Periodistas en riesgo en el límite de Brasil y Paraguay
Un corresponsal y su asistente fueron asesinados el 16
Periodistas que trabajan en la zona fronteriza de Paraguay con Brasil se ven obligados a vivir enclaustrados en su casa o salir con escolta policial por el avance del narcotráfico, al que autoridades atribuyen el asesinato esta semana de un reportero y su asistente.
Sus muertes se añadieron a los asesinatos de otros dos periodistas en departamentos de frontera este año y otro par en 2013. Desde 1991, cuando la sociedad paraguaya se conmocionó con el homicidio de Santiago Leguizamón, aún impune, 16 comunicadores perdieron la vida por su trabajo, según el Sindicato de Periodistas del Paraguay.
Algo tan común como salir a correr a un parque o visitar tiendas son actividades prohibidas para muchos reporteros que viven en la zona de cultivo de marihuana al este del país, que está dirigida mayoritariamente a Brasil. Paraguay es el mayor productor de esa hierba en Sudamérica.
Cándido Figueredo cuenta con guardia policial permanente desde hace casi 19 años, de los 20 que es corresponsal del diario ABC Color en la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero. «Ametrallaron la casa dos veces y dos veces el vehículo», dijo el hombre de 58 años, quien vive en la oficina del periódico con su mujer.
«Llamo a la redacción regional mi cárcel regional. Salir a comer a un restaurante o ir a un casamiento es impensable».
La constante amenaza es una camisa de fuerza para periodistas que realizan su trabajo como pueden, por teléfono y viajando si es imprescindible o hay protección policial. «No hay confianza en la Justicia o en los órganos de seguridad. Nos sentimos impotentes», se lamentó Elías Cabral (32), corresponsal del diario Última Hora y de Telefuturo en Curuguaty, al este de Asunción. Pidió una orden de protección al sistema judicial tras recibir una amenaza en febrero, pero el proceso se estancó.
Figueredo achaca a Líder Cabral Arias, un narcotraficante preso en Brasil, uno de los ataques contra él. El capo podría estar también involucrado en los últimos dos asesinatos, según ABC Color. Los fallecidos son Pablo Medina, de 53 años y corresponsal de ese rotativo en Curuguaty, y Antonia Almada, de 19, su asistente.
El coche en que viajaban fue detenido y acribillado el jueves por dos sicarios vestidos de camuflaje, en represalia por sus reportajes sobre narcotráfico, según el Ministerio del Interior. ABC Color apuntó como sospechoso a un supuesto lugarteniente de Cabral Arias, Avilio Manuel Espíndola Isasi, alias Baby, prófugo desde que en septiembre la Policía encontrara casi tres toneladas de marihuana en un túnel bajo su vivienda.
Figueredo, que lleva mucho más tiempo en el oficio, es más escéptico. «Si la persona es importante, se habla del homicidio un tiempo, un mes o dos, y luego es algo esporádico y queda en el olvido», se quejó. «Hay muchísima impunidad», añadió.