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EEUU y Cuba cierran debate sobre migración en histórico encuentro que sella reconciliación

La jefa de la delegación cubana, Josefina Vidal, saludó el "constructivo" diálogo migratorio efectuado la víspera de una reunión dedicada al restablecimiento de las relaciones diplomáticas, pero criticó que Estados Unidos mantenga la Ley de Ajuste Cubano de 1966 y la política de pies secos/pies mojados para los emigrantes ilegales de la isla.

/ 21 de enero de 2015 / 20:20

Estados Unidos y Cuba cerraron este miércoles una «productiva» y «constructiva» discusión sobre temas migratorios, en el primer día de unas históricas conversaciones en La Habana para preparar el restablecimiento de relaciones diplomáticas después de medio siglo.

«La naturaleza productiva y colaborativa de la discusión de hoy prueba que, pese a las claras diferencias que persisten entre nuestros países, Estados Unidos y Cuba pueden encontrar oportunidades para avanzar en nuestros intereses mutuamente compartidos», dijo a la prensa Alex Lee, jefe de la delegación norteamericana en el diálogo migratorio, el primero tras la reconciliación entre ambos países, anunciada el 17 de diciembre.

Por su parte, la jefa de la delegación cubana, Josefina Vidal, saludó el «constructivo» diálogo migratorio efectuado la víspera de una reunión dedicada al restablecimiento de las relaciones diplomáticas, pero criticó que Estados Unidos mantenga la Ley de Ajuste Cubano de 1966 y la política de pies secos/pies mojados para los emigrantes ilegales de la isla.

«La parte cubana enfatizó que, a pesar de las medidas tomadas, medidas eficaces, eficientes, tomadas por los servicios de ambos países, la persistencia de la política de pies secos/pies mojados y la Ley de Ajuste Cubano, contradicen la letra y el espíritu de los acuerdos migratorios», dijo Vidal.

Lee dijo que Washington mantendrá la Ley de Ajuste, que concede a los cubanos privilegios que no tiene ningún otro inmigrante en Estados Unidos, así como la política de pies secos/pies mojados, aplicada en los últimos 20 años, que permite a los cubanos ilegales que pisan territorio estadounidense quedarse legalmente en ese país, pero aquellos capturados en el mar son devueltos a la isla.

«Explicamos al gobierno de Cuba que mi gobierno está completamente comprometido con el respeto de la Ley de Ajuste Cubano» y con la política de pies secos/pies mojados, dijo Lee.

Vidal afirmó además que Washington sigue estimulando la deserción de médicos cubanos que cumplen misiones en terceros países, lo que calificó como un «robo de cerebros».

«Señalamos que (eso) no se corresponde con el contexto bilateral actual de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos», expresó, agregando que «Cuba aspira a una relación normal con Estados Unidos, en el sentido más amplio, pero también en la área migratoria».

Ambas partes abordarán el jueves el restablecimiento de relaciones, con la participación de la subsecretaria de Estado para el hemisferio occidental, Roberta Jacobson, quien llegó este miércoles a la isla, convirtiéndose en el funcionario estadounidense de mayor rango que visita Cuba en 35 años.

Estas conversaciones a puertas cerradas se desarrollan en el Palacio de Convenciones de La Habana, cinco semanas después de la histórica reconciliación anunciada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

«Nuestro cambio de política hacia Cuba tiene el potencial para terminar con un legado de desconfianza en nuestro hemisferio», destacó el martes Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión al referirse al acercamiento con la isla, celebrado por el mundo entero.

«Estamos poniendo fin a una política que debería haber terminado hace tiempo. Cuando uno hace algo que no funciona durante 50 años es hora de probar algo nuevo», agregó el presidente estadounidense, quien pidió al Congreso que empiece a trabajar este año para levantar el embargo económico a la isla, vigente desde 1962.

Ambas partes deben fijar el jueves la hoja de ruta para la normalización de relaciones y la reapertura de embajadas, con el fin de sepultar el último resabio de la Guerra Fría en América.

El anterior alto funcionario estadounidense que visitó la isla comunista fue en 1980 el subsecretario de Estado Peter Tarnoff, quien habló entonces con Fidel Castro, ahora de 88 años y retirado del mando desde 2006, quien ha sido el gran ausente de la histórica reconciliación entre ambos países.

Dos temas preocupan particularmente a La Habana: el embargo económico y la permanencia de Cuba en la lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo, lo que priva a la isla de créditos internacionales.

Washington dijo que la revisión de la lista «está en proceso» y que Cuba podría ser retirada antes de la reapertura de embajadas, cerradas en 1961 tras romper relaciones diplomáticas.

En cambio el embargo sólo puede ser levantado por el Congreso, dominado por la oposición republicana, lo que puede complicar los esfuerzos del demócrata Obama.

