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Obama anuncia ataques aéreos de EEUU en Siria para destruir al Estado Islámico

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este miércoles que su gobierno está listo para lanzar ataques aéreos contra el Estado Islámico (EI) en Siria, poniéndose al frente de una «amplia coalición internacional» para destruir ese grupo armado.

En un discurso transmitido por red de televisión desde la Casa Blanca, Obama se comprometió también a entrenar y armar a grupos de la oposición en Siria, y aumentar dramáticamente la cooperación militar con el gobierno de Irak.

«Nuestro objetivo es claro: vamos a degradar y destruir al EI, mediante una amplia y sostenida estrategia antiterrorista», dijo.

Con un tono firme, Obama expresó que ha dejado claro «que perseguiré a los terroristas que amenazan a nuestro país. No vacilaré en tomar acciones contra el EI en Siria, así como en Irak».

Durante su mensaje, Obama recordó que el EI ya ejecutó a dos periodistas estadounidenses que mantenía como rehenes, Jim Foley y Steven Sotloff.

De acuerdo con el mandatario estadounidense «se trata de un principio fundamental de mi presidencia: si amenazas a Estados Unidos, no encontrarás un santuario seguro» en ningún lugar del mundo.

Además, el mandatario anunció que había ordenado el envío de 475 consejeros militares extras para prestar apoyo a las fuerzas iraquíes, en particular en tareas de entrenamiento para enfrentar al EI.

Apoyo a la oposición Siria

Obama también pidió al Congreso que le conceda «autorización y recursos adicionales para entrenar y equipar» a la oposición siria, alegando que ellos eran el «mejor contrapeso» a los combatientes del EI que ya controlan enormes territorios en Irak y Siria.

«En la lucha contra el EI, no podemos confiar en el régimen de (Bashar al) Asad, que aterroriza a su propia población, un régimen que nunca recuperará la legitimidad» que perdió, dijo Obama.

Sin embargo, en su tenso discurso de 14 minutos, el presidente estadounidense insistió en que el nuevo frente de combate no repetirá las exhaustivas experiencias de guerra de la última década.

«Quiero que el pueblo estadounidense entienda que este esfuerzo será diferente de las guerras en Irak y Afganistán», dijo Obama, quien destacó que «no implicará a tropas estadounidenses luchando en territorio extranjero».

Según Obama, la nueva estrategia será más parecida a la utilizada por Estados Unidos en Yemen y en Somalia, apoyada en ataques aéreos puntuales y el uso generalizado de aviones no tripulados (drones).

Funcionarios estadounidenses rehusaron estimar cuando comenzarían los ataques en Siria o cuáles serían los objetivos prioritarios de la estrategia anunciada por Obama.

No vamos a adelantar nuestros golpes», dijo un funcionario, que pidió el anonimato. «Si hay un blanco del EI en Irak que tenemos que atacar, lo atacaremos», agregó.

El líder estadounidense también mencionó que el diseño de esta nueva estrategia fue posible porque políticos iraquíes lograron una convergencia y formaron un gobierno de unidad para enfrentar al EI.

Contactos internacionales

El discurso llega en un momento señalado: la víspera del 13 aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001, cuando el radicalismo islámico a gran escala sacudió a Estados Unidos por primera vez.

Obama comunicó las grandes líneas de su discurso en una reunión con los líderes de ambas cámaras del Congreso este martes, y el miércoles se reunió con su consejo de guerra en la Casa Blanca.

El presidente también habló telefónicamente este miércoles con el rey saudita Abdalá. Ambos «estuvieron de acuerdo en la necesidad de entrenar y equipar a la oposición moderada siria», informó el ejecutivo estadounidense en un comunicado.

La conversación telefónica representa un desarrollo significativo en la crisis, cuando Obama lleva meses oponiéndose a enviar armas letales a la guerra civil en Siria, aludiendo a la dificultad de identificar a los verdaderos moderados y temiendo que ellas puedan terminar en manos de extremistas.

Obama ha dicho repetidas veces a los estadounidenses, en honor a una promesa clave de la campaña electoral, que tras «terminar» la guerra en Irak no enviaría tropas a combatir sobre el terreno.