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Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 06:17 AM

Caída de precio del petróleo perfila un nuevo orden geopolítico global

El descenso de las tarifas del crudo perfila nuevos equilibrios geopolíticos. Estados Unidos se convierte en productor de referencia y, en este escenario, el Viejo Continente reduce su factura energética.

Por El País

/ 2 de noviembre de 2014 / 04:00

El descenso de las tarifas del crudo perfila nuevos equilibrios geopolíticos. Estados Unidos se convierte en productor de referencia y, en este escenario, el Viejo Continente reduce su factura energética.

El mercado del petróleo se vio sacudido por una especie de tormenta perfecta, una combinación de exceso en la oferta, de demanda más débil de lo previsto y de fortaleza del dólar (divisa de referencia para el mercado petrolero) que provocó la caída del 25% en los precios del crudo desde junio. Tras un periodo de relativa estabilidad, con el barril situado por encima de los $us 100 desde 2011 —$us 115 alcanzó en junio—, parece que los precios se están estabilizando en una banda considerablemente más baja, entre los $us 70 y los $us 90, según expertos, lo que introduce nuevas y profundas variables en el mercado del petróleo.

Entre esas variables, quizás la más relevante es el cambio de fuerzas en el escenario geopolítico que se empieza a dibujar. A diferencia de otras ocasiones, Arabia Saudí descartó recortar la producción como vía para intentar sostener los precios e incluso aceptó rebajar los precios a sus clientes asiáticos para mantener una cuota de mercado. Otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) pidieron medidas, pero casi nadie confía en un acuerdo para recortar la oferta del cartel en la reunión del 27 de noviembre.

“Si la OPEP no recorta producción para sostener los precios, ¿quién lo hará?”, se pregunta Kevin Norrish, de Barclays. “La OPEP ya no actúa como el productor de referencia del mercado y la oferta de petróleo de esquisto de Estados Unidos está llamada a ocupar ese lugar”, defienden analistas de Goldman Sachs.

Los altos precios del crudo hicieron posible la explotación de pozos que exigían técnicas costosas, como la usada en aguas profundas o la fractura hidráulica (fracking). Gracias a eso, Estados Unidos pudo aumentar su producción a un ritmo anual de entre 1,2 y 1,4 millones de barriles diarios desde 2011, lo que le permitió avanzar hacia la autosuficiencia energética y convertirse en lo que los expertos denominan productor bisagra, aquel que dicta el rumbo del mercado.

Así, los productores de fuera de la OPEP, con Estados Unidos a la cabeza, lograron cubrir el aumento de la demanda global, lo que diluyó considerablemente la influencia de la OPEP. “No hay precedentes históricos de que un país pueda mantener durante tanto tiempo semejantes aumentos de producción. Eso ha cambiado por completo el mercado”, explica Antonio Merino, director de la Secretaría Técnica de Repsol y uno de los mayores expertos del mercado energético.  

Hay otros factores que presionan a la baja de precios. Libia, sin producción en septiembre de 2012, pone en el mercado entre 800.000 y 900.000 barriles diarios. La toma de varios pozos petroleros en Irak a manos de los yihadistas del Estado Islámico no supuso una interrupción de la producción, de unos tres millones de barriles diarios. Irán anunció su intención de aumentar su oferta hasta los cuatro millones de barriles en marzo de 2015. Todo ello en medio de un fuerte frenazo de la demanda global, que llevó a la Agencia Internacional de la Energía a recortar en septiembre sus previsiones de incremento del consumo en 25%, coincidiendo con la alerta lanzada por el Fondo Monetario Internacional del riesgo de una tercera recesión en Europa. El nerviosismo del mercado no se hizo esperar.

El precio del barril de Brent, el de referencia para Europa, llegó a caer a $us 31, el mayor descenso desde  2012. Antes de eso hay que remontarse a la crisis de 2008, cuando la cotización se desplomó 75%. “No creemos que vayamos a ver nada parecido a aquello”, admite Norrish.

Entonces, el barril de Brent cayó hasta los $us 36.

