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Friday 19 Apr 2024 | Actualizado a 20:34 PM

Grecia pide tres años de rescate a cambio de reformar las pensiones

Urgencia. El Gobierno de Atenas mandó una carta en la que compromete acciones

Por El País

/ 9 de julio de 2015 / 05:17

Atenas ha cumplido a mediodía de ayer la primera condición para evitar su salida de la zona euro: el Gobierno griego ha formalizado ya la solicitud del tercer programa de ayuda financiera al mecanismo europeo de rescate (Mede).

“La solicitud ha llegado”, ha confirmado a El País un portavoz del Mede. Aunque la carta enviada por las autoridades griegas no menciona ninguna cifra, las fuentes consultadas estiman que la ayuda puede rondar los 50.000 millones. El rescate solicitado sería por tres años y a cambio de una reforma inmediata de las pensiones. El Mede es una inyección de medio billón de euros creado en la fase más aguda de la crisis europea.

Con esta propuesta, el Gobierno griego, encabezado por Alexis Tsipras, que horas antes ha comparecido ante el Parlamento Europeo, realiza tres grandes concesiones. La primera es que antes pedía un préstamo y ahora pide un programa completo. Esto implica que hay más condiciones y exámenes continuos. Fuentes consultadas aseguran que en un inicio estas supervisiones se harán cada mes.
Segunda concesión: una subida del IVA y la reforma de pensiones a principios de la semana que viene. En su última propuesta, la carta que Tsipras envió a Bruselas el 30 de junio, pedía retrasar a octubre esa reforma de las pensiones.

Tercer aspecto en el que Atenas cede: hasta ahora querían una reestructuración directa de la deuda. En la petición de hoy hay una referencia pero suavizada y lo aplazan, probablemente a otoño. El Gobierno griego lo formula así en su carta: “Grecia agradece una oportunidad de explorar potenciales medidas que puedan ser adoptadas para que la deuda vinculada al sector público sea sostenible y viable a largo plazo”.

El Eurogrupo de ministros de Finanzas de la zona euro, que preside Jeoren Dijsselbloem, analizó ayer en una reunión por teleconferencia. Quedan varias condiciones más por delante antes de la cumbre europea del domingo. Grecia debe detallar hoy las medidas prioritarias que propone, sobre la base de la propuesta del 30 de junio.

La canciller alemana, Angela Merkel, dejó claro el martes que esos detalles tienen que desembocar en un plan “más duro” por parte de Grecia. El Eurogrupo lo analizará el sábado. Y los líderes del euro deberían dar su visto bueno el domingo.

El BCE se ha comprometido a mantener a la banca griega —a punto de quedarse sin efectivo— a flote hasta el lunes. La carta de las autoridades griegas recalca su confianza en que “los socios entenderán la urgencia” de su petición en vista “de la fragilidad del sistema bancario, la falta de liquidez disponible” y “los vencimientos que se avecinan”.

Los socios buscan una fórmula para evitar un impago al BCE el 20 de julio, en un vencimiento de 3.300 millones. Grecia debe comprometerse a aprobar medidas prioritarias (recortes o reformas) si quiere evitar una suspensión de pagos. En paralelo, Europa debe garantizar algo de margen para que las entidades financieras, al borde del colapso por la continua salida de depósitos, no entren en bancarrota.

A finales de junio, cuando el acuerdo entre Grecia y los socios parecía a punto de firmarse, flotaba sobre la mesa de negociaciones un disenso que, por su cuantía, parecía insignificante: las instituciones europeas demandaban un recorte de los gastos militares de 400 millones de euros, mientras que Atenas solo se declaraba dispuesta a ahorrar 200. No fue la única diferencia entre ambas partes —las que frustraron la firma del acuerdo atañían al IVA y las pensiones—, pero sí la más llamativa, pues revela la importancia que reviste para el Gobierno griego —cualquiera, de cualquier signo político— la inversión en Defensa. El que dirige Alexis Tsipras no es una excepción.

Aunque el presupuesto militar en Grecia ha mermado desde que empezó la crisis, desde el 2,7% del PIB, o 6.000 millones, en 2010 (el año que se firmó el primer rescate) al 2,2% en 2014 (unos 4.000 millones), es el tercero más alto de la OTAN en relación con el PIB tras los de EEUU y Reino Unido, según datos de la OTAN.

