Icono del sitio La Razón

Ucrania negocia con Rusia a todos los niveles sobre gas y pacificación del este del país

Ucrania estaba inmersa este lunes en negociaciones a todos los niveles con Rusia para intentar poner fin a la rebelión prorrusa en el este del país y evitar un corte del suministro de gas ruso que podría afectar a los países europeos.

Las conversaciones sobre la espinosa cuestión del gas comenzaron a las 17H00 GMT en Bruselas. Las partes se separaron sin ponerse de acuerdo al cabo de siete horas de difíciles negociaciones y decidieron volver a verse el martes por la noche o miércoles por la mañana, anunció el comisario europeo para Energía, Gunther Oettinger.

Moscú advirtió que la empresa semiestatal rusa Gazprom suspenderá los suministros de gas si Ucrania no abona antes del martes por la noche su deuda de miles de millones de dólares, una medida que perturbaría el aprovisionamiento de Europa.

Las autoridades ucranianas rechazan el precio estipulado por Rusia, el más alto aplicado a un país europeo, tras la accesión al poder de un gobierno pro-occidental.

Tres días después de su breve conversación con el presidente Vladimir Putin en Francia y dos días después de su investidura, el flamante presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, parece predispuesto a rebajar la tensión con Moscú cuanto antes y se dio una semana de plazo para restablecer la calma  en el este del país.    Poroshenko abrió negociaciones el domingo en Kiev por primera vez desde la caída de su predecesor y la incorporación de Crimea en marzo a Rusia, tras un referéndum considerado ilegal por los occidentales.

Estas discusiones a puerta cerrada entre el embajador ruso Mijaíl Zurabov y el embajador de Ucrania en Alemania, Pavlo Klimkine, en presencia de una representante de la Organización para Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), deben continuar todos los días hasta dar con una solución.

Las tres primeras sesiones han permitido «una comprensión común de las etapas claves» para «una desescalada de la situación en las regiones de Donetsk y Lugansk», indicó la noche del lunes el Ministerio ucraniano de Exteriores.

Choques entre ejército y separatistas

Para Kiev, el tiempo apremia. La insurrección en el este industrial y prorruso gana terreno, a pesar de la ofensiva lanzada hace más de dos meses por las fuerzas ucranianas.

Los separatistas tomaron el control de parte de la frontera con Rusia, un revés para Kiev, que no cesa de denunciar la llegada de armas y combatientes provenientes del territorio ruso. Los guardias fronterizos afirmaron haber repelido durante la noche del domingo un nuevo asalto contra el puesto de Izvarino.

Cerca de Slaviansk, bastión prorruso contra el que ha intensificado su ofensiva el ejército, una unidad militar fue atacada de noche en Artemivsk por medio centenar de insurgentes equipados con armas automáticas. Los militares repelieron el ataque y mataron a un separatista, según la misma fuente.

En total, los combates han dejado más de 200 muertos entre rebeldes, soldados ucranianos y civiles.

El nueva presidente ucraniano «toma todas la medidas prácticas que permiten esperar que se tomen decisiones sensatas en un plazo corto y que los habitantes del este de Ucrania vivan en paz», aseguró el ministro de Interior, Mijailo Koval, citado por la agencia Interfax Ucrania.

Pero en Donetsk, el «primer ministro» de la «República de Donetsk» autoproclamada, Alexandre Borodai, dijo estar «dispuesto a dialogar» siempre y cuando Kiev «retire todas sus fuerzas armadas».

En su investidura, Porochenko, multimillonario de 48 años, se dirigió en ruso a los habitantes del este para prometerles que no los abandonará. En cambio, se mostró inflexible en cuanto a la orientación europea de su país y la pertenencia de Crimea a Ucrania.

Reunión decisiva en Bruselas

Ex ministro de Economía y de Relaciones Exteriores que integró gobiernos prorrusos y pro-occidentales, Porochenko debe evitar desde los primeros días de su mandato una nueva «guerra del gas» con su vecino ruso.

En Bruselas, las negociaciones organizadas por el comisario europeo de Energía, Günther Öttinger, reúnen a los ministros rusos y ucraniano de Energía, así como a los responsables de la compañía rusa Gazprom y la ucraniana Naftogaz.

«Es más que probable que se trate del encuentro final», indicó una fuente rusa al diario Vedomosti. Según el rotativo ruso, Naftogaz, que hace una semana efectuó un pago de 786 millones de dólares, podría abonar mil millones de dólares a partir de este lunes y aceptar en cuestión de días un calendario de pagos del resto.

Los analistas estiman que Gazprom concederá una rebaja del precio del gas a Ucrania.

El dossier de la energía encona también las relaciones entre Moscú y la Unión Europea, que el domingo obtuvo de Bulgaria la interrupción de las obras de construcción de South Stream, un gasoducto realizado por Rusia y compañías eléctricas europeas para transportar gas ruso a Europa a partir de finales de 2015 sin pasar por Ucrania.

«Bruselas se guía por las ganas de castigo y venganza», denunció el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, después de una reunión con su homólogo finlandés, Erkki Tuomioja.

«Recientemente, hemos oído en Bruselas que las negociaciones sobre South Stream permanecerán congeladas mientras Rusia no reconozca a las autoridades de Kiev. ¿Les parece constructivo?», espetó el jefe de la diplomacia rusa, que también calificó de «contraproducente» la expansión de la OTAN hacia el Este.