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Rusia ratifica incorporación de Crimea y Ucrania anuncia «fase militar»

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó las acciones de Rusia en Crimea, que calificó de "confiscación de territorio", y amenazó a Moscú con nuevas sanciones.

/ 18 de marzo de 2014 / 20:20

El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el martes el tratado que incorpora a Crimea a Rusia, horas antes de que Kiev anunciara que el conflicto con Moscú estaba entrando en una «fase militar», tras la muerte de un soldado ucraniano.

Ucrania y las potencias occidentales condenaron con firmeza la firma del tratado, al término de un patriótico discurso en el que Putin afirmó que la península siempre fue considerada parte de la patria rusa.

Horas después, tras la muerte de un soldado en Crimea, durante un intento de asalto a una base de Ucrania en la península, el ministerio de Defensa ucraniano anunció que los militares  podrán usar sus armas «en defensa propia y para proteger sus vidas».

Según la agencia Interfax-Ucrania, un portavoz de la policía local indicó que un tiroteo en Simferopol, la capital de Crimea, causó la muerte de un militar ucraniano y de un miembro de las  «fuerzas de autodefensa» rusas.

«El conflicto está pasando de una fase política a una fase militar», dijo el primer ministro interino de Ucrania Arseni Yatseniuk.

Ucrania también afirmó que se reservaba el derecho de «nacionalizar» los bienes rusos.

El Kremlin anunció que en virtud de la firma de este tratado, Crimea deja de ser territorio ucraniano y vuelve a ser, desde este mismo martes, parte integrante de Rusia, a la que perteneció hasta 1954.

Putin firmó el histórico tratado con el primer ministro crimeo, Serguei Axionov, y otros líderes regionales en una ceremonia en el Kremlin, a la que asistieron las dos cámaras del Parlamento ruso, los gobernadores de las regiones y el gobierno de la Federación Rusa.

Pese a la entrada en vigor inmediata de la anexión, los legisladores rusos tienen que ratificar la ley de incorporación de Crimea y la ciudad de Sebastopol, que goza de un estatuto especial y donde está amarrada la flota rusa del Mar Negro.

Respaldado por las potencias occidentales, el gobierno ucraniano anunció que nunca reconocerá la integración de Crimea en Rusia, «que no tiene nada que ver con la democracia, el derecho o el sentido común».

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, condenó las acciones de Rusia en Crimea, que calificó de «confiscación de territorio», y amenazó a Moscú con nuevas sanciones.

Las sanciones ya adoptadas contra Rusia por la Unión Europea y Estados Unidos son «inaceptables» y «tendrán consecuencias», replicó el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, en conversación telefónica con su homólogo estadounidense John Kerry.

Previamente,  la canciller alemana, Angela Merkel, había calificado de «contraria al derecho internacional» la incorporación de Crimea a Rusia y Londres había anunciado la suspensión de toda cooperación militar con Rusia, incluidas las licencias de exportación en curso.

Por su parte, el presidente estadounidense, Barack Obama, pidió a los dirigentes del G7 y de la Unión Europea reunirse la semana próxima en La Haya, al margen de la cumbre sobre seguridad nuclear, para debatir sobre la situación en Ucrania.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó su «creciente preocupación» sobre Ucrania y defendió su integridad territorial pero sin condenar claramente la decisión de Putin de incorporar Crimea a Rusia.

Crimea ‘parte inseparable de Rusia’

El tratado de este martes culmina la cascada de anuncios hechos el lunes por las autoridades de Crimea, que en pocas horas anunciaron la independencia de Ucrania, la solicitud de unión con Rusia, la disolución de las unidades militares ucranianas en su territorio, la introducción del rublo y el paso al huso horario de Moscú el 30 de marzo.

Las autoridades locales anunciaron estas medidas amparadas por el rotundo éxito del referendo del domingo, cuando casi el 97% de los crimeos votaron por volver a ser Rusia y dejar de estar bajo poder de Kiev, donde gobierna un ejecutivo proeuropeo desde la destitución del presidente prorruso Viktor Yanukovich el 22 de febrero.