Sin llegar a esos niveles, lo cierto es que el descenso del coste de la energía tiene un impacto notable sobre la economía, en forma de ahorro en la factura energética, de corrección de los desequilibrios externos y de menor presión inflacionista. “El saldo neto es positivo para la economía mundial”, asegura Andrew Kenningham, de Capital Economics, en uno de sus últimos informes. “Una caída de $us 10 en el precio del petróleo equivale a una transferencia del 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de los países productores a los países consumidores y éstos siempre acaban aumentando el gasto. Si asumimos que los consumidores gastan la mitad de lo que se ahorran, una caída permanente del precio del petróleo de $us 10 impulsaría la demanda global entre 0,2% y 0,3%”. Es decir, una inyección de unos $us 320.000 millones a la economía mundial si, como calcula Capital Economics, los actuales niveles del petróleo en torno a los $us 85 se mantienen hasta finales de 2016.

Los analistas de Goldman Sachs calculan que el precio del crudo bajará 15% en 2015, lo que supondrá una demanda añadida de 200.000 barriles diarios. También propicia un aumento de la confianza y de la actividad a nivel global. Estados Unidos ya se beneficia de unos costes de producción considerablemente más baratos, gracias al gas extraído mediante fracking.

Pero “la situación en la eurozona es diferente. Lo primero porque una caída del precio de las materias primas va a exacerbar el temor a la deflación  y a un nuevo episodio de la crisis de deuda”, dice Kenningham. “En esas circunstancias, el impacto sobre el consumo de un petróleo más barato apenas se va a notar y reforzará los argumentos para un programa de compra a larga escala de bonos por parte del Banco Central Europeo”. Claro que ahí ya entran en juego otras derivadas.

La época crítica del crudo en europa

El precio del petróleo entró en una espiral bajista muy pronunciada y que en pocos días le llevó a retroceder en el Viejo Continente hasta los niveles mínimos y solo comparables a cuatro años atrás. El barril que se negocia en el mercado de futuros de Nueva York está como en el verano de 2012. El temor a que la economía global se debilite y la rápida progresión de Estados Unidos hacia la independencia energética explican un vuelco que podría acentuarse durante el invierno.

Arabia no reduce producción para estabilizar el mercado

Cuando este verano los yihadistas del Estado Islámico se apoderaron de un tercio de Irak, muchos observadores hubieran apostado a que el petróleo iba a dispararse una vez más. Sin embargo, el precio del crudo cayó 25% desde junio. Además, en contra de lo habitual, Arabia Saudí, el mayor exportador del mundo, no hizo mención a reducir su producción para estabilizar el mercado. Han surgido teorías sobre una guerra de precios, sin embargo los expertos la desmienten y describen una situación más compleja. Si se mantiene la tendencia, Irán y Arabia Saudí, además de ingresos, perderán una importante palanca de influencia regional.

“Ha sido una caída muy rápida y severa, que parece haber cogido por sorpresa a los (países) productores”, señala Bill Faren-Price, director general de la consultora independiente Petroleum Policy Intelligence.

Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el barril de crudo pasó de pagarse a $us 108 hace cuatro meses a apenas $us 87 el viernes. El gráfico de ese cartel, que extrae un tercio de la producción mundial, viene marcando la tendencia a la baja hace un año.

Los analistas señalan que hay excedentes. A la caída del consumo, por el parón en el crecimiento de China y una mayor eficiencia energética en Estados Unidos y Europa, se sumó el aumento de la producción, tanto convencional por el retorno de Irak y Libia a la producción normalizada, como no convencional de petróleo de esquisto (el que está atrapado entre rocas y se extrae mediante alta presión hidráulica, fracking) en EEUU. 

De confirmarse la tendencia, los países exportadores de crudo tendrán menores ingresos y dificultades para mantener los subsidios.

La caída más dura en 4 años

El petróleo es más barato que en junio y que en los últimos cuatro años.

El precio medio del crudo en 2011 era de $us 107, en 2012 de $us 111 y un año después de $us 110.

Sin embargo, el coste tampoco puede ahora considerarse barato si se mira la evolución con más perspectiva.

Como antecedente, en 2008 el precio medio del barril era de $us 45 y llegó ese año incluso a reducirse a $us 36.

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Desembarco chino en la región y su cara amarga

FIDH. Hay violaciones de derechos en proyectos extractivos.