Medidas inmediatas en Europa

– El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer el nivel actual de préstamos de urgencia (ELA) que acordó con los bancos griegos, y cuyas condiciones para otorgarlos endureció el lunes, según una fuente bancaria.

– Desde el 26 de junio, el BCE decidió un techo máximo para los préstamos ELA de casi 89.000 millones de euros.

– A la espera del resultado del referéndum en Grecia del domingo, saldado con la victoria del “No” a las propuestas de los acreedores griegos, el BCE sumió en un “coma artificial” a los bancos helenos al decidir mantener los préstamos de urgencia.

Oposición resta su respaldo a Tsipras

Grecia ha solicitado ayer formalmente el tercer rescate y, tras el ultimátum formulado el martes por los socios europeos, ha empezado a resquebrajarse el apoyo que la oposición dio al primer ministro griego, Alexis Tsipras, tras el abrumador resultado en el referéndum del domingo.

El examen tardará tiempo y entraña riesgos, pues los créditos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) solo pueden concederse en caso de que la inestabilidad financiera del país que solicita pueda suponer un peligro para la zona euro.

Es este principio, recogido en el artículo 12 del Tratado, el que invoca precisamente el Gobierno griego al solicitar el rescate. Mientras tanto, todos los partidos que el lunes cerraron filas en torno al primer ministro han dado la voz de alarma al ver que en la eurozona se habla abiertamente de la salida de Grecia del euro.

El presidente interino de los conservadores de Nueva Democracia, Vangelis Meimarakis, pidió debate inmediato en el Parlamento sobre la nueva situación y aseguró que no participará en nuevas reuniones de líderes de partidos “a puerta cerrada”.

Aludió así a la reunión de líderes celebrada el lunes en el palacio presidencial, en la que se dio un mandato de negociación a Tsipras. “Las próximas horas son críticas, está en juego la cohesión social, nuestra permanencia en la eurozona, nuestros intereses nacionales. Nunca la situación ha sido tan difícil”, dijo Meimarakis en el Parlamento, para añadir que su partido no aceptará una salida del euro sin la “legitimación de los ciudadanos”. Con ello, pidió indirectamente un nuevo referéndum para el caso de que se llegue a la situación extrema de tener que optar por la salida.

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Desembarco chino en la región y su cara amarga

FIDH. Hay violaciones de derechos en proyectos extractivos.

Por El País

/ 31 de octubre de 2018 / 04:01

China se ha puesto las botas en América Latina. Ávido de materias primas y, últimamente, por aumentar su participación en los mercados de infraestructuras y servicios, el gigante asiático ha irrumpido con fuerza como un jugador de peso en la región.

La República Popular, que aspira a relevar a los estadounidenses como primera economía mundial en la próxima década, ha creado empleo y, sobre todo, ha mantenido la llegada de flujos de inversión en un momento complicado, en pleno repliegue de los Estados Unidos (EEUU) de Donald Trump.

Pekín ha ocupado ese espacio con creces: su banco de desarrollo se ha convertido en el prestamista internacional más importante para un número no menor de países latinoamericanos, firmas como China Petroleum o Chinalco han dado un paso al frente en la misma dirección y sus inversiones en los más de 10.000 km que separan Ciudad Juárez (México) y Ushuaia (Argentina) se han multiplicado por más de 10 desde 2008.

Pero el maná de Pekín también tiene una cara amarga: el incumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos fundamentales en un número no menor de proyectos, tal y como constata la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) —que agrupa a casi 180 ONG de todo el mundo— en un informe presentado a mediados de este mes.

“Las violaciones de derechos humanos en que incurren las compañías chinas no constituyen hechos aislados, sino que demuestran un patrón de comportamiento recurrente caracterizado por el irrespeto de los derechos fundamentales y de los derechos económicos, sociales y culturales internacionalmente reconocidos”, subrayan los técnicos de la FIDH tras haber recorrido 18 explotaciones mineras, petroleras e hidroeléctricas localizadas en cinco países de la región: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú.

La federación de ONG denuncia el “continuo” ejercicio de estos “comportamientos violatorios con conocimiento de causa” y la falta de voluntad de China por monitorizar el cumplimiento de los estándares mínimos exigibles por parte de sus empresas y bancos.