Antes de la rúbrica del tratado, Putin dio un discurso cargado de patriotismo, en el que proclamó que «en el corazón y en la conciencia de la gente, Crimea era y sigue siendo una parte inseparable de Rusia».

El mandatario criticó la decisión tomada por el líder soviético Nikita Jruschov, que en 1954 entregó Crimea a Ucrania.

Putin observó que cuando la Unión Soviética cayó en 1991 y «Crimea se encontró de pronto en otro Estado, Rusia se sintió no sólo robada, sino saqueada».

El dirigente advirtió a Occidente que ha «cruzado la línea roja» en la crisis montada en torno a Crimea, pero aclaró que Rusia no intentará anexionarse partes del este y el sur de Ucrania, de mayoría rusohablante.   «No queremos la desintegración de Ucrania», apostilló.

Sanciones occidentales

Putin, que con esta crisis ha batido un récord de popularidad desde su vuelta a la presidencia en 2012, parece impasible ante las sanciones anunciadas por la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Japón.

Las sanciones europeas y estadounidenses afectan a un número limitado de responsables rusos y ucranianos, y en principio no conciernen al presidente ruso, aunque sí a varios asesores cercanos.

La Casa Blanca apuntó contra 11 personas: siete rusas y cuatro acusadas de colusión con Rusia en Ucrania, entre las cuales Yanukovich y un consejero, así como dos dirigentes separatistas de Crimea, Axionov y Volodimir Konstantinov.

Por su parte, los ministros de Relaciones Exteriores europeos «decidieron sanciones — restricciones de visas o congelamiento de haberes — contra 21 autoridades ucranianas y rusas», anunció el ministro lituano Linas Linkevicius.

Estas sanciones son inéditas en la historia de las relaciones entre la UE y Rusia desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991.

El ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, dijo que Francia no descarta suspender la venta de buques militares Mistral a Rusia si «Putin sigue haciendo lo que hace».

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Rusia ratifica incorporación de Crimea, Occidente condena

Ucrania y las potencias occidentales condenaron sin paliativos el tratado, firmado al término de un patriótico discurso en el que Putin afirmó que la península siempre fue considerada parte de la patria rusa.

/ 19 de marzo de 2014 / 01:44

El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el martes el tratado que incorpora Crimea a Rusia ajeno a las sanciones occidentales contra Moscú haciendo resurgir los fantasmas de la Guerra Fría.

Ucrania y las potencias occidentales condenaron sin paliativos el tratado, firmado al término de un patriótico discurso en el que Putin afirmó que la península siempre fue considerada parte de la patria rusa.

Horas después, un militar ucraniano perdió la vida en un tiroteo contra su unidad militar en Simferopol, anunció un portavoz del ministerio de Defensa ucraniano.

El jefe del estado mayor ucraniano llamó por teléfono a su homólogo ruso para denunciar «el apoyo y la participación» de soldados rusos en este tiroteo que dejó dos heridos entre los militares ucranianos.

Un miembro de las «fuerzas de autodefensa» prorrusas también perdió la vida en el tiroteo, según una portavoz de la policía local.

Crimea dejó este mismo martes de ser territorio ucraniano para convertirse en parte integrante de Rusia, a la que perteneció hasta 1954, pese a que el parlamento ruso todavía debe aprobar una ley en este sentido, lo que se considera un mero trámite.

En Sebastopol, unas 2.000 personas se congregaron ante una pantalla gigante para escuchar el discurso de Putin, que fue jaleado con gritos de «íRusia, Rusia!».

En Kiev, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores convocó al encargado de negocios ruso para transmitirle una protesta por el reconocimiento por Moscú de la «República de Crimea».

El presidente ucraniano Olexandre Turchinov acusó a Putin de seguir el ejemplo de la Alemania nazi, que anexionó territorios antes del inicio de la II Guerra Mundial, y el ministro de Justicia Pavlo Petrenko aseguró que Ucrania se reserva el derecho a «nacionalizar» bienes rusos.