Por El País

/ 31 de octubre de 2018 / 04:01

China se ha puesto las botas en América Latina. Ávido de materias primas y, últimamente, por aumentar su participación en los mercados de infraestructuras y servicios, el gigante asiático ha irrumpido con fuerza como un jugador de peso en la región.

La República Popular, que aspira a relevar a los estadounidenses como primera economía mundial en la próxima década, ha creado empleo y, sobre todo, ha mantenido la llegada de flujos de inversión en un momento complicado, en pleno repliegue de los Estados Unidos (EEUU) de Donald Trump.

Pekín ha ocupado ese espacio con creces: su banco de desarrollo se ha convertido en el prestamista internacional más importante para un número no menor de países latinoamericanos, firmas como China Petroleum o Chinalco han dado un paso al frente en la misma dirección y sus inversiones en los más de 10.000 km que separan Ciudad Juárez (México) y Ushuaia (Argentina) se han multiplicado por más de 10 desde 2008.

Pero el maná de Pekín también tiene una cara amarga: el incumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos fundamentales en un número no menor de proyectos, tal y como constata la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) —que agrupa a casi 180 ONG de todo el mundo— en un informe presentado a mediados de este mes.

“Las violaciones de derechos humanos en que incurren las compañías chinas no constituyen hechos aislados, sino que demuestran un patrón de comportamiento recurrente caracterizado por el irrespeto de los derechos fundamentales y de los derechos económicos, sociales y culturales internacionalmente reconocidos”, subrayan los técnicos de la FIDH tras haber recorrido 18 explotaciones mineras, petroleras e hidroeléctricas localizadas en cinco países de la región: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú.

La federación de ONG denuncia el “continuo” ejercicio de estos “comportamientos violatorios con conocimiento de causa” y la falta de voluntad de China por monitorizar el cumplimiento de los estándares mínimos exigibles por parte de sus empresas y bancos.

“Todo ello se torna más crítico cuando se observa el alto impacto de las inversiones chinas en territorios indígenas y áreas ambiental y socialmente sensibles”, agrega. Las violaciones de derechos humanos identificadas tienen que ver con la defectuosa implementación de procesos de consulta ambiental a la población en general y, muy específicamente, a las poblaciones indígenas.

Ocurre así en el complejo hidroeléctrico de La Barrancosa-Cóndor Cliff, en el extremo sur de Argentina, donde la consulta ambiental “no cumplió los estándares mínimos”, o en el bloque petrolero boliviano de Nueva Esperanza, donde la corporación petrolera china BGP “desconoció los acuerdos y causó daños ambientales”.

Los hechos denunciados también tienen que ver —siempre según la FIDH— con la violación del derecho a la tierra y al territorio: en los proyectos mineros ecuatorianos de Mirados y San Carlos Panantza, estatales chinas habrían recurrido a la compra irregular de terrenos y a la interposición de demandas civiles contra familias sin títulos de propiedad, lo que habría ocasionado —“con el apoyo de la fuerza pública”— el desalojo forzoso y el desplazamiento involuntario de unas 40 familias indígenas.

También tienen que ver con violaciones de los derechos laborales y de asociación, sobre todo en proyectos extractivos en Ecuador y Perú, en los que los empleados han levantado la voz contra el “maltrato, los despidos ilegales y (la presencia de) accidentes previsibles” en el lugar de trabajo o, directamente, con supuestas trabas por parte de las empresas en el proceso de constitución de sindicatos.

IMPACTO. En América Latina, reconoce la FIDH, el interés económico chino levantó grandes expectativas entre la ciudadanía por la posibilidad de que se tratase de una relación en la que ambas partes saliesen beneficiadas.

Y aunque en muchos casos el impulso económico que ha supuesto la llegada en tromba de inversores del país asiático es un hecho constatable con datos, el ente con sede en París considera que, tras una década de presencia de Pekín, las comunidades impactadas por los proyectos no han visto todavía un comportamiento social y ambientalmente responsable por parte de las instituciones chinas.

