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Friday 19 Apr 2024 | Actualizado a 08:01 AM

Vuelta a Auschwitz 70 años después en una Europa donde crece el antisemitismo

La ceremonia oficial reunió en Polonia a unos 300 supervivientes y una decena de jefes de Estado, como el presidente francés François Hollande, el alemán Joachim Gauck y el ucraniano Petro Poroshenko. Bajo un inmenso toldo blanco situado ante la entrada del campo de Auschwitz-Birkenau, cubierto de una espesa capa de nieve, recordaron a los ausentes.

/ 28 de enero de 2015 / 01:50

Emociones intensas, recogimiento, solidaridad y una voluntad firme de actuar contra el antisemitismo creciente en Europa marcaron este martes la conmemoración de los 70 años de la liberación de Auschwitz, donde murieron cerca de 1,1 millones de personas, entre ellas un millón de judíos.

La ceremonia oficial reunió en Polonia a unos 300 supervivientes y una decena de jefes de Estado, como el presidente francés François Hollande, el alemán Joachim Gauck y el ucraniano Petro Poroshenko. Bajo un inmenso toldo blanco situado ante la entrada del campo de Auschwitz-Birkenau, cubierto de una espesa capa de nieve, recordaron a los ausentes.

«Creí que me incinerarían aquí y que jamás viviría la experiencia de mi primer beso. Pero, no sé cómo, yo, una niña de 14 años, sobreviví», contó Halina Birenbaum, nacida en Varsovia en 1929 y que estuvo en cuatro campos nazis, incluido Auschwitz, durante su infancia.

Tras emigrar a Israel, se convirtió en poeta y escritora.

El presidente polaco, Bronislaw Komorowski, que abrió la ceremonia oficial con un saludo a los supervivientes, expresó «respeto y reconocimiento» a los soldados soviéticos que liberaron Auschwitz.

Corregía así la torpeza de su ministro de Relaciones Exteriores, Grzegorz Schetyna, que había atribuido la semana pasada la liberación del campo a los «ucranianos», provocando la cólera de Moscú.

Poco después, Komorowski pareció, sin embargo, equiparar «los dos totalitarismos», nazi y soviético, recordando el exterminio de las élites polacas por los hombres de Stalin.

No dejen que vuelva a pasar

El recuerdo del Holocausto llevó a muchos supervivientes a reflexionar sobre la vida, la muerte y la naturaleza humana.

«Estoy aquí para recordar y para rezar por quienes se quedaron aquí para siempre», dijo a la AFP Michal Habas, quien fue deportado a Auschwitz a los 17 años.

Habas cuenta que en el campo la gente decía que era imposible que Dios existiera, después de ver las cosas que veían, como los fusilados y los mutilados.

El presidente del Congreso Judío Mundial, el estadounidense Ronald S. Lauder, alertó contra el ascenso del antisemitismo en Europa, mencionando «los últimos acontecimientos en París», donde un individuo mató a cuatro judíos en un supermercado kósher el pasado 9 de enero, en una serie de atentados que dejaron 17 muertos en la capital francesa.

Evocando el Holocausto, repitió unas palabras que se convirtieron en el lema de la ceremonia: «No dejen que vuelva a pasar».

El papa Francisco envió un mensaje en 10 idiomas a sus 7,5 millones de seguidores en Twitter: «Auschwitz es un grito de dolor que, en ese gran sufrimiento, está pidiendo un futuro de respeto, de paz y de encuentro entre los pueblos».

Por su parte el presidente norteamericano, Barack Obama, se comprometió a «no olvidar nunca» a los seis millones de judíos y muchos más que murieron a manos de la Alemania nazi.

Sanciones contra el racismo

Antes de subir al avión con destino a Auschwitz, Hollande denunció, en el Memorial de la Shoah en París, el «azote» del antisemitismo, que lleva a algunos judíos a preguntarse sobre su presencia en Francia.

Francia tiene la mayor comunidad judía de Europa y la tercera del mundo tras Israel y Estados Unidos, formada por entre 500.000 y 600.000 personas.

El presidente anunció también este martes que reforzará las sanciones contra el racismo y el antisemitismo en su país.

El número de actos antisemitas en Francia se duplicó en 2014 respecto a 2013, con un aumento del 130% de las agresiones físicas, anunció este martes el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia.

Washington y Moscú no enviaron ninguna personalidad de primer plano a este aniversario de la liberación del campo, que también es el Día Internacional de Homenaje a las Víctimas del Holocausto.

El presidente ruso, Vladimir Putin, que no asistió a la ceremonia porque, según él, no le invitaron, lanzó un mensaje a los países occidentales a los que acusa regularmente de querer reescribir la historia. «Cualquier intento de silenciar acontecimientos, distorsionar o reescribir la historia es inaceptable e inmoral», afirmó. 

Fue el ejército soviético el que liberó en 1945 el campo de Auschwitz-Birkenau.

La ceremonia principal se cerró con el sonido del shofar, un cuerno utilizado en los rituales judíos y con plegarias por los difuntos.

Poco después, una delegación de sobrevivientes y autoridades políticas marchó sobre la nieve hasta el monumento por las víctimas de Birkenau, donde depositaron ofrendas de flores y cirios.

