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Rusia ratifica incorporación de Crimea, Occidente condena

El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el martes el tratado que incorpora Crimea a Rusia ajeno a las sanciones occidentales contra Moscú haciendo resurgir los fantasmas de la Guerra Fría.

Ucrania y las potencias occidentales condenaron sin paliativos el tratado, firmado al término de un patriótico discurso en el que Putin afirmó que la península siempre fue considerada parte de la patria rusa.

Horas después, un militar ucraniano perdió la vida en un tiroteo contra su unidad militar en Simferopol, anunció un portavoz del ministerio de Defensa ucraniano.

El jefe del estado mayor ucraniano llamó por teléfono a su homólogo ruso para denunciar «el apoyo y la participación» de soldados rusos en este tiroteo que dejó dos heridos entre los militares ucranianos.

Un miembro de las «fuerzas de autodefensa» prorrusas también perdió la vida en el tiroteo, según una portavoz de la policía local.

Crimea dejó este mismo martes de ser territorio ucraniano para convertirse en parte integrante de Rusia, a la que perteneció hasta 1954, pese a que el parlamento ruso todavía debe aprobar una ley en este sentido, lo que se considera un mero trámite.

En Sebastopol, unas 2.000 personas se congregaron ante una pantalla gigante para escuchar el discurso de Putin, que fue jaleado con gritos de «íRusia, Rusia!».

En Kiev, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores convocó al encargado de negocios ruso para transmitirle una protesta por el reconocimiento por Moscú de la «República de Crimea».

El presidente ucraniano Olexandre Turchinov acusó a Putin de seguir el ejemplo de la Alemania nazi, que anexionó territorios antes del inicio de la II Guerra Mundial, y el ministro de Justicia Pavlo Petrenko aseguró que Ucrania se reserva el derecho a «nacionalizar» bienes rusos.

Asimismo, los militares ucranianos en Crimea están autorizados a usar sus armas, dijo el ministro de Defensa,

Para la exprimera ministra ucraniana Yulia Timochenko, Putin que emplea «métodos de guerra» para «destruir el mundo».

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenaron, en una conversación telefónica, la decisión de Rusia de anexionarse Crimea, aunque aseguraron que sigue habiendo «un camino claro» para resolver la crisis diplomáticamente, según el portavoz del gobierno alemán.

Obama ha pedido a los dirigentes del G7 y de la Unión Europea que se reúnan la semana próxima en La Haya, al margen de la cumbre sobre seguridad nuclear, para hablar de la situación en Ucrania.

El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, había calificado la anexión de Crimea de «confiscación de territorio», y amenazó a Moscú con nuevas sanciones, mientras John Kerry, el jefe de la diplomacia, dijo que una eventual incursión de Rusia en el este de Ucrania sería un acto «escandaloso».

Crimea ‘parte inseparable de Rusia’

«La anexión de Crimea es ilegal e ilegítima y los aliados de la OTAN no la reconocerán», zanjó por su parte el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, mientras el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, anunció la suspensión de la cooperación militar con Moscú y aseguró que es muy probable que Rusia sea excluida del G8.

Previamente, Angela Merkel había calificado de «contraria al derecho internacional» la incorporación de Crimea a Rusia, mientras el presidente francés, François Hollande, exigió una «respuesta europea fuerte y coordinada» en la cumbre europea del 20 y 21 de marzo.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anuló la visita que tenía previsto hacer este miércoles a Moscú.

En un discurso muy patriótico y antioccidental, Putin dijo que Rusia no quiere una escisión de Ucrania.

«En el corazón y en la conciencia de la gente, Crimea era y es una parte inseparable de Rusia», dijo, afirmando que su país habría «traicionado» a los habitantes de la península si no hubiera respondido a su llamado a protegerlos ante las manifestaciones de Kiev que abocaron en la destitución del presidente Viktor Yanukovich, cercano al Kremlin.

Crimea, que pertenecía a Rusia en tiempos de la Unión Soviética, fue un regalo del entonces presidente Nikita Jruschov a Ucrania en 1954.

«No crean a los que les meten miedo sobre Rusia, que gritan que después de Crimea vendrán otras regiones», dijo Putin para tratar de aplacar los temores de aquellos que piensan que puede volver a pasar lo mismo en el este rusófono de Ucrania.

«No queremos la escisión de Ucrania, no lo necesitamos», dijo.

El jefe del Estado ruso también arremetió contra los occidentales que han adoptado sanciones contra Moscú, al considerar que han «traspasado la línea roja» y se han comportado de «manera irresponsable» en la crisis ucraniana.

Los rusos se burlan de las sanciones

Un consejero del Kremlin afectado por las sanciones, Vladislav Surkov, se burló de las sanciones, a las que consideró que eran como un «Oscar de Estados Unidos, en la categoría de ‘mejor papel secundario masculino'».

Más bien simbólicas, las sanciones anunciadas el lunes afectan a un número limitado de responsables rusos y ucranianos. En la lista de la Casa Blanca hay once personas, mientras que los ministros de Relaciones Exteriores europeos decidieron sancionar con restricciones de visas o congelamiento de haberes a 21 responsables ucranianos y rusos.

No obstante, las sanciones son inéditas en la historia de las relaciones entre la UE y Rusia desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991.

Los occidentales, que han excluido la opción militar, esperan el impacto del aislamiento internacional creciente de Rusia. Estados Unidos y la Unión Europea, que figuran entre los principales socios de Moscú, se reservan la posibilidad de imponer sanciones económicas y comerciales.

Poco parece importarle a Putin, que ha salido reforzado del referéndum en Ucrania y goza de la mayor cota de popularidad desde la elección presidencial de mayo de 2012.