“La viabilidad de una verdadera cooperación sur-sur y de relaciones de beneficio mutuo dependen en gran medida de que China tenga un compromiso genuino de bienestar de las comunidades locales y un modelo de inversión respetuoso de los derechos humanos y de la naturaleza”. Un tirón de orejas y un aviso que llega solo días antes de que la ONU haga su examen periódico sobre la situación de derechos humanos en el país más poblado del mundo.

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FIDH. Hay violaciones de derechos en proyectos extractivos.

Por El País

/ 31 de octubre de 2018 / 04:01

China se ha puesto las botas en América Latina. Ávido de materias primas y, últimamente, por aumentar su participación en los mercados de infraestructuras y servicios, el gigante asiático ha irrumpido con fuerza como un jugador de peso en la región.

La República Popular, que aspira a relevar a los estadounidenses como primera economía mundial en la próxima década, ha creado empleo y, sobre todo, ha mantenido la llegada de flujos de inversión en un momento complicado, en pleno repliegue de los Estados Unidos (EEUU) de Donald Trump.

Pekín ha ocupado ese espacio con creces: su banco de desarrollo se ha convertido en el prestamista internacional más importante para un número no menor de países latinoamericanos, firmas como China Petroleum o Chinalco han dado un paso al frente en la misma dirección y sus inversiones en los más de 10.000 km que separan Ciudad Juárez (México) y Ushuaia (Argentina) se han multiplicado por más de 10 desde 2008.

Pero el maná de Pekín también tiene una cara amarga: el incumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos fundamentales en un número no menor de proyectos, tal y como constata la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) —que agrupa a casi 180 ONG de todo el mundo— en un informe presentado a mediados de este mes.

“Las violaciones de derechos humanos en que incurren las compañías chinas no constituyen hechos aislados, sino que demuestran un patrón de comportamiento recurrente caracterizado por el irrespeto de los derechos fundamentales y de los derechos económicos, sociales y culturales internacionalmente reconocidos”, subrayan los técnicos de la FIDH tras haber recorrido 18 explotaciones mineras, petroleras e hidroeléctricas localizadas en cinco países de la región: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú.

La federación de ONG denuncia el “continuo” ejercicio de estos “comportamientos violatorios con conocimiento de causa” y la falta de voluntad de China por monitorizar el cumplimiento de los estándares mínimos exigibles por parte de sus empresas y bancos.

“Todo ello se torna más crítico cuando se observa el alto impacto de las inversiones chinas en territorios indígenas y áreas ambiental y socialmente sensibles”, agrega. Las violaciones de derechos humanos identificadas tienen que ver con la defectuosa implementación de procesos de consulta ambiental a la población en general y, muy específicamente, a las poblaciones indígenas.

Ocurre así en el complejo hidroeléctrico de La Barrancosa-Cóndor Cliff, en el extremo sur de Argentina, donde la consulta ambiental “no cumplió los estándares mínimos”, o en el bloque petrolero boliviano de Nueva Esperanza, donde la corporación petrolera china BGP “desconoció los acuerdos y causó daños ambientales”.

Los hechos denunciados también tienen que ver —siempre según la FIDH— con la violación del derecho a la tierra y al territorio: en los proyectos mineros ecuatorianos de Mirados y San Carlos Panantza, estatales chinas habrían recurrido a la compra irregular de terrenos y a la interposición de demandas civiles contra familias sin títulos de propiedad, lo que habría ocasionado —“con el apoyo de la fuerza pública”— el desalojo forzoso y el desplazamiento involuntario de unas 40 familias indígenas.

También tienen que ver con violaciones de los derechos laborales y de asociación, sobre todo en proyectos extractivos en Ecuador y Perú, en los que los empleados han levantado la voz contra el “maltrato, los despidos ilegales y (la presencia de) accidentes previsibles” en el lugar de trabajo o, directamente, con supuestas trabas por parte de las empresas en el proceso de constitución de sindicatos.

IMPACTO. En América Latina, reconoce la FIDH, el interés económico chino levantó grandes expectativas entre la ciudadanía por la posibilidad de que se tratase de una relación en la que ambas partes saliesen beneficiadas.

Y aunque en muchos casos el impulso económico que ha supuesto la llegada en tromba de inversores del país asiático es un hecho constatable con datos, el ente con sede en París considera que, tras una década de presencia de Pekín, las comunidades impactadas por los proyectos no han visto todavía un comportamiento social y ambientalmente responsable por parte de las instituciones chinas.

