La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, extendió ayer “por el tiempo que sea necesario” el estado de catástrofe en las regiones de Arica, Parinacota y Tarapacá, las más afectadas por el terremoto de 8,2 grados que sacudió el norte del país.
El portavoz del Gobierno, Álvaro Elizalde, anunció la decisión al cabo de una reunión que la Mandataria mantuvo en el palacio de La Moneda con sus ministros y subsecretarios para analizar la situación en el área del terremoto, que causó seis muertos y destruyó miles de viviendas, entre otros.
Bachelet resolvió también que los ministros del Interior, Rodrigo Peñailillo, y de Defensa, Jorge Burgos, viajen a la zona afectada con el objetivo de supervisar el cumplimiento de las medidas que se han dispuesto a raíz de la emergencia.
Según Elizalde, la prioridad actual del Gobierno es la normalización total de los servicios básicos, del suministro de combustibles y alimentos. A ello se suma la realización de un catastro de los daños materiales ocasionados por el sismo, con el objetivo de diseñar un plan de reconstrucción.
Adelantó que entre los problemas más graves están la destrucción y daños de viviendas, y la pérdida de canales de regadío que afecta a agricultores. Un terremoto de 8,2 Richter sacudió el norte chileno el 1 de abril, hay más de 200.000 evacuados tras 216 réplicas.