“Todo ello se torna más crítico cuando se observa el alto impacto de las inversiones chinas en territorios indígenas y áreas ambiental y socialmente sensibles”, agrega. Las violaciones de derechos humanos identificadas tienen que ver con la defectuosa implementación de procesos de consulta ambiental a la población en general y, muy específicamente, a las poblaciones indígenas.

Ocurre así en el complejo hidroeléctrico de La Barrancosa-Cóndor Cliff, en el extremo sur de Argentina, donde la consulta ambiental “no cumplió los estándares mínimos”, o en el bloque petrolero boliviano de Nueva Esperanza, donde la corporación petrolera china BGP “desconoció los acuerdos y causó daños ambientales”.

Los hechos denunciados también tienen que ver —siempre según la FIDH— con la violación del derecho a la tierra y al territorio: en los proyectos mineros ecuatorianos de Mirados y San Carlos Panantza, estatales chinas habrían recurrido a la compra irregular de terrenos y a la interposición de demandas civiles contra familias sin títulos de propiedad, lo que habría ocasionado —“con el apoyo de la fuerza pública”— el desalojo forzoso y el desplazamiento involuntario de unas 40 familias indígenas.

También tienen que ver con violaciones de los derechos laborales y de asociación, sobre todo en proyectos extractivos en Ecuador y Perú, en los que los empleados han levantado la voz contra el “maltrato, los despidos ilegales y (la presencia de) accidentes previsibles” en el lugar de trabajo o, directamente, con supuestas trabas por parte de las empresas en el proceso de constitución de sindicatos.

IMPACTO. En América Latina, reconoce la FIDH, el interés económico chino levantó grandes expectativas entre la ciudadanía por la posibilidad de que se tratase de una relación en la que ambas partes saliesen beneficiadas.

Y aunque en muchos casos el impulso económico que ha supuesto la llegada en tromba de inversores del país asiático es un hecho constatable con datos, el ente con sede en París considera que, tras una década de presencia de Pekín, las comunidades impactadas por los proyectos no han visto todavía un comportamiento social y ambientalmente responsable por parte de las instituciones chinas.

“La viabilidad de una verdadera cooperación sur-sur y de relaciones de beneficio mutuo dependen en gran medida de que China tenga un compromiso genuino de bienestar de las comunidades locales y un modelo de inversión respetuoso de los derechos humanos y de la naturaleza”. Un tirón de orejas y un aviso que llega solo días antes de que la ONU haga su examen periódico sobre la situación de derechos humanos en el país más poblado del mundo.

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FIDH. Hay violaciones de derechos en proyectos extractivos.

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/ 31 de octubre de 2018 / 04:01

China se ha puesto las botas en América Latina. Ávido de materias primas y, últimamente, por aumentar su participación en los mercados de infraestructuras y servicios, el gigante asiático ha irrumpido con fuerza como un jugador de peso en la región.

La República Popular, que aspira a relevar a los estadounidenses como primera economía mundial en la próxima década, ha creado empleo y, sobre todo, ha mantenido la llegada de flujos de inversión en un momento complicado, en pleno repliegue de los Estados Unidos (EEUU) de Donald Trump.

Pekín ha ocupado ese espacio con creces: su banco de desarrollo se ha convertido en el prestamista internacional más importante para un número no menor de países latinoamericanos, firmas como China Petroleum o Chinalco han dado un paso al frente en la misma dirección y sus inversiones en los más de 10.000 km que separan Ciudad Juárez (México) y Ushuaia (Argentina) se han multiplicado por más de 10 desde 2008.

Pero el maná de Pekín también tiene una cara amarga: el incumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos fundamentales en un número no menor de proyectos, tal y como constata la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) —que agrupa a casi 180 ONG de todo el mundo— en un informe presentado a mediados de este mes.

“Las violaciones de derechos humanos en que incurren las compañías chinas no constituyen hechos aislados, sino que demuestran un patrón de comportamiento recurrente caracterizado por el irrespeto de los derechos fundamentales y de los derechos económicos, sociales y culturales internacionalmente reconocidos”, subrayan los técnicos de la FIDH tras haber recorrido 18 explotaciones mineras, petroleras e hidroeléctricas localizadas en cinco países de la región: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú.