“La viabilidad de una verdadera cooperación sur-sur y de relaciones de beneficio mutuo dependen en gran medida de que China tenga un compromiso genuino de bienestar de las comunidades locales y un modelo de inversión respetuoso de los derechos humanos y de la naturaleza”. Un tirón de orejas y un aviso que llega solo días antes de que la ONU haga su examen periódico sobre la situación de derechos humanos en el país más poblado del mundo.

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Tiziana Terranova: ‘La nueva economía parecía una tierra llena de posibilidades’

La experta italiana en los efectos de las tecnologías de información en la sociedad describe el papel de estas nuevas formas de relacionamiento económico y social en el empleo y en el modelo de producción capitalista vigente en el mundo.

Por El País

/ 17 de octubre de 2018 / 04:02

Tiziana Terranova (1967, Italia) se muestra tan concienciada como cauta. A cada paso pone por delante a la socióloga y experta en comunicación que vive dentro de ella para no caldear el ambiente con extremismos. Investigadora, con laboratorio en la Universidad de Nápoles, pasó a fines de septiembre por Madrid para fomentar respuestas colectivas a los nuevos mercados de trabajo efímeros y a los embaucadores que predominan en la era de internet. Junto al norteamericano Trebor Scholz impartió conferencias y talleres en el Museo Reina Sofía ante un público muy joven y atento a las prevenciones y a la búsqueda de un resquicio de futuro en el frágil mercado laboral que les espera.

— ¿Me llamó la atención el título de su ciclo: “Superexplotados e infrapagados”. ¿Así estamos?

— El título viene dado de un ensayo de Trebor Scholz. Cuando apareció, la nueva economía parecía un mundo lleno de posibilidades; con el tiempo fueron muchos los que se dieron cuenta de que no era así. Todas esas nuevas opciones se nos presentan como muy atractivas cuando lo que prima es el deseo y la necesidad de trabajar. Organizarse por internet, a priori, parece que carece de costos, que no se necesita de estructuras; pero a la larga sale caro: para la sociedad y para el colectivo, sobre todo. Al principio, nos contagia un sentimiento de libertad, de flexibilidad, luego llegan los efectos colaterales. NdE. La nueva economía se basa en el rápido desarrollo y aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación. Scholz es uno de los principales críticos y analistas de la “economía colaborativa” y de las nuevas formas de “explotación”.

— ¿Cuándo nos dimos cuenta de que la utopía de internet podía llegar a ser una distopía?

— Existe la tendencia a polarizar el discurso sobre esto. De la ilusión al Black Mirror. No hay que dejarse llevar por los extremos. La realidad es que vivimos una metamorfosis social del mercado del trabajo que la tecnología transforma, pero deberíamos conseguir que se haga de un modo alternativo al que parecen apuntar las tendencias. NdE. “Black Mirror” es una serie de televisión británica que explora el lado oscuro de la tecnología.

— En su conferencia en el Museo Reina Sofía la mayoría de asistentes no llegaba a los 25 años. ¿Son los más jóvenes conscientes del impacto que estamos viviendo y de qué es lo que les espera cuando salgan al mundo laboral?

— La mayoría de mis estudiantes en la Universidad de Nápoles ya trabajan. En condiciones precarias, claro. Así que son conscientes de la gravedad y de la dureza de la situación. Creo que hemos superado aquel estado mental previo a 2008 cargado de un deseo de competitividad. Ahora vivimos una atmósfera de desilusión y de necesidad de utilizar la tecnología para organizarse alternativamente. No tanto en pro de un capitalismo ni de convertirse en propietarios, sino tendente a nuevas maneras de entenderse o aliarse de cara al trabajo o a la propia vida.

— Uno de los riesgos que afecta a la sociedad en general, pero en gran parte a la juventud, es la tentación de caer en el populismo xenófobo y neofascista que crece en Europa. Italia es un ejemplo un tanto alarmante en este sentido. ¿Por qué?

