Brasil solicitó la intercesión del Vaticano para que el papa Francisco evite la ejecución este fin de semana del brasileño Marco Archer Cardoso Moreira, condenado a muerte por narcotráfico en Indonesia, informaron fuentes oficiales.
El asesor especial de la Presidencia de la República para Asuntos Especiales, Marco Aurélio Garcia, explicó hoy que el Gobierno brasileño envió un dossier sobre el caso a un representante de la Santa Sede con el fin de que éste se lo haga llegar al pontífice.
«Le hice llegar a la representación de la Santa Sede en Brasil un pequeño documento sobre el caso y me aseguró que sería enviado a la Secretaría de Estado del Vaticano para que Su Santidad pueda interceder en favor de una actitud de clemencia del Gobierno indonesio», sostuvo Garcia en declaraciones a periodistas.
El asesor de la presidenta Dilma Rousseff para Asuntos Internacionales consideró «absolutamente improbable» que el papa Francisco pueda revertir la decisión del Gobierno indonesio y subrayó que es necesario esperar «un milagro».
Rousseff llamó hoy por teléfono al primer ministro de Indonesia, Joko Widodo, para abogar por la vida de Archer y otro brasileño también condenado a muerte en ese país, pero no tuvo éxito.
Según un comunicado oficial, Rousseff dijo «tener conciencia de la gravedad de los crímenes cometidos por los brasileños» y aseguró su «respeto» por la «soberanía y el sistema judicial» de Indonesia.
Archer, de 53 años, será llevado ante un pelotón de fusilamiento este fin de semana junto a otros cinco extranjeros (un holandés, dos nigerianos y un vietnamita), mientras que el otro brasileño condenado, Muxfeldt Gularte, continuará aguardando en el llamado «corredor de la muerte».