La federación de ONG denuncia el “continuo” ejercicio de estos “comportamientos violatorios con conocimiento de causa” y la falta de voluntad de China por monitorizar el cumplimiento de los estándares mínimos exigibles por parte de sus empresas y bancos.

“Todo ello se torna más crítico cuando se observa el alto impacto de las inversiones chinas en territorios indígenas y áreas ambiental y socialmente sensibles”, agrega. Las violaciones de derechos humanos identificadas tienen que ver con la defectuosa implementación de procesos de consulta ambiental a la población en general y, muy específicamente, a las poblaciones indígenas.

Ocurre así en el complejo hidroeléctrico de La Barrancosa-Cóndor Cliff, en el extremo sur de Argentina, donde la consulta ambiental “no cumplió los estándares mínimos”, o en el bloque petrolero boliviano de Nueva Esperanza, donde la corporación petrolera china BGP “desconoció los acuerdos y causó daños ambientales”.

Los hechos denunciados también tienen que ver —siempre según la FIDH— con la violación del derecho a la tierra y al territorio: en los proyectos mineros ecuatorianos de Mirados y San Carlos Panantza, estatales chinas habrían recurrido a la compra irregular de terrenos y a la interposición de demandas civiles contra familias sin títulos de propiedad, lo que habría ocasionado —“con el apoyo de la fuerza pública”— el desalojo forzoso y el desplazamiento involuntario de unas 40 familias indígenas.

También tienen que ver con violaciones de los derechos laborales y de asociación, sobre todo en proyectos extractivos en Ecuador y Perú, en los que los empleados han levantado la voz contra el “maltrato, los despidos ilegales y (la presencia de) accidentes previsibles” en el lugar de trabajo o, directamente, con supuestas trabas por parte de las empresas en el proceso de constitución de sindicatos.

IMPACTO. En América Latina, reconoce la FIDH, el interés económico chino levantó grandes expectativas entre la ciudadanía por la posibilidad de que se tratase de una relación en la que ambas partes saliesen beneficiadas.

Y aunque en muchos casos el impulso económico que ha supuesto la llegada en tromba de inversores del país asiático es un hecho constatable con datos, el ente con sede en París considera que, tras una década de presencia de Pekín, las comunidades impactadas por los proyectos no han visto todavía un comportamiento social y ambientalmente responsable por parte de las instituciones chinas.

“La viabilidad de una verdadera cooperación sur-sur y de relaciones de beneficio mutuo dependen en gran medida de que China tenga un compromiso genuino de bienestar de las comunidades locales y un modelo de inversión respetuoso de los derechos humanos y de la naturaleza”. Un tirón de orejas y un aviso que llega solo días antes de que la ONU haga su examen periódico sobre la situación de derechos humanos en el país más poblado del mundo.

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Tiziana Terranova: ‘La nueva economía parecía una tierra llena de posibilidades’

La experta italiana en los efectos de las tecnologías de información en la sociedad describe el papel de estas nuevas formas de relacionamiento económico y social en el empleo y en el modelo de producción capitalista vigente en el mundo.

Por El País

/ 17 de octubre de 2018 / 04:02

Tiziana Terranova (1967, Italia) se muestra tan concienciada como cauta. A cada paso pone por delante a la socióloga y experta en comunicación que vive dentro de ella para no caldear el ambiente con extremismos. Investigadora, con laboratorio en la Universidad de Nápoles, pasó a fines de septiembre por Madrid para fomentar respuestas colectivas a los nuevos mercados de trabajo efímeros y a los embaucadores que predominan en la era de internet. Junto al norteamericano Trebor Scholz impartió conferencias y talleres en el Museo Reina Sofía ante un público muy joven y atento a las prevenciones y a la búsqueda de un resquicio de futuro en el frágil mercado laboral que les espera.

— ¿Me llamó la atención el título de su ciclo: “Superexplotados e infrapagados”. ¿Así estamos?

— El título viene dado de un ensayo de Trebor Scholz. Cuando apareció, la nueva economía parecía un mundo lleno de posibilidades; con el tiempo fueron muchos los que se dieron cuenta de que no era así. Todas esas nuevas opciones se nos presentan como muy atractivas cuando lo que prima es el deseo y la necesidad de trabajar. Organizarse por internet, a priori, parece que carece de costos, que no se necesita de estructuras; pero a la larga sale caro: para la sociedad y para el colectivo, sobre todo. Al principio, nos contagia un sentimiento de libertad, de flexibilidad, luego llegan los efectos colaterales. NdE. La nueva economía se basa en el rápido desarrollo y aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación. Scholz es uno de los principales críticos y analistas de la “economía colaborativa” y de las nuevas formas de “explotación”.

