El grupo yihadista Estado Islámico (EI) perpetró ayer una nueva ejecución masiva, al matar a sangre fría en el oeste de Irak a 100 miembros de un clan tribal suní, lo que eleva a 322 los asesinatos cometidos en los últimos días en circunstancias similares.
El Ministerio iraquí de Derechos Humanos informó en un comunicado que los yihadistas acabaron con la vida de 322 personas del clan Albunamr de creencia suní, en la provincia de Al Anbar desde el jueves.
Según las autoridades, más de 50 cadáveres —entre ellos, de niños y mujeres— fueron hallados en un pozo de agua.
El EI mantiene secuestrados al menos a 65 miembros de esa tribu, a los que considera “prisioneros de guerra” y a los que acusa de colaborar con el Gobierno iraquí y combatir a su lado en Al Anbar, señaló el ministerio.
Los yihadistas saquearon ganado y propiedades de este clan argumentando que pertenecen a un líder de los llamados Consejos de Salvación (milicias suníes progubernamentales).
El jeque de los Albunamr, Naim al Kaud, denunció ante la prensa el “nuevo crimen” de los extremistas, en alusión a la muerte de un centenar de miembros de su clan. La mayoría murió por disparos de bala, pero otros fueron decapitados con espadas. Ayer, 30 personas fueron asesinadas cerca de la ciudad de Hit, que cayó en manos de los yihadistas hace dos semanas. El jueves, el EI ejecutó a 150 policías y milicianos, y un día antes hizo lo mismo con más de 40.