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La Policía ocupa el último bastión del narcotráfico en Río

Al rayar el alba, 1.200 policías militarizados brasileños, con el apoyo de 21 blindados de la Marina, ocuparon ayer el complejo de favelas de Maré, último gran bastión del narcotráfico en Río de Janeiro, sin hallar resistencia.

Al contrario que la mayoría de las favelas de Río, casi toda la extensión de Maré se ubica en un terreno plano, con calles rectas, anchas y sin cuestas, lo que facilitó el avance de los blindados, que se hicieron con el control de la zona en cuestión de minutos.

Sin rastro de los miembros de las bandas de narcotraficantes Comando Vermelho, Tercer Comando y las milicias paramilitares que hasta ayer se distribuían el control de las 15 favelas que integran Maré, los policías no tuvieron que disparar sus armas.

Después de terminar las operaciones, a las 09.30, la Policía izó una bandera de Brasil y otra de Río de Janeiro en una plaza en el centro de Maré, en una ceremonia que contó con la presencia espontánea de cientos de vecinos. La ocupación, ampliamente anunciada por el gobierno regional para evitar conflictos y bajas civiles, culminó una serie de operaciones iniciada hace nueve días y fue precedida de un año de avisos por parte de las autoridades.

Según fuentes consultadas por EFE, las bandas armadas cesaron los enfrentamientos casi diarios hace unos seis meses, para preparar su marcha a otras favelas menores de la ciudad y de municipios vecinos a Río donde aún no ha llegado la política de “pacificación”. En las operaciones realizadas en Maré y otras favelas, la Policía arrestó al menos a 94 traficantes.