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Caída de precio del petróleo perfila un nuevo orden geopolítico global

El descenso de las tarifas del crudo perfila nuevos equilibrios geopolíticos. Estados Unidos se convierte en productor de referencia y, en este escenario, el Viejo Continente reduce su factura energética.

El mercado del petróleo se vio sacudido por una especie de tormenta perfecta, una combinación de exceso en la oferta, de demanda más débil de lo previsto y de fortaleza del dólar (divisa de referencia para el mercado petrolero) que provocó la caída del 25% en los precios del crudo desde junio. Tras un periodo de relativa estabilidad, con el barril situado por encima de los $us 100 desde 2011 —$us 115 alcanzó en junio—, parece que los precios se están estabilizando en una banda considerablemente más baja, entre los $us 70 y los $us 90, según expertos, lo que introduce nuevas y profundas variables en el mercado del petróleo.

Entre esas variables, quizás la más relevante es el cambio de fuerzas en el escenario geopolítico que se empieza a dibujar. A diferencia de otras ocasiones, Arabia Saudí descartó recortar la producción como vía para intentar sostener los precios e incluso aceptó rebajar los precios a sus clientes asiáticos para mantener una cuota de mercado. Otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) pidieron medidas, pero casi nadie confía en un acuerdo para recortar la oferta del cartel en la reunión del 27 de noviembre.

“Si la OPEP no recorta producción para sostener los precios, ¿quién lo hará?”, se pregunta Kevin Norrish, de Barclays. “La OPEP ya no actúa como el productor de referencia del mercado y la oferta de petróleo de esquisto de Estados Unidos está llamada a ocupar ese lugar”, defienden analistas de Goldman Sachs.

Los altos precios del crudo hicieron posible la explotación de pozos que exigían técnicas costosas, como la usada en aguas profundas o la fractura hidráulica (fracking). Gracias a eso, Estados Unidos pudo aumentar su producción a un ritmo anual de entre 1,2 y 1,4 millones de barriles diarios desde 2011, lo que le permitió avanzar hacia la autosuficiencia energética y convertirse en lo que los expertos denominan productor bisagra, aquel que dicta el rumbo del mercado.

Así, los productores de fuera de la OPEP, con Estados Unidos a la cabeza, lograron cubrir el aumento de la demanda global, lo que diluyó considerablemente la influencia de la OPEP. “No hay precedentes históricos de que un país pueda mantener durante tanto tiempo semejantes aumentos de producción. Eso ha cambiado por completo el mercado”, explica Antonio Merino, director de la Secretaría Técnica de Repsol y uno de los mayores expertos del mercado energético.  

Hay otros factores que presionan a la baja de precios. Libia, sin producción en septiembre de 2012, pone en el mercado entre 800.000 y 900.000 barriles diarios. La toma de varios pozos petroleros en Irak a manos de los yihadistas del Estado Islámico no supuso una interrupción de la producción, de unos tres millones de barriles diarios. Irán anunció su intención de aumentar su oferta hasta los cuatro millones de barriles en marzo de 2015. Todo ello en medio de un fuerte frenazo de la demanda global, que llevó a la Agencia Internacional de la Energía a recortar en septiembre sus previsiones de incremento del consumo en 25%, coincidiendo con la alerta lanzada por el Fondo Monetario Internacional del riesgo de una tercera recesión en Europa. El nerviosismo del mercado no se hizo esperar.

El precio del barril de Brent, el de referencia para Europa, llegó a caer a $us 31, el mayor descenso desde  2012. Antes de eso hay que remontarse a la crisis de 2008, cuando la cotización se desplomó 75%. “No creemos que vayamos a ver nada parecido a aquello”, admite Norrish.

Entonces, el barril de Brent cayó hasta los $us 36.