— ¿Cuándo nos dimos cuenta de que la utopía de internet podía llegar a ser una distopía?

— Existe la tendencia a polarizar el discurso sobre esto. De la ilusión al Black Mirror. No hay que dejarse llevar por los extremos. La realidad es que vivimos una metamorfosis social del mercado del trabajo que la tecnología transforma, pero deberíamos conseguir que se haga de un modo alternativo al que parecen apuntar las tendencias. NdE. “Black Mirror” es una serie de televisión británica que explora el lado oscuro de la tecnología.

— En su conferencia en el Museo Reina Sofía la mayoría de asistentes no llegaba a los 25 años. ¿Son los más jóvenes conscientes del impacto que estamos viviendo y de qué es lo que les espera cuando salgan al mundo laboral?

— La mayoría de mis estudiantes en la Universidad de Nápoles ya trabajan. En condiciones precarias, claro. Así que son conscientes de la gravedad y de la dureza de la situación. Creo que hemos superado aquel estado mental previo a 2008 cargado de un deseo de competitividad. Ahora vivimos una atmósfera de desilusión y de necesidad de utilizar la tecnología para organizarse alternativamente. No tanto en pro de un capitalismo ni de convertirse en propietarios, sino tendente a nuevas maneras de entenderse o aliarse de cara al trabajo o a la propia vida.

— Uno de los riesgos que afecta a la sociedad en general, pero en gran parte a la juventud, es la tentación de caer en el populismo xenófobo y neofascista que crece en Europa. Italia es un ejemplo un tanto alarmante en este sentido. ¿Por qué?

— Basta un equipo reducido en redes sociales para agitar mensajes nocivos. Pero habría que ver si éstos afectan más a los jóvenes o a los segmentos de mayores de cuarenta. No lo sé. Lo cierto es que la rabia, el deseo de encontrar puntos de vista que les expliquen qué ocurre, la sensación de impotencia, existen. Pero no tenemos datos que nos digan a quién afectan más estos mensajes. El control de los mismos sigue siendo opaco.

— Esa desilusión, esa rabia, ¿tiene que ver con la vieja estructura o con la nueva?

— Proviene de ese choque entre ambas, de esa sensación de haber cambiado una estructura antigua que no funcionaba por otra que no cumple las expectativas; que no da seguridad económica sino que ofrece competencia, fatiga, más esfuerzo y escasos incentivos. Sentirse bloqueado y capturado ahí es frustrante. Y eso se transforma en mantras que tienen que ver con discursos que apuntan a que nos han robado el futuro.

— ¿Llegan a explicarse en Europa y concretamente en Italia que ese caldo de cultivo del populismo más de ultraderecha cale en casi todos los países y en España, no, por el momento?

— No estoy segura de si se percibe esa excepción. Deberíamos centrar nuestra mirada en España para saber por qué.

— España no es la única excepción, también ocurre en Irlanda y Portugal. Pero volvamos a Italia, ¿por qué ese tumor les afecta tanto?

— Han sido años y años en que los medios, la televisión y todos los partidos se subían a una corriente antiinmigración. Desde la derecha ultra de la Liga de Umberto Bossi al principio, a Silvio Berlusconi (ex primer ministro italiano), pasando por la izquierda del Partido Democrático. Todos. No habíamos resuelto el colonialismo ni el fascismo. Matteo Salvini (actual líder de la Liga Norte) es el fruto de todo eso. NdE. La Liga Norte es un partido político italiano de ultraderecha que se niega a que el país acoga más inmigrantes.

    ‘Los jóvenes son  conscientes de la grave situación’

— ¿Por qué ha logrado él sacar tanta ventaja? ¿Es sencillamente más listo que el resto?

— Lo que propagan, y muchos están de acuerdo con ellos, es que la Liga es un partido sin precedentes. Más posmoderno, más avanzado en sus técnicas de comunicación que el resto. Pero el terreno de ahora, repito, se lo habían preparado durante dos décadas.