Estados Unidos ha advertido, no obstante, que mantendrá su compromiso con los derechos humanos en la isla. De hecho Jacobson invitó a desayunar el viernes a disidentes cubanos en La Habana.

A pesar de que el diálogo migratorio fue cerrado sin anuncios concretos, ambos países lograron ponerse de acuerdo este miércoles en un punto: que tienen desacuerdos en diversos temas.

«Al menos hemos acordado que estamos en desacuerdo sobre algunos temas», declaró a la prensa el número dos de la delegación cubana, Gustavo Machín.

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Seis días después de las protestas, el gobierno de Cuba moviliza partidarios

"íAbajo los Yankees!", "íNacimos para vencer y no para ser vencidos!", gritaba la multitud, congregada en el Malecón de La Habana y apoyando al presidente "Pa' lo que sea Canel, pa' lo que sea".

/ 17 de julio de 2021 / 12:07

Como en los tiempos de Fidel Castro, el Gobierno de Cuba regresó este sábado a los actos masivos de «reafirmación revolucionaria» para rechazar una ofensiva en su contra en redes sociales, y cerrar el paso a protestas como las ocurridas hace seis días.

«íAbajo los Yankees!», «íNacimos para vencer y no para ser vencidos!», gritaba la multitud, congregada en el Malecón de La Habana y apoyando al presidente «Pa’ lo que sea Canel, pa’ lo que sea».

Se trata de los primeros actos públicos en respuesta a las históricas protestas que sacudieron el domingo y lunes decenas de ciudades cubanas, dejaron un muerto, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos, mostrando importantes fisuras sociales.

Varios miles de personas con mascarillas, banderas nacionales y del 26 de julio (Movimiento de Fidel Castro para la revolución), respondieron a la convocatoria en La Habana, y amanecieron junto al presidente Miguel Díaz-Canel y al líder jubilado Raúl Castro, vestido con su uniforme de general.

Desde abril, que dejó la jefatura del Partido Comunista, Raúl estaba fuera del ámbito público hasta las protestas.

«Todo el que sienta por la Revolución, que haya sentido por Fidel, que haya sentido por lo que se hizo en este país y lo que hay que seguir haciendo, sabe lo que significa la presencia de Raúl ahí», opinó Carlos Cruz, un jubilado de 65 años.

La movilización sucede en el peor momento de la pandemia de covid-19 para Cuba. La isla de 11,2 millones de habitantes acumula 275.608 casos y 1.843 muertos. Solo en las últimas 24 horas, hubo más de 6.000 contagios y 52 fallecidos.

«Con pandemia o sin pandemia tenemos que defender esto (la Revolución) y aquí estamos, protegiéndonos y cuidándonos porque ademas tenemos que defender lo nuestro», dijo a la AFP Héctor Román, un maestro de 73 años.

«Una mentira»

Hay «un odio desbordado en las redes sociales», denunció Díaz-Canel, y «lo que está viendo el mundo de Cuba es una mentira», dijo.

Las «imágenes falsas» difundidas en redes sociales «estimulan y glorifican el desacato y la destrucción de inmuebles», afirmó.

El acceso al internet móvil fue cortado en la isla entre el domingo al mediodía y el miércoles por la mañana, antes de ser restablecido pero de manera inestable.

El cubano «no es un gobierno que reprime a su pueblo», afirmó el presidente en respuesta a imágenes y testimonios de represión policial no habitual en la isla.

Pero «ninguna mentira se ha levantado por casualidad o por error, todo esta fríamente calculado en un manual de guerra no convencional», añadió el presidente, quien acusó a Estados Unidos de haber fomentado las protestas.

Y esas imágenes «han causado un daño inconmensurable al alma nacional».

La multitud había sido convocada a través de los centros de trabajo y las universidades y varios autobuses estaban parqueados cerca, constató la AFP.

«Nosotros tenemos que por derecho propio defender nuestra Revolución, en las palabras que (Díaz-Canel) dijo, el dejó claro para el mundo entero que esto (la Revolución) no la tumba nadie», dijo Madelaine Rigales, una directora de escuela de 41 años.

Pero antes de comenzar el acto, en la explanada de la Piragua, cerca de la embajada de Estados Unidos, un hombre fue arrestado después de gritar «Patria y Vida», el título de una canción de rap contestataria devenida himno de las protestas, constataron periodistas de la AFP.

«Han querido dividirnos»

Según el diario oficial Granma, también estaban previstos el sábado actos en otras ciudades del país como Santiago de Cuba, Bayamo, Camagüey y Santa Clara.

La represión policial de las manifestaciones, difundidas por las redes sociales o apreciadas por los cubanos en las calles, han generado críticas de artistas y otros sectores, tomando distancia del gobierno.

«Nos han tirado con todo y, lo peor, han querido dividirnos», dijo Gerardo Hernández, diputado de la Asamblea Nacional y otro orador del acto.