— Basta un equipo reducido en redes sociales para agitar mensajes nocivos. Pero habría que ver si éstos afectan más a los jóvenes o a los segmentos de mayores de cuarenta. No lo sé. Lo cierto es que la rabia, el deseo de encontrar puntos de vista que les expliquen qué ocurre, la sensación de impotencia, existen. Pero no tenemos datos que nos digan a quién afectan más estos mensajes. El control de los mismos sigue siendo opaco.

— Esa desilusión, esa rabia, ¿tiene que ver con la vieja estructura o con la nueva?

— Proviene de ese choque entre ambas, de esa sensación de haber cambiado una estructura antigua que no funcionaba por otra que no cumple las expectativas; que no da seguridad económica sino que ofrece competencia, fatiga, más esfuerzo y escasos incentivos. Sentirse bloqueado y capturado ahí es frustrante. Y eso se transforma en mantras que tienen que ver con discursos que apuntan a que nos han robado el futuro.

— ¿Llegan a explicarse en Europa y concretamente en Italia que ese caldo de cultivo del populismo más de ultraderecha cale en casi todos los países y en España, no, por el momento?

— No estoy segura de si se percibe esa excepción. Deberíamos centrar nuestra mirada en España para saber por qué.

— España no es la única excepción, también ocurre en Irlanda y Portugal. Pero volvamos a Italia, ¿por qué ese tumor les afecta tanto?

— Han sido años y años en que los medios, la televisión y todos los partidos se subían a una corriente antiinmigración. Desde la derecha ultra de la Liga de Umberto Bossi al principio, a Silvio Berlusconi (ex primer ministro italiano), pasando por la izquierda del Partido Democrático. Todos. No habíamos resuelto el colonialismo ni el fascismo. Matteo Salvini (actual líder de la Liga Norte) es el fruto de todo eso. NdE. La Liga Norte es un partido político italiano de ultraderecha que se niega a que el país acoga más inmigrantes.

    ‘Los jóvenes son  conscientes de la grave situación’

— ¿Por qué ha logrado él sacar tanta ventaja? ¿Es sencillamente más listo que el resto?

— Lo que propagan, y muchos están de acuerdo con ellos, es que la Liga es un partido sin precedentes. Más posmoderno, más avanzado en sus técnicas de comunicación que el resto. Pero el terreno de ahora, repito, se lo habían preparado durante dos décadas.

— ¿En qué medida influyen las noticias falsas en la cuestión de la inmigración?

— Son poderosas. Utilizan el miedo al inmigrante y ponen ejemplos de condiciones ventajosas sobre la población con esos cuentos de que ya llegan con su sueldo; o dicen que contagian enfermedades que traen consigo de sus países. Las noticias falsas tienen efecto porque se construyen sobre creencias y temores previos que, sencillamente, se confirman como reales, sin serlo. Se combaten con discursos y datos antirracistas.

— ¿Con qué armas?

— Hace falta un esfuerzo colectivo coordinado. La derecha más radical cuenta con ventaja, pero eso no quiere decir que otras sensibilidades no dispongan de armas para organizar una respuesta en la red. Hay que afrontarlo en grupo, no de manera individual.

— ¿Por qué la mentira se ha organizado más rápido que el rigor o las aproximaciones a la realidad, por no decir, la verdad?

— No lo sé. Y estudiándolo, sencillamente te das cuenta de que no hace falta mucha gente para afrontarlo. Pero es cierto, ¿por qué ahora el odio se expande mejor y más rápido que la solidaridad?

PERFIL

Nombre: Tiziana Terranova

Profesión: Socióloga

Cargo: Investigadora de la Universidad de Nápoles

EXPERTA EN COMUNICACIÓN DIGITAL

Su trabajo se enfoca en los efectos de las tecnologías en la sociedad a través de conceptos como trabajo digital y bienes comunes. Es autora de Network Culture. Politics for the Information Age y de numerosos ensayos, profesora en cultura y medios de comunicación digitales y política en el Departamento de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Nápoles, y miembro de la red universitaria libre Euronomade y de la Robin Hood Minor Asset Management Cooperative.

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Tiziana Terranova: ‘La nueva economía parecía una tierra llena de posibilidades’

La experta italiana en los efectos de las tecnologías de información en la sociedad describe el papel de estas nuevas formas de relacionamiento económico y social en el empleo y en el modelo de producción capitalista vigente en el mundo.

