretaria particular Zelda La Grange, y a nueve de sus colaboradores, a los que gratificó con 4.400 dólares, a cada uno. Mandela dejó más de 30 hijos, nietos y bisnietos de sus dos primeros matrimonios. Su testamento también incluyó a sus hijastros.