Hernández es uno de los cinco agentes cubanos que guardó prisión en Estados Unidos acusado de espionaje y que fue devuelto a la isla gracias a un acuerdo de intercambio de prisioneros en 2014.

Es considerado héroe en Cuba, donde es coordinador nacional de los Comité de Defensa de la Revolución, una masiva organización barrial, de vigilancia y control.

«Han querido destruir la tranquilidad de nuestros barrios, destruir la paz con que hemos vivido», dijo y, conciliador, afirmó que «nadie es enemigo de los revolucionarios por pensar diferente».

«Cuba es de todos», dijo el diario Granma al convocar a los actos, pero señaló que en las calles no se admiten «Ni delincuentes, ni anexionistas» a Estados Unidos.

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Gobierno cubano devuelve a Iglesia Católica inmuebles nacionalizados en 1961

El gobierno también devolvió a la Iglesia una capilla dedicada a San Tarsicio en la ciudad de Manzanillo, así como también reintegró un terreno y entregó otro destinado a la construcción de un templo para los poblados de Cauto Embarcadero y Río Cauto.

/ 25 de enero de 2013 / 19:39

Las autoridades de la provincia de Granma, en el sureste de Cuba, devolvieron a la Iglesia Católica dos edificios y un terreno, como parte una política del presidente Raúl Castro de restituir bienes de esa institución nacionalizados por el régimen revolucionario en 1961.

Uno de los inmuebles devueltos es el antiguo Colegio Divina Pastora de la ciudad de Bayamo (700 km al sudeste de La Habana), donde ahora funciona la escuela pública primaria Manuel Ascunce, informó la Iglesia.

Es un gesto «totalmente positivo», que la Iglesia acoge «con mucho beneplácito», dijo a la AFP Alvaro Beyra, obispo de la diócesis de Bayamo-Manzanillo, Granma.

Además de la restitución de los tres inmuebles, el gobierno provincial entregó a la Iglesia un solar para levantar un templo en un lugar que «hoy en día no tiene atención religiosa o la tiene muy deficiente precisamente por falta de infraestructura», agregó Beyra.

En 2012, el gobierno comunista devolvió al Arzobispado de La Habana la capilla de la antigua Universidad de Villanueva, que está muy deteriorada y ahora debe ser restaurada.

A mediados de 1961, después del derrotar la invasión de Bahía de Cochinos y declarar el socialismo en Cuba, Fidel Castro nacionalizó la educación, decisión que, según el historiador Augusto Montenegro, significó que pasaran a manos del Estado 339 escuelas católicas y las universidades de Villanueva y La Salle, en La Habana.

La medida, que abarcó también a colegios evangélicos y laicos, privó a la Iglesia Católica de su principal fuente de ingresos, así como de algunos templos y capillas que había en esos centros de estudio.

Esa fue la época de mayor enfrentamiento entre la Iglesia y el gobierno comunista. Pero medio siglo después, Raúl Castro inició en 2010 un diálogo con la Iglesia, cuyo primer resultado fue la excarcelación de más de 130 presos políticos, así como dar un mayor espacio a la labor pastoral de los obispos.

En marzo de 2012, el papa Benedicto XVI cumplió una visita pastoral a la isla y ofició dos misas, a las que asistió el presidente cubano.

En Granma, el gobierno también devolvió a la Iglesia una capilla dedicada a San Tarsicio en la ciudad de Manzanillo, así como también reintegró un terreno y entregó otro destinado a la construcción de un templo para los poblados de Cauto Embarcadero y Río Cauto.

«No he hablado con los demás obispos. Yo no sé si ha habido alguna devolución en otra diócesis pero supongo que es una decisión nacional, no es una decisión local», dijo el obispo Beyra.

Por su parte, el sacerdote José Félix Pérez, secretario ejecutivo de la Conferencia de Obispos de Cuba, dijo a la AFP que hace unos meses la Oficina de Asuntos Religiosos del gobernante Partido Comunista (único), comunicó a la Iglesia la disposición del gobierno de devolver algunos inmuebles nacionalizados.

«Se acordó que se tratará bilateralmente en las provincias» entre cada obispo y el gobierno local, dijo Pérez, quien señaló que hasta esta fecha «no tenemos información de que se haya producido de hecho otra devolución».

La devolución en Granma no abarca todo el inventario de la diócesis que el gobierno revolucionario nacionalizó.

«Todavía quedan otras (edificaciones) pendientes», dijo Beyra, pues las devueltas «eran las cosas más decididas, más claras, vamos a decir más fáciles de solucionar».

«Las otras que quedan es ya un poco más complicado, muchas veces era un solar de una capillita que había en un lugar en que ya ni físicamente la capilla existe y entonces buscar papeles y eso es más complicado.», explicó.

Opinó que «las otras diócesis tienen que haber presentado mucho más casos que aquí, porque esta diócesis es bastante pobrecita. No tengo idea pero imagino que en La Habana tiene que haber muchísimas más».

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