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Emoción en Argentina por la recuperación del nieto de Carlotto

Luego de 36 años de búsqueda, Estela de Carlotto, la presidenta de la organización humanitaria argentina Abuelas de Plaza de Mayo, encontró a Guido, un hombre con dudas sobre su origen que se sometió voluntariamente a pruebas de ADN que probaron que era su nieto, robado en dictadura.

El primer abrazo entre la mujer y su nieto tuvo lugar finalmente la tarde del miércoles en «un encuentro íntimo en la ciudad de La Plata», 60 km al sur de Buenos Aires, donde reside la líder humanitaria, informó la entidad en un comunicado.

«Felizmente Guido Montoya Carlotto ya pudo abrazar a su familia, que lo buscó sin pausa y de forma incansable durante 36 años», celebraron las Abuelas en la nota, en la que instaron además a «respetar su intimidad».

Desde la presidenta Cristina Kirchner y el Papa Francisco, hasta los astros del fútbol Diego Maradona y Lionel Messi, expresaron su emoción por esta noticia que desplazó el caso económico financiero «Argentina vs ‘Buitres’ vs Griesa» a un segundo plano.

El papa Francisco recibió «con mucha emoción en el Vaticano» la buena noticia de la recuperación del nieto de Carlotto, dijo a la agencia oficial Télam el responsable de protocolo del Vaticano, Guillermo Karcher.

Axel Kicillof, el ministro de Economía y rostro de la pelea con los fondos especulativos, se quebró en una entrevista radial cuando quiso saludar a Carlotto, cuyo caso es emblemático de la sangrienta dictadura argentina (1976-83).

«Hoy, la Argentina es un país un poco más justo que ayer», remarcó Kirchner, que antecedida por su esposo y expresidente Néstor Kirchner, hicieron de la justicia en los casos de violaciones a los derechos humanos cometidos en la dictadura uno de los pilares de su gestión.

El nieto de Carlotto es el 114º recuperado por el minucioso trabajo de la entidad, que aún persiste en la búsqueda de otros 400 niños robados durante la dictadura.

La historia tiene como protagonistas a la reconocida ‘abuela’ Carlotto, de 83 años, madre de Laura, y a Hortensia Ardua, de 91 años, madre de Walmis Oscar.

Laura y Walmis son los padres del joven Guido, asesinados cuando éste era un recién nacido en 1978, en pleno régimen militar.

«Es igualito a su padre, no puede negar que sea hijo de mi hijo», dijo Ardua a la radio Red desde la provincia patagónica de Santa Cruz, donde reside.

Carlotto conmovió al país el martes al confirmar la recuperación de su nieto: «No me quería morir sin abrazarlo», dijo en una conferencia de prensa ofrecida en la sede de la organización que preside desde fines de la década del 80.

Espera por el encuentro

«Todavía estoy como soñando», había declarado Carlotto el miércoles a periodistas que la esperaron en la puerta de su casa en La Plata, 60 km al sur de Buenos Aires.

Su nieto -criado como Ignacio Hurban y buscado como Guido Carlotto- es un músico que hace menos de tres semanas se sometió voluntariamente a una prueba de ADN que probó su parentesco con la líder de la organización humanitaria.

Tras dar a luz en condiciones infrahumanas a Guido, el 26 de junio de 1978, Laura fue asesinada y su cuerpo fue entregado más tarde a su madre, que la reclamaba.

Los encuentros de los nietos recuperados con sus familiares suelen hacerse en la Casa de las Abuelas, en el centro de Buenos Aires, pero se convoca a la prensa sólo si el nieto acepta ser presentado públicamente.

«Soy el nieto de Estela»

Este jazzista, que había participado en un acto de la organización humanitaria que preside su abuela, Ciclo de Música para la Memoria, se presentó hace menos de tres semanas voluntariamente a hacerse un examen genético para sacarse dudas sobre su identidad.

Residente en Olavarría -350 km al sudoeste de Buenos Aires-, una de sus composiciones titulada «Para la Memoria», la dedicó al tema de los desaparecidos en Argentina.

No hubo un hecho concreto que llevara a Ignacio Hurban a hacerse la prueba de ADN. Al parecer fue más bien un presentimiento, reveló al diario La Nación un amigo que no dio su nombre.

«Soy el nieto de Estela de Carlotto», dicen que le confesó el martes al pianista de su banda, uno de sus amigos más íntimos.

De acuerdo a la versión de su amigo, a Hurban le dijeron que los resultados de la prueba de ADN iban a tardar tres meses, pero estuvieron listos en diez días.

La vida de Guido se inició con su apropiación por un miembro de las fuerzas represivas -al que Carlotto no identificó- quien luego lo entregó a una familia para que lo criara.

Otros niños robados fueron criados como hijos propios por policías y militares e incluso por los verdugos de sus propios padres.

En 2012, los exdictadores Jorge Videla, ya fallecido, y Reynaldo Bignone fueron condenados a 50 años y 15 años de cárcel, respectivamente, por un plan sistemático de robo de bebés durante el periodo de dictadura militar.