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Peñailillo, el ‘hijo político’ que Bachelet dejó caer

Fue uno de los colaboradores más leales de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y quien le pavimentó el camino para retornar al poder en 2014. Pero tras 14 meses como jefe de gabinete, en la cúspide de su carrera política, la mandataria le soltó la mano y dejó caer a Rodrigo Peñailillo.

Considerado como el «hijo político» de Bachelet, su destitución hoy supone el fin de una extensa y estrecha relación de trabajo, que comenzó a desmoronarse a principios de febrero, cuando el «hijo biológico» de la mandataria, Sebastián Dávalos, quedó en el ojo del huracán tras revelarse un millonario negocio de especulación inmobiliaria.

Con Bachelet de vacaciones en el sur de Chile, Peñailillo debió salir a hacer frente al vendaval, pero no defendió públicamente al primogénito de la mandataria ni supo contener una crisis que terminó derrumbado la popularidad de Bachelet a un mínimo histórico del 29%.

Su posterior vinculación a un sonado escándalo de financiamiento irregular de la actividad política a través del uso de boletas por servicios no prestado terminó por derrumbar la ascendente carrera política de Peñailillo, quien asumió la titularidad del gabinete con apenas 40 años.

Ingeniero comercial de profesión, casado y con dos hijos, Peñailillo fue el jefe de asesores políticos de Bachelet durante su primer gobierno (2006-2010), en un discretísimo pero clave rol al lado de la mandataria.

Una vez fuera del gobierno, viajó a España a estudiar un master en Análisis Político, pero regresó rápidamente a Chile para pavimentar su retorno al poder.

Considerado como un símbolo de la meritocracia y de la lealtad política a toda prueba, los medios le conocieron la voz a Peñailillo cuando asumió como ministro del Interior en marzo de 2014, en la cúspide su hasta allí sigilosa carrera política.

«Del lugar que yo provengo sé de la lealtad y el esfuerzo. Sé que las cosas de la vida no son fáciles. Sé que hay que trabajar duro para salir adelante con los valores y los principios entregados por nuestras familias», dijo Peñailillo este lunes, con rostro triste pero voz firme, al despedirse del gabinete.

Pero antes de abandonar definitivamente la casa de gobierno volvió a reiterar su lealtad a Bachelet: «Quiero agradecer la confianza depositada por la presidenta en mí y de verdad y de corazón, le deseo el mayor de los éxitos en el cumplimiento del programa de gobierno», afirmó.