Por El País

/ 17 de octubre de 2018 / 04:02

Tiziana Terranova (1967, Italia) se muestra tan concienciada como cauta. A cada paso pone por delante a la socióloga y experta en comunicación que vive dentro de ella para no caldear el ambiente con extremismos. Investigadora, con laboratorio en la Universidad de Nápoles, pasó a fines de septiembre por Madrid para fomentar respuestas colectivas a los nuevos mercados de trabajo efímeros y a los embaucadores que predominan en la era de internet. Junto al norteamericano Trebor Scholz impartió conferencias y talleres en el Museo Reina Sofía ante un público muy joven y atento a las prevenciones y a la búsqueda de un resquicio de futuro en el frágil mercado laboral que les espera.

— ¿Me llamó la atención el título de su ciclo: “Superexplotados e infrapagados”. ¿Así estamos?

— El título viene dado de un ensayo de Trebor Scholz. Cuando apareció, la nueva economía parecía un mundo lleno de posibilidades; con el tiempo fueron muchos los que se dieron cuenta de que no era así. Todas esas nuevas opciones se nos presentan como muy atractivas cuando lo que prima es el deseo y la necesidad de trabajar. Organizarse por internet, a priori, parece que carece de costos, que no se necesita de estructuras; pero a la larga sale caro: para la sociedad y para el colectivo, sobre todo. Al principio, nos contagia un sentimiento de libertad, de flexibilidad, luego llegan los efectos colaterales. NdE. La nueva economía se basa en el rápido desarrollo y aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación. Scholz es uno de los principales críticos y analistas de la “economía colaborativa” y de las nuevas formas de “explotación”.

— ¿Cuándo nos dimos cuenta de que la utopía de internet podía llegar a ser una distopía?

— Existe la tendencia a polarizar el discurso sobre esto. De la ilusión al Black Mirror. No hay que dejarse llevar por los extremos. La realidad es que vivimos una metamorfosis social del mercado del trabajo que la tecnología transforma, pero deberíamos conseguir que se haga de un modo alternativo al que parecen apuntar las tendencias. NdE. “Black Mirror” es una serie de televisión británica que explora el lado oscuro de la tecnología.

— En su conferencia en el Museo Reina Sofía la mayoría de asistentes no llegaba a los 25 años. ¿Son los más jóvenes conscientes del impacto que estamos viviendo y de qué es lo que les espera cuando salgan al mundo laboral?

— La mayoría de mis estudiantes en la Universidad de Nápoles ya trabajan. En condiciones precarias, claro. Así que son conscientes de la gravedad y de la dureza de la situación. Creo que hemos superado aquel estado mental previo a 2008 cargado de un deseo de competitividad. Ahora vivimos una atmósfera de desilusión y de necesidad de utilizar la tecnología para organizarse alternativamente. No tanto en pro de un capitalismo ni de convertirse en propietarios, sino tendente a nuevas maneras de entenderse o aliarse de cara al trabajo o a la propia vida.

— Uno de los riesgos que afecta a la sociedad en general, pero en gran parte a la juventud, es la tentación de caer en el populismo xenófobo y neofascista que crece en Europa. Italia es un ejemplo un tanto alarmante en este sentido. ¿Por qué?

— Basta un equipo reducido en redes sociales para agitar mensajes nocivos. Pero habría que ver si éstos afectan más a los jóvenes o a los segmentos de mayores de cuarenta. No lo sé. Lo cierto es que la rabia, el deseo de encontrar puntos de vista que les expliquen qué ocurre, la sensación de impotencia, existen. Pero no tenemos datos que nos digan a quién afectan más estos mensajes. El control de los mismos sigue siendo opaco.

— Esa desilusión, esa rabia, ¿tiene que ver con la vieja estructura o con la nueva?

— Proviene de ese choque entre ambas, de esa sensación de haber cambiado una estructura antigua que no funcionaba por otra que no cumple las expectativas; que no da seguridad económica sino que ofrece competencia, fatiga, más esfuerzo y escasos incentivos. Sentirse bloqueado y capturado ahí es frustrante. Y eso se transforma en mantras que tienen que ver con discursos que apuntan a que nos han robado el futuro.

