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Hay al menos 140 muertos en Yemen y aún no llega la ayuda

Nuevos combates en el sur de Yemen entre rebeldes chiitas y partidarios del Presidente yemení apoyados por Arabia Saudita dejaron al menos 140 muertos, al tiempo que la Cruz Roja seguía ayer sin poder acceder con ayuda al lugar de los enfrentamientos.

En el duodécimo día de la campaña de bombardeos liderada por Arabia Saudita, los combates arreciaban en el sur, donde en las últimas 24 horas murieron al menos 140 personas, entre ellas 53 en Adén, según distintas fuentes.

La situación humanitaria empeora por horas y los hospitales, sin medicamentos, no pueden atender a los heridos, que se cuentan por centenares. Sin embargo, la ayuda del exterior aún no llega. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) evocó ayer “problemas logísticos” para brindar su asistencia.

“Tenemos las autorizaciones para enviar un avión de carga con material médico”, declaró un portavoz del CICR, Sitara Jabeen; pero en el aeropuerto de la capital, Saná, en manos de los rebeldes chiitas, “cada vez pueden aterrizar menos aparatos”, explicó.

La organización logró evacuar  a 11 miembros de su personal en Yemen, de acuerdo con el portavoz de la coalición, Ahmed Asiri. Añadió que ya están en marcha los preparativos para fletar otra aeronave.

Unas 48 toneladas de medicamentos, kits quirúrgicos, tiendas de campaña, generadores y equipamiento para reparar las redes de aprovisionamiento de agua dañadas por los bombardeos esperan el visto bueno para ser transportadas a Yemen por avión o por barco.

La situación era particularmente grave en Adén, la segunda ciudad del país, donde los combates provocaron “la muerte de 17 civiles y 10 combatientes de los comités populares”, los seguidores del mandatario Abd Rabo Mansur Hadi, en las últimas 24 horas, declaró una fuente médica.

También fallecieron 27 rebeldes hutíes en la localidad de Dhaleh, emboscados por combatientes partidarios de Hadi, según un portavoz de estos últimos. Los milicianos chiitas, apoyados por Irán, conquistaron Saná y amplios territorios en el norte y el centro del país con la ayuda de sus aliados, unos militares leales al exgobernante Ali Abdalá Saleh.