Al menos cinco personas han muerto en los ataques con drones estadounidenses en el noroeste de Pakistán, una zona tribal donde el ejército paquistaní emprendió esta semana un importante ofensiva para expulsar a los talibanes y a sus aliados extranjeros de Al Qaida.
Según fuentes de seguridad de la región, seis misiles alcanzaron tres campos de base en el Waziristan del Norte, a una decena de kilómetros de Miransha, la principal ciudad de esta región donde se refugia el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), principal grupo rebelde islamista.
Un responsable de la seguridad, que precisó que el balance podría ser mayor, y fuentes de las fuerzas del orden de Misransha confirmaron este ataque.
Washington reanudó hace una semana operaciones desde drones, tras suspenderlas en diciembre pasado a pedido de Islamabad que quería negociar con el TPP.
La reanudación de estos ataques de aviones sin piloto supervisados por la CIA, la agencia estadounidense de inteligencia, se produce unos días después del sangriento ataque contra el gran aeropuerto del país, en Karachi, reivindicado por los talibanes.
Desde agosto de 2008, los disparos desde aviones sin piloto estadounidense han dejado 2.171 muertos, según un recuento de la AFP.