Asimismo, los militares ucranianos en Crimea están autorizados a usar sus armas, dijo el ministro de Defensa,

Para la exprimera ministra ucraniana Yulia Timochenko, Putin que emplea «métodos de guerra» para «destruir el mundo».

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenaron, en una conversación telefónica, la decisión de Rusia de anexionarse Crimea, aunque aseguraron que sigue habiendo «un camino claro» para resolver la crisis diplomáticamente, según el portavoz del gobierno alemán.

Obama ha pedido a los dirigentes del G7 y de la Unión Europea que se reúnan la semana próxima en La Haya, al margen de la cumbre sobre seguridad nuclear, para hablar de la situación en Ucrania.

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, había calificado la anexión de Crimea de «confiscación de territorio», y amenazó a Moscú con nuevas sanciones, mientras John Kerry, el jefe de la diplomacia, dijo que una eventual incursión de Rusia en el este de Ucrania sería un acto «escandaloso».

Crimea ‘parte inseparable de Rusia’

«La anexión de Crimea es ilegal e ilegítima y los aliados de la OTAN no la reconocerán», zanjó por su parte el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, mientras el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, anunció la suspensión de la cooperación militar con Moscú y aseguró que es muy probable que Rusia sea excluida del G8.

Previamente, Angela Merkel había calificado de «contraria al derecho internacional» la incorporación de Crimea a Rusia, mientras el presidente francés, François Hollande, exigió una «respuesta europea fuerte y coordinada» en la cumbre europea del 20 y 21 de marzo.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anuló la visita que tenía previsto hacer este miércoles a Moscú.

En un discurso muy patriótico y antioccidental, Putin dijo que Rusia no quiere una escisión de Ucrania.

«En el corazón y en la conciencia de la gente, Crimea era y es una parte inseparable de Rusia», dijo, afirmando que su país habría «traicionado» a los habitantes de la península si no hubiera respondido a su llamado a protegerlos ante las manifestaciones de Kiev que abocaron en la destitución del presidente Viktor Yanukovich, cercano al Kremlin.

Crimea, que pertenecía a Rusia en tiempos de la Unión Soviética, fue un regalo del entonces presidente Nikita Jruschov a Ucrania en 1954.

«No crean a los que les meten miedo sobre Rusia, que gritan que después de Crimea vendrán otras regiones», dijo Putin para tratar de aplacar los temores de aquellos que piensan que puede volver a pasar lo mismo en el este rusófono de Ucrania.

«No queremos la escisión de Ucrania, no lo necesitamos», dijo.

El jefe del Estado ruso también arremetió contra los occidentales que han adoptado sanciones contra Moscú, al considerar que han «traspasado la línea roja» y se han comportado de «manera irresponsable» en la crisis ucraniana.

Los rusos se burlan de las sanciones

Un consejero del Kremlin afectado por las sanciones, Vladislav Surkov, se burló de las sanciones, a las que consideró que eran como un «Oscar de Estados Unidos, en la categoría de ‘mejor papel secundario masculino'».

Más bien simbólicas, las sanciones anunciadas el lunes afectan a un número limitado de responsables rusos y ucranianos. En la lista de la Casa Blanca hay once personas, mientras que los ministros de Relaciones Exteriores europeos decidieron sancionar con restricciones de visas o congelamiento de haberes a 21 responsables ucranianos y rusos.

No obstante, las sanciones son inéditas en la historia de las relaciones entre la UE y Rusia desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991.

Los occidentales, que han excluido la opción militar, esperan el impacto del aislamiento internacional creciente de Rusia. Estados Unidos y la Unión Europea, que figuran entre los principales socios de Moscú, se reservan la posibilidad de imponer sanciones económicas y comerciales.

Poco parece importarle a Putin, que ha salido reforzado del referéndum en Ucrania y goza de la mayor cota de popularidad desde la elección presidencial de mayo de 2012.