— ¿Llegan a explicarse en Europa y concretamente en Italia que ese caldo de cultivo del populismo más de ultraderecha cale en casi todos los países y en España, no, por el momento?

— No estoy segura de si se percibe esa excepción. Deberíamos centrar nuestra mirada en España para saber por qué.

— España no es la única excepción, también ocurre en Irlanda y Portugal. Pero volvamos a Italia, ¿por qué ese tumor les afecta tanto?

— Han sido años y años en que los medios, la televisión y todos los partidos se subían a una corriente antiinmigración. Desde la derecha ultra de la Liga de Umberto Bossi al principio, a Silvio Berlusconi (ex primer ministro italiano), pasando por la izquierda del Partido Democrático. Todos. No habíamos resuelto el colonialismo ni el fascismo. Matteo Salvini (actual líder de la Liga Norte) es el fruto de todo eso. NdE. La Liga Norte es un partido político italiano de ultraderecha que se niega a que el país acoga más inmigrantes.

    ‘Los jóvenes son  conscientes de la grave situación’

— ¿Por qué ha logrado él sacar tanta ventaja? ¿Es sencillamente más listo que el resto?

— Lo que propagan, y muchos están de acuerdo con ellos, es que la Liga es un partido sin precedentes. Más posmoderno, más avanzado en sus técnicas de comunicación que el resto. Pero el terreno de ahora, repito, se lo habían preparado durante dos décadas.

— ¿En qué medida influyen las noticias falsas en la cuestión de la inmigración?

— Son poderosas. Utilizan el miedo al inmigrante y ponen ejemplos de condiciones ventajosas sobre la población con esos cuentos de que ya llegan con su sueldo; o dicen que contagian enfermedades que traen consigo de sus países. Las noticias falsas tienen efecto porque se construyen sobre creencias y temores previos que, sencillamente, se confirman como reales, sin serlo. Se combaten con discursos y datos antirracistas.

— ¿Con qué armas?

— Hace falta un esfuerzo colectivo coordinado. La derecha más radical cuenta con ventaja, pero eso no quiere decir que otras sensibilidades no dispongan de armas para organizar una respuesta en la red. Hay que afrontarlo en grupo, no de manera individual.

— ¿Por qué la mentira se ha organizado más rápido que el rigor o las aproximaciones a la realidad, por no decir, la verdad?

— No lo sé. Y estudiándolo, sencillamente te das cuenta de que no hace falta mucha gente para afrontarlo. Pero es cierto, ¿por qué ahora el odio se expande mejor y más rápido que la solidaridad?

PERFIL

Nombre: Tiziana Terranova

Profesión: Socióloga

Cargo: Investigadora de la Universidad de Nápoles

EXPERTA EN COMUNICACIÓN DIGITAL

Su trabajo se enfoca en los efectos de las tecnologías en la sociedad a través de conceptos como trabajo digital y bienes comunes. Es autora de Network Culture. Politics for the Information Age y de numerosos ensayos, profesora en cultura y medios de comunicación digitales y política en el Departamento de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Nápoles, y miembro de la red universitaria libre Euronomade y de la Robin Hood Minor Asset Management Cooperative.

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Podrá verse a Mercurio atravesando el Sol hoy

Para poder observar el fenómeno es necesario  tener filtros solares

Por El País

/ 9 de mayo de 2016 / 08:07

 Los planetas del Sistema Solar giran alrededor del Sol aproximadamente en un mismo plano. Este hecho da lugar a que, algunas veces, los planetas Mercurio y Venus, que están situados entre el Sol y la Tierra, pasen por delante del disco solar vistos desde nuestro planeta. Esta situación acontece este lunes, día en que veremos a Mercurio pasar por delante del Sol.

Para observar el tránsito de Mercurio es necesario disponer de un telescopio y de los filtros astronómicos adecuados para observar el Sol sin peligro: filtros solares de cristal óptico o Mylar. No se pueden usar radiografías, cristales ahumados u otros filtros de soldador o no homologados. Es muy peligroso mirar al Sol sin la protección adecuada.

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