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La CIA torturó brutalmente a sospechosos de Al Qaeda

Las torturas utilizadas por la CIA contra sospechosos de pertenecer a la red Al Qaeda fueron “mucho peores” de lo admitido hasta ahora, y la agencia ocultó información clave al Congreso y la Casa Blanca, afirma un informe del Senado estadounidense divulgado el martes.

En la introducción del texto, la senadora Dianne Feinstein, líder del Comité de Inteligencia, no dejó dudas sobre el resultado de las investigaciones: “Es mi conclusión personal que, en cualquier acepción del término, los detenidos de la CIA fueron torturados”. El demoledor informe de 525 páginas, con numerosos párrafos cubiertos con tinta negra para ocultar información confidencial, es apenas un resumen de una versión de más de 6.000 páginas que se mantiene en secreto.

El documento toma mucho cuidado de utilizar la palabra “tortura” y prefiere el eufemismo de “técnicas reforzadas de interrogatorio”, que había sido adoptado en el gobierno del presidente George W. Bush. El informe presentado públicamente ayer afirma categóricamente que los métodos de interrogatorio aplicados por la CIA fueron “brutales y mucho peores” de lo que se había admitido hasta el momento.

Sin embargo, apunta el documento, esas torturas “no fueron una forma eficiente de adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos”, aunque la CIA insistía en la eficacia del sistema. Al analizar los argumentos de la CIA sobre la eficacia de la tortura, el comité investigador “revisó 20 de los más frecuentes ejemplos de éxito antiterrorista que la CIA atribuyó al uso de técnicas reforzadas de interrogatorio, y llegó a la conclusión de que estaban equivocados en aspectos fundamentales”.

Planificación. De acuerdo con la investigación, la CIA “no estaba preparada cuando comenzó a operar su Programa de Detención e Interrogatorio, más de seis meses después de haber recibido autorización para mantener detenidos”. El estudio del Senado también denuncia que la CIA “no condujo un conteo profundo o preciso del número de personas que detuvo, y del número de detenidos que no reunían el mínimo de condiciones de ser detenidas”. Además, los programas de “métodos mejorados de interrogatorio” fueron diseñados por dos psicólogos contratados. “Para el año 2005, la CIA dependía pesadamente de operaciones tercerizadas ligadas al programa”, apunta el documento.

El texto acusa también a la CIA de haber presentado “información incorrecta” entre 2002 y 2007 al Departamento de Justicia sobre el alcance y los efectos de la tortura, e impedir que el Congreso logre supervisar la aplicación de ese método de interrogatorio.

De esa forma, “la CIA impidió la supervisión por parte de la Casa Blanca y la toma de decisiones”, añade. La propia administración del programa de interrogatorios por parte de la CIA “complicó, y en algunos casos impidió” la acción de otros departamentos del Poder Ejecutivo.

El director de la CIA, John Brennan, insistió ayer en que la aplicación de métodos brutales de interrogatorio ayudaron a prevenir atentados. El funcionario estatal admitió que se cometieron errores, pero añadió que la revisión de los métodos iniciada por la propia CIA llegó a la conclusión de que esos brutales interrogatorios “produjeron inteligencia que ayudó a impedir ataques, capturar terroristas y salvar vidas”.  

Bush sabía del método

Técnicas

Simulacros de ahogo, privación del sueño, golpes, aislamiento, amenazas psicológicas, fueron las técnicas de tortura usadas por la CIA.

Mandatario

En 2006, el presidente George W. Bush fue informado por primera vez de que detenidos estaban sufriendo torturas en prisiones secretas.

Las torturas no ayudaron a EEUU, dice Obama

EFE

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que las prácticas de tortura de la CIA a sospechosos de terrorismo durante la década pasada no ayudaron a los “esfuerzos contra el terrorismo” ni a los intereses de seguridad nacional, después de la difusión de un informe en el Senado al respecto.

El informe sobre las prácticas de la CIA publicado ayer por el Comité de Inteligencia del Senado “documenta un programa preocupante” de interrogatorio a sospechosos de terrorismo entre 2001 y 2009, y debe contribuir “a dejar esas prácticas donde pertenecen, en el pasado”, afirmó Obama en un comunicado.

El documento “refuerza mi opinión de que estos duros métodos no solo fueron inconsistentes con nuestros valores como nación, sino que no fueron de servicio a nuestros esfuerzos generales contra el terrorismo ni nuestros intereses de seguridad nacional”, dijo.

Daño. “Además, estas técnicas hicieron un daño significativo a la imagen de Estados Unidos en el mundo e hicieron que fuera más difícil perseguir nuestros intereses con nuestros aliados y socios. Por eso, seguiré usando mi autoridad como Presidente para garantizar que no volvamos a recurrir nunca a estos métodos”, subrayó Obama.

El informe del Comité de Inteligencia del Senado aborda los interrogatorios a sospechosos y miembros de Al Qaeda retenidos en instalaciones secretas en Europa y Asia en los ocho años posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S). Según el documento, los agentes de la CIA actuaron de una manera mucho “más brutal” de lo que indicaron a los legisladores.

Amnistía pide sanción para los responsables

DPA

Amnistía Internacional (AI) consideró que los responsables de aplicar métodos de tortura durante los interrogatorios en la CIA deben ser llevados ante la justicia y recibir una sanción. “Es tiempo de responsabilidades, inclusive una completa investigación, de acciones judiciales y de reparación para las víctimas”, señaló un comunicado de AI, en respuesta al informe del Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos dado a conocer ayer, en el que se admitió que los sospechosos de terrorismo fueron sometidos a tortura durante el gobierno de George W. Bush.

“Según la Convención de la ONU contra la Tortura, no hay circunstancia excepcional que pueda ser invocada para justificar la tortura, y todos los responsables de autorizar o llevar adelante la tortura (…) deben ser investigados”, añadió. El informe fue publicado en medio de una gran expectación y ante el temor de que su divulgación pueda provocar protestas violentas en todo el mundo. El reporte apunta que los métodos empleados para los interrogatorios equivalen a la tortura y señala que con ellos no se consiguieron informaciones relevantes.