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El director artístico del Teatro Bolshoi, agredido con ácido en Moscú

Un desconocido atacó al coreógrafo el jueves por la noche echándole ácido en la cara en la puerta del edificio de su casa. El incidente pone de relieve las feroces luchas internas en el seno del teatro más famoso de Rusia.

/ 18 de enero de 2013 / 14:02

El director artístico del Teatro Bolshoi, el bailarín Serguei Filin, fue hospitalizado con graves quemaduras en la cara y los ojos después de que un desconocido le rociara con ácido el jueves en Moscú, un incidente que pone de relieve las feroces luchas internas en el seno del teatro más famoso de Rusia.

Un desconocido atacó al coreógrafo el jueves por la noche echándole ácido en la cara en la puerta del edificio de su casa, en el centro de Moscú.

«Pensé que iban a dispararme. Me di la vuelta para huir, pero me atrapó y me roció la cara», contó el exbailarín, con la cabeza vendada, a un equipo de la cadena Ren-TV desde su habitación del hospital.

Filin sufre quemaduras de tercer grado y sus ojos están afectados.

«El estado de Serguei es grave, pero su vida no corre peligro. Lo más importante es salvarle los ojos», declaró a la AFP Katerina Novikova, la portavoz del Bolshoi.

Según la televisión rusa, los médicos no podrán pronunciarse sobre el daño en sus ojos hasta dentro de dos semanas.

La policía moscovita abrió una investigación por lesiones intencionales y precisó que da prioridad a la pista del móvil profesional.

La portavoz del teatro, una amiga cercana al bailarín, subrayó que Filin había recibido amenazas desde su nombramiento como director artístico del Bolshoi.

«Desde que ocupó el cargo, Serguei estaba amenazado permanentemente y sus predecesores también», dijo a la televisión.

Con estas declaraciones dio a entender que este ataque está probablemente relacionado con rivalidades profesionales.

«Nunca pensamos que la guerra por los papeles podría llegar a este nivel criminal. Siempre nos pareció, y siempre quisimos creer que la gente del mundo del teatro tenía un mínimo de moral. Es por eso que esta historia es terrible», dijo la portavoz del teatro.

Recientemente unos desconocidos rajaron los neumáticos del coche del director artístico y su correo electrónico y su cuenta en Facebook fueron pirateadas.

«Lucha terrible»

El mundo del ballet se mostró poco sorprendido por este ataque a Filin.

«El director artístico toma decisiones muy importantes sobre la remuneración de los artistas, sobre quién interpretará cada papel», declaró a la emisora de radio Eco de Moscú una exbailarina del Bolshoi, Anastasia Volochkova, que subrayó la «crueldad del mundo del ballet».

«Hay una lucha terrible por los papeles, por un ascenso», explicó.

El coreógrafo Alexei Ratmanski, exdirector artístico del Bolshoi, consideró que el ataque contra Filin «no era una casualidad», teniendo en cuenta las prácticas en el teatro.

Ratmanski criticó especialmente la «práctica repugnante de los aplausos pagados […] los traficantes y revendedores de entradas, los fans medio locos dispuestos a saltar al cuello de los rivales de sus ídolos».

La causa de todo esto es la desaparición progresiva de la ética del teatro, añadió.

Sin embargo, el historiador del ballet Vadim Gaievski recordó a la AFP que las intimidaciones no eran una novedad en el Bolshoi y explicó que, en la época soviética, la famosa bailarina Galina Ulanova recibió una carta en la que la amenazaban con romperle las piernas.

Filin, de 42 años, bailó en el Bolshoi desde 1998 antes de convertirse, en 2008, en el director artístico de otro teatro musical moscovita, Stanislavski y Nemirovich-Danchenko, que convirtió en uno de los escenarios más prestigiosos de Rusia.

En marzo de 2011, sustituyó en el cargo de director artístico del Bolshoi a Yuri Burlaka.

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