— ¿En qué medida influyen las noticias falsas en la cuestión de la inmigración?

— Son poderosas. Utilizan el miedo al inmigrante y ponen ejemplos de condiciones ventajosas sobre la población con esos cuentos de que ya llegan con su sueldo; o dicen que contagian enfermedades que traen consigo de sus países. Las noticias falsas tienen efecto porque se construyen sobre creencias y temores previos que, sencillamente, se confirman como reales, sin serlo. Se combaten con discursos y datos antirracistas.

— ¿Con qué armas?

— Hace falta un esfuerzo colectivo coordinado. La derecha más radical cuenta con ventaja, pero eso no quiere decir que otras sensibilidades no dispongan de armas para organizar una respuesta en la red. Hay que afrontarlo en grupo, no de manera individual.

— ¿Por qué la mentira se ha organizado más rápido que el rigor o las aproximaciones a la realidad, por no decir, la verdad?

— No lo sé. Y estudiándolo, sencillamente te das cuenta de que no hace falta mucha gente para afrontarlo. Pero es cierto, ¿por qué ahora el odio se expande mejor y más rápido que la solidaridad?

PERFIL

Nombre: Tiziana Terranova

Profesión: Socióloga

Cargo: Investigadora de la Universidad de Nápoles

EXPERTA EN COMUNICACIÓN DIGITAL

Su trabajo se enfoca en los efectos de las tecnologías en la sociedad a través de conceptos como trabajo digital y bienes comunes. Es autora de Network Culture. Politics for the Information Age y de numerosos ensayos, profesora en cultura y medios de comunicación digitales y política en el Departamento de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Nápoles, y miembro de la red universitaria libre Euronomade y de la Robin Hood Minor Asset Management Cooperative.

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Tiziana Terranova: ‘La nueva economía parecía una tierra llena de posibilidades’

La experta italiana en los efectos de las tecnologías de información en la sociedad describe el papel de estas nuevas formas de relacionamiento económico y social en el empleo y en el modelo de producción capitalista vigente en el mundo.

Por El País

/ 17 de octubre de 2018 / 04:02

Tiziana Terranova (1967, Italia) se muestra tan concienciada como cauta. A cada paso pone por delante a la socióloga y experta en comunicación que vive dentro de ella para no caldear el ambiente con extremismos. Investigadora, con laboratorio en la Universidad de Nápoles, pasó a fines de septiembre por Madrid para fomentar respuestas colectivas a los nuevos mercados de trabajo efímeros y a los embaucadores que predominan en la era de internet. Junto al norteamericano Trebor Scholz impartió conferencias y talleres en el Museo Reina Sofía ante un público muy joven y atento a las prevenciones y a la búsqueda de un resquicio de futuro en el frágil mercado laboral que les espera.

— ¿Me llamó la atención el título de su ciclo: “Superexplotados e infrapagados”. ¿Así estamos?

— El título viene dado de un ensayo de Trebor Scholz. Cuando apareció, la nueva economía parecía un mundo lleno de posibilidades; con el tiempo fueron muchos los que se dieron cuenta de que no era así. Todas esas nuevas opciones se nos presentan como muy atractivas cuando lo que prima es el deseo y la necesidad de trabajar. Organizarse por internet, a priori, parece que carece de costos, que no se necesita de estructuras; pero a la larga sale caro: para la sociedad y para el colectivo, sobre todo. Al principio, nos contagia un sentimiento de libertad, de flexibilidad, luego llegan los efectos colaterales. NdE. La nueva economía se basa en el rápido desarrollo y aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación. Scholz es uno de los principales críticos y analistas de la “economía colaborativa” y de las nuevas formas de “explotación”.

— ¿Cuándo nos dimos cuenta de que la utopía de internet podía llegar a ser una distopía?

— Existe la tendencia a polarizar el discurso sobre esto. De la ilusión al Black Mirror. No hay que dejarse llevar por los extremos. La realidad es que vivimos una metamorfosis social del mercado del trabajo que la tecnología transforma, pero deberíamos conseguir que se haga de un modo alternativo al que parecen apuntar las tendencias. NdE. “Black Mirror” es una serie de televisión británica que explora el lado oscuro de la tecnología.

— En su conferencia en el Museo Reina Sofía la mayoría de asistentes no llegaba a los 25 años. ¿Son los más jóvenes conscientes del impacto que estamos viviendo y de qué es lo que les espera cuando salgan al mundo laboral?

