La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció ayer que realizará reformas políticas y económicas en los próximos meses, con lo que calmó al mercado financiero, que registró ganancias tras las pérdidas de la víspera.
“No voy a esperar la conclusión del primer mandato —el 31 de diciembre— para iniciar todas las acciones necesarias para transformar y mejorar el crecimiento de la economía”, dijo la Mandataria. Con estas medidas, Rousseff espera reforzar el combate a la inflación, que según los expertos llegará a fin de año muy cerca del máximo previsto, el 6,50 %.
El anuncio fue bien recibido por la bolsa de Sao Paulo, la principal de Latinoamérica, que cerró la jornada con una subida del 3,62%, mientras que el lunes había caído un 2,77%. Los mercados dan así un tregua a Rousseff a la espera de que nombre al próximo ministro de Hacienda, después de que el actual, Guido Mantega, anunciara que dejará el cargo este año.
Según los analistas, el elegido tendrá que empezar por arreglar el grave déficit de las cuentas públicas. En la lista de posibles sucesores de Mantega, los medios de comunicación brasileños sitúan con ventaja a varios nombres que darían confianza al mercado financiero, entre ellos los de los expresidentes de dos de los bancos más importantes del país.