La Casa Blanca confirmó ayer la muerte de la cooperante Kayla Mueller, mantenida como rehén por el grupo Estado Islámico desde 2013 en Siria, pero negó que falleciera a consecuencia de los ataques aéreos de la coalición internacional.
La muerte de la estadounidense fue confirmada por la familia de la joven, luego por el presidente Barack Obama, quien prometió “encontrar” a los responsables.
Sin detallar las circunstancias de la muerte de Mueller, la Casa Blanca rechazó las afirmaciones del grupo yihadista, según las cuales la joven habría muerto durante un ataque. “Según nuestras informaciones, no hay pruebas de la presencia de civiles en la zona demarcada antes del ataque aéreo de la coalición”, realizado el 6 de febrero por Jordania, dijo el portavoz del Ejecutivo estadounidense, Josh Earnest.
A través de un comunicado, Obama señaló que “no importa cuánto tiempo tome, Estados Unidos encontrará y llevará ante la Justicia a los terroristas responsables de la captura y muerte de Kayla”.
Mueller, de 26 años y nacida en Arizona, había sido secuestrada en agosto de 2013 en Alepo, una ciudad devastada por la guerra en el norte de Siria.
El viernes, el EI había anunciado la muerte de Mueller, durante un bombardeo de Jordania en Raqa, pero Washington no confirmó entonces la información.
La Casa Blanca indicó que los yihadistas del EI enviaron un “mensaje privado” a la familia de Mueller, el cual fue autentificado por Inteligencia de EEUU y permitió confirmar el deceso.