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Autodefensas son la actual esperanza de los mexicanos

Todo lo aguantaron los michoacanos, dominados por el miedo, hasta que se metieron con sus mujeres e hijas. Nuevamente la furia hizo que los civiles se levantaran con armas, esta vez bajo el nombre de “autodefensas”, la actual esperanza del lugar, aunque con ciertas desconfianzas.

Al surgir el segundo grupo de civiles armados, denominados Caballeros Templarios, éste recibió más apoyo que La Familia Michoacana porque apelaba al cristianismo y a la fe profundamente católica de la región.

No solo eran amigables y amables, sino solidarios porque ayudaban a los pobres “como Cristo hizo en su tiempo”, decían. Incluso tenían rituales propios en los que se vestían con túnicas blancas, cruz roja al pecho, cascos y espadas, como la Orden del Temple. Los Caballeros Templarios enfrentó a La Familia Michoacana y la redujeron a unos cuantos poblados, pero sin lograr quitarles del todo la fuerza.

Una guerra que no acaba, pero que cambió las posiciones de poder: el nuevo grupo se adueñó de más de 80 de los 113 municipios que integran Michoacán. Y como sus enemigos, esclavizaron a los michoacanos.

El nuevo cártel no solo hizo crecer las redes de extorsión, sino también el secuestro y tomó el control de la prostitución, la piratería. Absolutamente todos tenían que pagar.

Fue tal el estado de violencia y abusos de este grupo, que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (presidente mexicano de 2006 a 2012) emprendió una gran medida en mayo de 2009, al enviar varios contingentes militares y policiales que arrestaron a más de 20 alcaldes de Michoacán, acusados de complicidad.

Sonado fracaso, pues a ninguno se le comprobó nada y salieron libres semanas después. Al poco tiempo se sabría la verdad: no eran cómplices sino víctimas.

El nuevo cártel superó por mucho a sus antecesores. Un día de diciembre de 2011 se acercó a la casa de un campesino uno de los jefes narcos: “Me gusta tu mujer, me la voy a llevar unos días y luego te la traigo. Y veme bañando a tu hija porque después ella se viene conmigo”, le dijo. Y ahí empezó todo.

Como reguero de pólvora fue creciendo el enojo en varios sitios; se convocaron asambleas, en las que luego surgieron los primero grupos armados. Primero palos, machetes y rifles de bajo calibre, luego armas largas que, según dijeron, habían logrado arrebatar a los narcos; corrían los primeros meses de 2012.

Cherán fue el primer municipio en levantarse, después otro y otro. Así nacieron los grupos de autodefensas: hombres, mujeres y niños decididos a todo con tal de acabar con los abusos de los narcotraficantes.

Todos ellos reciben entrenamiento especial de combate cuerpo a cuerpo, manejo de armas y tácticas básicas de ataque, resistencia y camuflaje, muy parecido a lo que usa la guerrilla. Se mueven en decenas de camionetas, unos con el rostro cubierto y otros no; a cada pueblo que llegan instalan barricadas en entradas y salidas, y someten a revisiones a los habitantes.

Catean domicilios, detienen a los señalados como cómplices o integrantes de las células delictivas; en pocas palabras: se adueñan del sitio y se convierten en autoridad que desconoce a la Policía local. Luego convocan a asambleas en las plazas en donde los principales dirigentes exhortan al pueblo, instándolo a unirse.

El avance del grupo

Armas

Hasta el momento ya son 29 los municipios bajo control de las autodefensas y los dirigentes anunciaron que van por los 84 restantes del estado Michoacán.

El Gobierno los apoya

Hasta hace dos meses, el gobierno de Enrique Peña Nieto no reconocía a estos grupos armados, es más, los amenazaba con tratarlos igual que a los delincuentes, puesto que los consideraba innecesarios tras enviar a la región fuertes contingentes de militares y policías a patrullar.

A través de la Secretaría de Gobernación, les exigió dejar las armas y regresar a sus comunidades. Los líderes de las Autodefensas dijeron que no dejarán las armas hasta que el estado esté limpio de narcotraficantes y todos los jefes de Caballeros Templarios estén tras las rejas. El grupo cuenta actualmente con 25.000 hombres armados y podrían juntar hasta 140.000 de ser necesario.

“Ya no confiamos en nadie del Gobierno, cuántas veces les dijimos dónde estaban los cabecillas pero no quieren o no pueden. Entonces solo queda esto”, declaró el líder de las Autodefensas, José Manuel Mireles.

Entonces el Gobierno cambió la estrategia. Ahora los apoya y les propuso institucionalizar el grupo. Por el momento, se les permitirá portar las armas largas que traen. Sin embargo existen mexicanos que temen que se repita la historia de los dos primeros grupos.