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Francia y Alemania rinden un homenaje

Horas antes de entrar en la Primera Guerra Mundial, Francia y Alemania ya tenían un muerto cada una, tras una escaramuza del lado francés de la frontera. Cien años después, ambas familias los homenajearon en el lugar donde cayeron.

Ayer, el ruido de las balas se volvió a oír en Joncherey, un pueblo francés de unos 1.300 habitantes. Figurantes con uniformes militares de aquella época reconstituyeron el tiroteo que le costó la vida al cabo francés Jules-André Peugeot, de 21 años, y al subteniente alemán Albert Mayer, de 22 años, el 2 de agosto de 1914.

El oficial alemán, quien encabezaba una patrulla de seis hombres a caballo, ingresó en Francia para llevar a cabo una misión de reconocimiento y se encontró cara a cara con los soldados franceses de un puesto de vigilancia.

“¡Alto ahí!”, gritó Peugeot, antes de intercambiar disparos con Mayer. El primero resultó herido de muerte, mientras que el segundo también recibió un tiro, pero siguió cabalgando. Finalmente, otros franceses lo mataron a balazos.

Ayer se depositó simbólicamente en una urna tierra proveniente de las sepulturas de estos dos hombres delante del monumento a Peugeot.
 Sobre este monumento, construido en 1959, hay una leyenda que dice: “Más de treinta horas antes de declararle la guerra a Francia, la

Alemania imperial y real empezó a derramar sangre francesa”. Serge Curtit, sobrino nieto de Peugeot, vestido de blanco, depositó la tierra junto con Daniel Frey, sobrino bisnieto de Mayer.