Los mecanismos para profundizar la integración a nivel del bloque, la entrada en vigor del Acuerdo Marco y la apertura a diez países como observadores son puntos de la Declaración de Paracas, firmada ayer por los presidentes de la Alianza del Pacífico.
El presidente de Perú, Ollanta Humala, quien recibió ayer la presidencia pro témpore del bloque, fue el encargado de clausurar la décima cumbre. Dijo que uno de los retos que asumirá es convertir a este organismo en “una marca de calidad” en educación, cooperación y en otros aspectos. Trabajaremos para que la Alianza del Pacífico sea en toda América Latina “sinónimo de buenas prácticas”, añadió.
En el documento, que lleva el nombre del balneario peruano en el que se celebró la cita, los gobernantes expresan su “beneplácito” por la entrada en vigor el 20 de julio del Acuerdo Marco, y por los avances en el perfeccionamiento del Protocolo Adicional, que desgravará el 92% de los aranceles en el comercio interno del bloque.
La Alianza también expresó su voluntad de “continuar estrechando” sus vínculos de cooperación con los 32 Estados observadores y dio la bienvenida a este grupo a Austria, Dinamarca, Georgia, Grecia, Haití, Hungría, Indonesia, Polonia, Suecia y Tailandia.
Los gobernantes ratificaron su “firme propósito de avanzar en la construcción de un área de integración profunda” y valoraron las reuniones que celebraron con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Ansea) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
También se comprometen a avanzar en la construcción de un área de integración profunda “que se materialice en una cada vez mayor libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas”. En ese sentido, expresaron “que el libre comercio y una inserción efectiva en el mundo globalizado, aún en momentos en que la economía internacional nos impone retos, son herramientas esenciales para nuestro desarrollo económico y social”.
Los presidentes reconocieron que “dado el contexto global”, la Alianza del Pacífico enfrenta “retos y desafíos, así como importantes áreas de oportunidad” para consolidarse “como un grupo de economías emergentes comprometidas con la implementación de políticas macroeconómicas y financieras responsables”. El dinamismo de este bloque ha atraído a países como observadores, mientras que Costa Rica y Panamá son candidatos a incorporarse a la Alianza, que constituye la octava potencia económica y la octava potencia exportadora mundial.