La aviación israelí proseguía este jueves por tercer día su ofensiva aérea en Gaza sin lograr poner fin a los lanzamientos de cohetes de Hamas, pese al llamamiento de la ONU a un alto el fuego.

En plena escalada de la violencia, que el jueves dejó más de 30 palestinos muertos, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon llamó a un alto el fuego inmediato en la apertura de una reunión de urgencia del consejo de seguridad.

Desde el inicio de la ofensiva el martes de madrugada han muerto al menos 83 palestinos y más de 500 han resultado heridos.

«Es más urgente que nunca intentar encontrar un terreno de consenso para lograr un retorno a la calma y a un acuerdo de cese el fuego», declaró Ban. El jefe de la ONU reiteró además «su llamado a ambas partes a mostrar la máxima moderación».

El presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó un llamamiento similar en una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al que exhortó a poner fin a la confrontación y expresó su preocupación por las víctimas civiles.

El Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, alertó por su parte que la región enfrentaba un «momento peligroso», tras conversar con Netanyahu y con el presidente palestino, Mahmud Abas.

El presidente francés, François Hollande, llamó por su parte a ambas partes a la «moderación».

Desoyendo los llamamientos internacionales, Netanyahu, se ha comprometido a endurecer la campaña contra Hamas.

El movimiento palestino ha replicado con una lluvia de cohetes contra el centro de Israel, que en las últimas 48 horas han caído en los alrededores de Jerusalén y Tel Aviv e incluso llegado hasta Hadera, 116 km al norte.

Las sirenas resonaron en Jerusalén por segunda vez en dos días y se oyeron una serie de explosiones en la ciudad, cuando el sistema antimisiles «Cúpula de Hierro» (Iron Dome) interceptó dos cohetes procedentes de Gaza, indicó el ejército.

Otros dos cayeron en campo abierto en la Cisjordania ocupada. Uno cayó cerca del asentamiento de Maaleh Adumim y el otro cerca de Ofer, una cárcel militar israelí al este de Ramala, sin causar daños ni heridos, según testigos y fuentes de seguridad.

Los militantes del brazo armado de Hamas, las Brigadas de Ezedin al Qasam, reivindicaron los ataque al anunciar que lanzaron «cuatro M75 cohetes contra Jerusalén».

Calles vacías

Para atender a los heridos de Gaza, Egipto abrió el paso fronterizo de Rafah, y puso en alerta a los hospitales de la zona, según la agencia oficial egipcia Mena.

No ha habido víctimas en el lado israelí, aunque los médicos indicaron que una mujer murió el jueves, al día siguiente de caerse cuando corría para ponerse a cubierto.

«Seguimos enfrentándonos a una campaña difícil, compleja y complicada», indicó Netanyahu tras una reunión del gabinete de seguridad.

La violencia ha vaciado las calles de Gaza y Tel Aviv, donde la población, temerosa, se pregunta dónde caerá el siguiente cohete o misil.

En el paseo marítimo de Tel Aviv, de costumbre abarrotado en verano, las terrazas estaban vacías.

En los cafés de Gaza, el panorama es mucho más oscuro. La madrugada de este jueves, nueve personas murieron y 15 resultaron heridas en un ataque aéreo contra un café de Jan Yunis (sur) al que la gente había ido a ver la semifinal del Mundial de Fútbol entre Argentina y Holanda.

Israel ha confirmado por boca de varios dirigentes que está poniendo a punto una posible intervención terrestre. Desde hace unos días decenas de tanques están concentrados junto a la frontera de Gaza.

«Si continúa el fuego [de cohetes], no descartamos una incursión terrestre», dijo el presidente de Israel, Shimon Peres, al canal CNN el miércoles, advirtiendo que eso podría suceder «muy pronto».

El gobierno israelí ha autorizado la movilización de 40.000 reservistas por si decide lanzar la operación terrestre.

Desde el inicio de la operación, la mayor ofensiva militar israelí desde noviembre de 2012, el ejército ha atacado más de 860 «instalaciones terroristas», 110 de ellas el jueves.

En el mismo periodo, los militantes de Gaza lanzaron 490 cohetes, de los cuales más de 370 alcanzaron Israel y 87 fueron interceptados, anunció el ejército. De estos, 120 alcanzaron Israel el jueves y 24 fueron interceptados.

Los analistas apuntan que con estos disparos de cohetes Hamas y sus apoyos tienen el objetivo de arrastrar a Israel a una operación terrestre, para infligirle un elevado número de pérdidas.

La entrada de tropas israelíes en la franja las expondría a que Hamas las ataque con armas antitanque, como por ejemplo los misiles Kornet empleados por el movimiento libanés Hezbolá en la guerra de 2006.

Hamas también tendría la posibilidad de capturar a soldados israelíes de cara a un futuro intercambio de prisioneros.