La ONU, una enorme red pública al servicio de la armonía mundial
Creado en la Carta de las Naciones Unidas firmada el 26 de junio de 1945 en San Francisco, el sistema de Naciones Unidas nació realmente el 24 de octubre de 1945, cuando el documento fundacional fue ratificado por la mayoría de los estados signatarios.
Decenas de miles de personas trabajan a diario para Naciones Unidas, que desde hace 70 años ha venido construyendo una amplia red que se ocupa de un abanico de funciones que van desde la paz mundial hasta la promoción del yoga.
Creado en la Carta de las Naciones Unidas firmada el 26 de junio de 1945 en San Francisco, el sistema de Naciones Unidas nació realmente el 24 de octubre de 1945, cuando el documento fundacional fue ratificado por la mayoría de los estados signatarios.
Desde entonces, el Sistema de la Naciones Unidas se ha convertido en un enorme pulpo con decenas de programas, fondos específicos y agencias especializadas, que abarcan prácticamente todas las actividades humanas, aunque también su relación con la naturaleza.
La ONU fue creada después de la II Guerra Mundial «para preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra», afirmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en una de sus recientes menciones al papel de Naciones Unidas en estas siete décadas.
Pero también añadió: «Tenemos que reconocer que esa visión de nuestros padres fundadores de las Naciones Unidas no se ha realizado plenamente. El genocidio continúa. Los conflictos armados siguen todavía en muchas partes del mundo».
Según Ban Ki-moon, «el panorama de la seguridad es cada vez más complejo, porque los múltiples actores están en el campo de batalla, pero otros muchos operan detrás de las escenas».
Personalidades como el secretario de Estado español de Exteriores, Ignacio Ybáñez, piensan que la carta fundacional de la ONU sigue estando plenamente vigente», aunque, como toda institución que cumple 70 años, «también tiene cosas que mejorar».
«Los principios de la carta siguen plenamente en vigor -dijo Ybáñez a Efe-, y, al contrario, muchas de las cosas que ocurren es porque algunos no cumplen esos principios».
La seguridad sigue siendo la principal preocupación del sistema de Naciones Unidas, y desde que los «cascos azules» comenzaron a desplegarse, en 1948, han sido decenas las misiones distribuidas en todo el mundo, la última en la República Centroafricana.
Actualmente hay dieciséis operaciones de paz funcionando en tres continentes. De ellas nueve están en África, tres en Oriente Medio, una en Asia, dos en Europa y una en el Caribe.
Si en el pasado a la ONU la han acusado de ser una «fábrica de papel» con oficinas dispersas por todo el mundo, si se tiene en cuenta la distribución del personal que trabaja para la organización está lejos de esa crítica.
De acuerdo con los datos más recientes, para todo el sistema de Naciones Unidas, que incluye los dependientes de la Secretaría y entidades anexas, trabajan actualmente unas 75.000 personas.
De los cerca de 41.000 empleados dependientes de la Secretaría, que incluyen agencias especializadas como UNESCO y programas como el de UNICEF, el 19,1 % del personal está asignado a dos misiones de paz, las de Darfur (Sudán) y República Democrática del Congo (RDC) Sólo en Darfur, en una misión conjunta con la Unión Africana, la ONU tiene destinadas a 3.990 personas, y en la RDC hay 3.922 empleados cumpliendo funciones en ese atormentado país del centro de África.
Son cifras grandes si se comparan, por ejemplo, con las 6.420 personas que trabajan para la ONU en Nueva York, donde tiene su sede central Naciones Unidas y las de otros programas, o de los 3.462 empleados que hay en Ginebra.
Es más, el 7,47 % de las personas que trabajan para Naciones Unidas en todo el mundo son sudaneses y el 7,37 % son ciudadanos de la RDC, frente al 6,30 % que tiene la nacionalidad estadounidense.
En Nueva York, desde el edificio emblemático de Naciones Unidas, funcionan sus dos órganos más representativos, el Consejo de Seguridad y la Asamblea General, pero es igualmente importante su sede de Ginebra, y también las de Nairobi y Viena.
En estos 70 años de vida, el Sistema de Naciones Unidas se ha convertido en un árbitro mundial aceptado actualmente por 193 estados, con funciones como las de la Corte Internacional de Justicia o la Corte Penal Internacional que son claves para la armonía mundial.
Pero de la organización dependen otros programas o agencias mucho menos conocidas, como la Organización Marítima Internacional (OMI) o la Unión Postal Universal (UPU).
Son áreas tan diversas que se plasman, por ejemplo, en los días internacionales que promueve, un total de 129, que sirven para llamar la atención sobre diversos asuntos, desde la protección de los derechos de la mujer hasta el día de la migración de las aves.
Uno de los últimos en sumarse a la lista es el Día Internacional del Yoga, el 21 de junio, ya que la ONU cree que el hombre no sólo debe vivir en paz y en armonía, sino, como dice la resolución aprobada al respecto, debe inclinarse por estilos de vida «que no incluyan excesos de ningún tipo».