Peritos de familia de Nisman indican que él no se suicidó
El informe concluye que no hubo accidente y ‘lo mataron’
El fiscal Alberto Nisman, quien denunció en enero a la presidenta Cristina Fernández, fue víctima de un homicidio, concluyó ayer un informe forense solicitado por la familia, en el que se cuestionan las actuaciones oficiales 47 días después de esta muerte que impactó a Argentina.
“Nisman no sufrió un accidente, no se suicidó, lo mataron. Su muerte es un magnicidio de proporciones desconocidas”, dijo en conferencia de prensa la jueza Sandra Arroyo, madre de las dos hijas del fiscal a las que representa.
La fiscal que investiga la muerte de Nisman, Viviana Fein, indicó que evaluará el informe para confrontarlo con las pericias oficiales y no descartó convocar a una junta médica, en rueda de prensa en la puerta de su Fiscalía.
“Ella, la doctora Arroyo Salgado, está descartando y yo no descarto ninguna hipótesis”, sostuvo, al referirse al suicidio, suicidio inducido u homicidio, las tres posibilidades que baraja la investigación oficial desde el principio de este caso, caratulado como “muerte dudosa”. “Éste es un tema de disidencia técnica de peritos. Mi cargo es ser fiscal”.
Encubrimiento. Cuatro días antes de morir, Nisman había generado un sacudón político al acusar a Fernández, a su canciller, Héctor Timerman, y a allegados del Gobierno de haber encubierto a iraníes acusados del atentado contra la AMIA, entre ellos al expresidente iraní Alí Rafsanjani. El fiscal que investigaba el atentado contra el centro judío AMIA que causó 85 fallecidos en 1994, apareció muerto el 18 de enero en el baño de su apartamento, con un disparo en la cabeza hecho con una pistola que le prestó un colaborador.
“Solo podemos concluir que Nisman fue víctima de un homicidio, sin lugar a dudas”, dijo el informe de los peritos de Arroyo Salgado, de casi 100 páginas acompañadas por fotos del cadáver.
La dirigencia de la comunidad judía, que con 300.000 miembros es la más numerosa de América Latina, dio por válido el informe de Arroyo. Con Nisman, “estamos en presencia de la víctima 86 del atentado a la AMIA”, manifestó Julio Schlosser, presidente de la organización política judía DAIA.
Tres días después del fallecimiento, la Mandataria puso en duda la versión del suicidio, pese a que antes lo había mencionado como posible, y señaló como sospechoso a un exagente de Inteligencia, Antonio Stiuso, destituido en diciembre y de estrecha relación con Nisman. Los servicios secretos argentinos fueron relacionados con el caso.
El informe de Arroyo también indicó que “el cuerpo fue movido”, dato que contradice la versión de la fiscal, quien había dicho que el cuerpo yacía en el piso del baño obstruyendo la puerta sin que ninguna persona haya entrado hasta la llegada del juez y de los peritos la noche en que se halló el cadáver.
Para Arroyo, “lamentable e irremediablemente la autopsia (oficial) derivó en conclusiones parciales, precipitadas y equivocadas, que hayan sido funcionales a el o los homicidas, contribuyendo a su impunidad”. “No existió espasmo cadavérico, porque hubo agonía”, señaló otra conclusión que cuestiona las pericias oficiales, según las cuales la mano derecha de Nisman estaba rígida con el dedo en posición de gatillar el arma Bersa calibre 22, con la que se efectuó el disparo que lo mató.
La acusación de Nisman contra la Presidenta fue retomada por el fiscal Gerardo Pollicita, quien la presentó a la justicia, que la rechazó la semana pasada por inconsistente. Sin embargo, esa decisión fue apelada el miércoles.
La cámara federal y la apelación
Instancia
La Cámara Federal debe definir en segunda instancia si hay que abrir la causa contra la Presidenta o cerrarla. El Gobierno confía en que termine archivada al considerar que la apelación es “insuficiente, muy endeble y liviana”.