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Combates en Ucrania impiden investigaciones

Los expertos internacionales abandonaron ayer una parte de la zona en la que rastreaban restos de un avión malasio derribado en el este de Ucrania, donde la asediada ciudad de Lugansk estaba “al borde de una catástrofe humanitaria”, según la Alcaldía de este bastión rebelde.

La ofensiva militar ucraniana lanzada a principios de julio seguía avanzando, en especial en algunos bastiones de los prorrusos, como las ciudades de Donetsk y Lugansk, y en la zona fronteriza con Rusia.

En Grabove, 70 policías investigadores holandeses y australianos habían regresado por segundo día consecutivo para rastrear los restos del avión, desperdigados en una zona de unos 20 kilómetros cuadrados.

De los 298 muertos del aparato derribado el 17 de julio, 193 eran holandeses y 27 australianos. La Gay Pride en los canales de Amsterdam rindió homenaje ayer a esas víctimas.

Los inspectores escucharon disparos de artillería a unos dos kilómetros, “lo suficientemente cerca para tomar la decisión de marcharse”, explicó Alexander Hug, jefe adjunto de la misión de la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) en Ucrania.

Hug aseguró que los separatistas dieron el visto bueno al acceso a la zona bajo su control y estimó que era muy pronto para determinar si se trataba de una violación del alto el fuego.