Sin llegar a esos niveles, lo cierto es que el descenso del coste de la energía tiene un impacto notable sobre la economía, en forma de ahorro en la factura energética, de corrección de los desequilibrios externos y de menor presión inflacionista. “El saldo neto es positivo para la economía mundial”, asegura Andrew Kenningham, de Capital Economics, en uno de sus últimos informes. “Una caída de $us 10 en el precio del petróleo equivale a una transferencia del 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de los países productores a los países consumidores y éstos siempre acaban aumentando el gasto. Si asumimos que los consumidores gastan la mitad de lo que se ahorran, una caída permanente del precio del petróleo de $us 10 impulsaría la demanda global entre 0,2% y 0,3%”. Es decir, una inyección de unos $us 320.000 millones a la economía mundial si, como calcula Capital Economics, los actuales niveles del petróleo en torno a los $us 85 se mantienen hasta finales de 2016.

Los analistas de Goldman Sachs calculan que el precio del crudo bajará 15% en 2015, lo que supondrá una demanda añadida de 200.000 barriles diarios. También propicia un aumento de la confianza y de la actividad a nivel global. Estados Unidos ya se beneficia de unos costes de producción considerablemente más baratos, gracias al gas extraído mediante fracking.

Pero “la situación en la eurozona es diferente. Lo primero porque una caída del precio de las materias primas va a exacerbar el temor a la deflación  y a un nuevo episodio de la crisis de deuda”, dice Kenningham. “En esas circunstancias, el impacto sobre el consumo de un petróleo más barato apenas se va a notar y reforzará los argumentos para un programa de compra a larga escala de bonos por parte del Banco Central Europeo”. Claro que ahí ya entran en juego otras derivadas.

La época crítica del crudo en europa

El precio del petróleo entró en una espiral bajista muy pronunciada y que en pocos días le llevó a retroceder en el Viejo Continente hasta los niveles mínimos y solo comparables a cuatro años atrás. El barril que se negocia en el mercado de futuros de Nueva York está como en el verano de 2012. El temor a que la economía global se debilite y la rápida progresión de Estados Unidos hacia la independencia energética explican un vuelco que podría acentuarse durante el invierno.

Arabia no reduce producción para estabilizar el mercado

Cuando este verano los yihadistas del Estado Islámico se apoderaron de un tercio de Irak, muchos observadores hubieran apostado a que el petróleo iba a dispararse una vez más. Sin embargo, el precio del crudo cayó 25% desde junio. Además, en contra de lo habitual, Arabia Saudí, el mayor exportador del mundo, no hizo mención a reducir su producción para estabilizar el mercado. Han surgido teorías sobre una guerra de precios, sin embargo los expertos la desmienten y describen una situación más compleja. Si se mantiene la tendencia, Irán y Arabia Saudí, además de ingresos, perderán una importante palanca de influencia regional.

“Ha sido una caída muy rápida y severa, que parece haber cogido por sorpresa a los (países) productores”, señala Bill Faren-Price, director general de la consultora independiente Petroleum Policy Intelligence.

Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el barril de crudo pasó de pagarse a $us 108 hace cuatro meses a apenas $us 87 el viernes. El gráfico de ese cartel, que extrae un tercio de la producción mundial, viene marcando la tendencia a la baja hace un año.

Los analistas señalan que hay excedentes. A la caída del consumo, por el parón en el crecimiento de China y una mayor eficiencia energética en Estados Unidos y Europa, se sumó el aumento de la producción, tanto convencional por el retorno de Irak y Libia a la producción normalizada, como no convencional de petróleo de esquisto (el que está atrapado entre rocas y se extrae mediante alta presión hidráulica, fracking) en EEUU. 

De confirmarse la tendencia, los países exportadores de crudo tendrán menores ingresos y dificultades para mantener los subsidios.

La caída más dura en 4 años

El petróleo es más barato que en junio y que en los últimos cuatro años.

El precio medio del crudo en 2011 era de $us 107, en 2012 de $us 111 y un año después de $us 110.

Sin embargo, el coste tampoco puede ahora considerarse barato si se mira la evolución con más perspectiva.

Como antecedente, en 2008 el precio medio del barril era de $us 45 y llegó ese año incluso a reducirse a $us 36.