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Vuelta a Auschwitz 70 años después en una Europa donde crece el antisemitismo

La ceremonia oficial reunió en Polonia a unos 300 supervivientes y una decena de jefes de Estado, como el presidente francés François Hollande, el alemán Joachim Gauck y el ucraniano Petro Poroshenko. Bajo un inmenso toldo blanco situado ante la entrada del campo de Auschwitz-Birkenau, cubierto de una espesa capa de nieve, recordaron a los ausentes.

/ 28 de enero de 2015 / 01:50

Emociones intensas, recogimiento, solidaridad y una voluntad firme de actuar contra el antisemitismo creciente en Europa marcaron este martes la conmemoración de los 70 años de la liberación de Auschwitz, donde murieron cerca de 1,1 millones de personas, entre ellas un millón de judíos.

La ceremonia oficial reunió en Polonia a unos 300 supervivientes y una decena de jefes de Estado, como el presidente francés François Hollande, el alemán Joachim Gauck y el ucraniano Petro Poroshenko. Bajo un inmenso toldo blanco situado ante la entrada del campo de Auschwitz-Birkenau, cubierto de una espesa capa de nieve, recordaron a los ausentes.

«Creí que me incinerarían aquí y que jamás viviría la experiencia de mi primer beso. Pero, no sé cómo, yo, una niña de 14 años, sobreviví», contó Halina Birenbaum, nacida en Varsovia en 1929 y que estuvo en cuatro campos nazis, incluido Auschwitz, durante su infancia.

Tras emigrar a Israel, se convirtió en poeta y escritora.

El presidente polaco, Bronislaw Komorowski, que abrió la ceremonia oficial con un saludo a los supervivientes, expresó «respeto y reconocimiento» a los soldados soviéticos que liberaron Auschwitz.

Corregía así la torpeza de su ministro de Relaciones Exteriores, Grzegorz Schetyna, que había atribuido la semana pasada la liberación del campo a los «ucranianos», provocando la cólera de Moscú.

Poco después, Komorowski pareció, sin embargo, equiparar «los dos totalitarismos», nazi y soviético, recordando el exterminio de las élites polacas por los hombres de Stalin.

No dejen que vuelva a pasar

El recuerdo del Holocausto llevó a muchos supervivientes a reflexionar sobre la vida, la muerte y la naturaleza humana.

«Estoy aquí para recordar y para rezar por quienes se quedaron aquí para siempre», dijo a la AFP Michal Habas, quien fue deportado a Auschwitz a los 17 años.

Habas cuenta que en el campo la gente decía que era imposible que Dios existiera, después de ver las cosas que veían, como los fusilados y los mutilados.

El presidente del Congreso Judío Mundial, el estadounidense Ronald S. Lauder, alertó contra el ascenso del antisemitismo en Europa, mencionando «los últimos acontecimientos en París», donde un individuo mató a cuatro judíos en un supermercado kósher el pasado 9 de enero, en una serie de atentados que dejaron 17 muertos en la capital francesa.

Evocando el Holocausto, repitió unas palabras que se convirtieron en el lema de la ceremonia: «No dejen que vuelva a pasar».

El papa Francisco envió un mensaje en 10 idiomas a sus 7,5 millones de seguidores en Twitter: «Auschwitz es un grito de dolor que, en ese gran sufrimiento, está pidiendo un futuro de respeto, de paz y de encuentro entre los pueblos».

Por su parte el presidente norteamericano, Barack Obama, se comprometió a «no olvidar nunca» a los seis millones de judíos y muchos más que murieron a manos de la Alemania nazi.

Sanciones contra el racismo

Antes de subir al avión con destino a Auschwitz, Hollande denunció, en el Memorial de la Shoah en París, el «azote» del antisemitismo, que lleva a algunos judíos a preguntarse sobre su presencia en Francia.

Francia tiene la mayor comunidad judía de Europa y la tercera del mundo tras Israel y Estados Unidos, formada por entre 500.000 y 600.000 personas.

El presidente anunció también este martes que reforzará las sanciones contra el racismo y el antisemitismo en su país.

El número de actos antisemitas en Francia se duplicó en 2014 respecto a 2013, con un aumento del 130% de las agresiones físicas, anunció este martes el Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia.

Washington y Moscú no enviaron ninguna personalidad de primer plano a este aniversario de la liberación del campo, que también es el Día Internacional de Homenaje a las Víctimas del Holocausto.

El presidente ruso, Vladimir Putin, que no asistió a la ceremonia porque, según él, no le invitaron, lanzó un mensaje a los países occidentales a los que acusa regularmente de querer reescribir la historia. «Cualquier intento de silenciar acontecimientos, distorsionar o reescribir la historia es inaceptable e inmoral», afirmó. 

Fue el ejército soviético el que liberó en 1945 el campo de Auschwitz-Birkenau.

La ceremonia principal se cerró con el sonido del shofar, un cuerno utilizado en los rituales judíos y con plegarias por los difuntos.

Poco después, una delegación de sobrevivientes y autoridades políticas marchó sobre la nieve hasta el monumento por las víctimas de Birkenau, donde depositaron ofrendas de flores y cirios.

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