Marina Silva y Aécio Neves queman sus últimos cartuchos en la TV con ataques a Dilma Rousseff
Según los últimos sondeos, Rousseff obtendrá el domingo un 40 %, frente al 25 % de Silva y el 20 % que lograría Neves, mientras que la presidenta sería reelegida en segunda vuelta frente a una u otro, con una diferencia de unos diez puntos porcentuales.
La propaganda en televisión para las elecciones del próximo domingo en Brasil concluyó hoy con duros ataques de la ecologista Marina Silva y el socialdemócrata Aécio Neves a la mandataria-candidata Dilma Rousseff, que ofreció un «Gobierno nuevo de ideas nuevas».
Según las encuestas, Silva y Neves se disputan la posibilidad de llegar a una segunda vuelta frente a Rousseff y hoy coincidieron en quemar sus últimos cartuchos televisivos con asuntos de corrupción que han sido denunciados en la estatal petrolera Petrobras.
«Miente quien dice que no sabía que había robos en la (estatal) Petrobras, miente quien dice que no sabe lo que está pasando con la corrupción en este país», declaró Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), en su último espacio televisivo.
Neves también atacó por ese flanco y utilizó imágenes del último debate entre candidatos, en el que también exigió a Rousseff que explicara la supuesta corrupción en la principal empresa del país.
Antes de eso, el socialdemócrata instó a los electores a darle el «voto útil» necesario para vencer a Rousseff y a su Partido de los Trabajadores (PT), que está en el Gobierno desde 2003, cuando lo asumió con Luiz Inácio Lula da Silva.
El espacio de Neves también apeló a los indecisos en su intento de alcanzar una segunda vuelta, necesaria si ningún candidato logra superar el 50 % de apoyo.
Según los últimos sondeos, Rousseff obtendrá el domingo un 40 %, frente al 25 % de Silva y el 20 % que lograría Neves, mientras que la presidenta sería reelegida en segunda vuelta frente a una u otro, con una diferencia de unos diez puntos porcentuales.
Silva, además de censurar la supuesta corrupción en Petrobras y la alegada indiferencia de Rousseff ante los ilícitos, también citó su origen pobre y su conexión con la Amazonía, en la que nació, creció y trabajó en su infancia, como recolectora de caucho.
«Soñé un día con cosas simples. Soñé con dejar de ser analfabeta y lo conseguí a los 16 años, cuando fui a la ciudad. Cuando volvía a ver a mi familia, veía que hablaban un mal portugués, pero ellos conocían los secretos de la selva», declaró.
En ese ambiente hostil y de pobreza, aseguró que conoció «el respeto a la diversidad» y prometió aplicarlo a la tarea de gobernar si fuera elegida presidenta.
Entre los principales candidatos a la Presidencia, Silva ha sido la que contó con menos tiempo gratuito de propaganda en televisión, que se define en función del número de partidos con representación parlamentaria que los apoyan.
Rousseff, respaldada por una ampliación coalición, ha tenido doce minutos diarios para dirigirse al electorado, mientras que Neves ha contado con cuatro minutos y Silva con apenas dos.
La presidenta se explayó en sus últimos doce minutos e hizo un largo repaso de su gestión, que comenzó el 1 de enero de 2011 y que encadenó con los ocho años que gobernó Lula, su antecesor y mentor.
El expresidente, uno de los políticos más carismáticos del país, también surgió en el espacio de Rousseff para insistir en que su segundo mandato «fue mucho mejor que el primero» y expresar su «más absoluta convicción» de que «así será con Dilma».
Lula apareció incluso en una conversación presentada como «entre amigos» con Rousseff, ambos sentados en el banco de una plaza, y destacando que «Brasil ha mejorado» y que «eso es lo que hay que defender» el próximo domingo.
Sin citar a Marina Silva, Rousseff volvió a censurar la «nueva política» que ofrece la ecologista, que mantiene un fuerte discurso contra los partidos tradicionales.
«Hay candidatos que ofrecen algo nuevo, pero no dicen realmente qué van a hacer, no tienen propuestas concretas y lo único concreto que ofrecen es continuar con lo que se está haciendo», dijo Rousseff en alusión a los vastos programas sociales de su Gobierno, que todos los otros candidatos prometen mantener.
Con la conclusión de los espacios de propaganda en televisión y radio, la campaña electoral seguirá en las calles hasta el sábado, un día antes de que 142 millones de brasileños acudan a las urnas.
Antes de eso, Rousseff, Silva y Neves se verán las caras esta misma noche en el último debate televisado de la campaña, en el que participarán también otros cuatro candidatos cuya intención de voto, en conjunto, no supera el 2 %.