— La mayoría de mis estudiantes en la Universidad de Nápoles ya trabajan. En condiciones precarias, claro. Así que son conscientes de la gravedad y de la dureza de la situación. Creo que hemos superado aquel estado mental previo a 2008 cargado de un deseo de competitividad. Ahora vivimos una atmósfera de desilusión y de necesidad de utilizar la tecnología para organizarse alternativamente. No tanto en pro de un capitalismo ni de convertirse en propietarios, sino tendente a nuevas maneras de entenderse o aliarse de cara al trabajo o a la propia vida.

— Uno de los riesgos que afecta a la sociedad en general, pero en gran parte a la juventud, es la tentación de caer en el populismo xenófobo y neofascista que crece en Europa. Italia es un ejemplo un tanto alarmante en este sentido. ¿Por qué?

— Basta un equipo reducido en redes sociales para agitar mensajes nocivos. Pero habría que ver si éstos afectan más a los jóvenes o a los segmentos de mayores de cuarenta. No lo sé. Lo cierto es que la rabia, el deseo de encontrar puntos de vista que les expliquen qué ocurre, la sensación de impotencia, existen. Pero no tenemos datos que nos digan a quién afectan más estos mensajes. El control de los mismos sigue siendo opaco.

— Esa desilusión, esa rabia, ¿tiene que ver con la vieja estructura o con la nueva?

— Proviene de ese choque entre ambas, de esa sensación de haber cambiado una estructura antigua que no funcionaba por otra que no cumple las expectativas; que no da seguridad económica sino que ofrece competencia, fatiga, más esfuerzo y escasos incentivos. Sentirse bloqueado y capturado ahí es frustrante. Y eso se transforma en mantras que tienen que ver con discursos que apuntan a que nos han robado el futuro.

— ¿Llegan a explicarse en Europa y concretamente en Italia que ese caldo de cultivo del populismo más de ultraderecha cale en casi todos los países y en España, no, por el momento?

— No estoy segura de si se percibe esa excepción. Deberíamos centrar nuestra mirada en España para saber por qué.

— España no es la única excepción, también ocurre en Irlanda y Portugal. Pero volvamos a Italia, ¿por qué ese tumor les afecta tanto?

— Han sido años y años en que los medios, la televisión y todos los partidos se subían a una corriente antiinmigración. Desde la derecha ultra de la Liga de Umberto Bossi al principio, a Silvio Berlusconi (ex primer ministro italiano), pasando por la izquierda del Partido Democrático. Todos. No habíamos resuelto el colonialismo ni el fascismo. Matteo Salvini (actual líder de la Liga Norte) es el fruto de todo eso. NdE. La Liga Norte es un partido político italiano de ultraderecha que se niega a que el país acoga más inmigrantes.

    ‘Los jóvenes son  conscientes de la grave situación’

— ¿Por qué ha logrado él sacar tanta ventaja? ¿Es sencillamente más listo que el resto?

— Lo que propagan, y muchos están de acuerdo con ellos, es que la Liga es un partido sin precedentes. Más posmoderno, más avanzado en sus técnicas de comunicación que el resto. Pero el terreno de ahora, repito, se lo habían preparado durante dos décadas.

— ¿En qué medida influyen las noticias falsas en la cuestión de la inmigración?

— Son poderosas. Utilizan el miedo al inmigrante y ponen ejemplos de condiciones ventajosas sobre la población con esos cuentos de que ya llegan con su sueldo; o dicen que contagian enfermedades que traen consigo de sus países. Las noticias falsas tienen efecto porque se construyen sobre creencias y temores previos que, sencillamente, se confirman como reales, sin serlo. Se combaten con discursos y datos antirracistas.

— ¿Con qué armas?

— Hace falta un esfuerzo colectivo coordinado. La derecha más radical cuenta con ventaja, pero eso no quiere decir que otras sensibilidades no dispongan de armas para organizar una respuesta en la red. Hay que afrontarlo en grupo, no de manera individual.

— ¿Por qué la mentira se ha organizado más rápido que el rigor o las aproximaciones a la realidad, por no decir, la verdad?

— No lo sé. Y estudiándolo, sencillamente te das cuenta de que no hace falta mucha gente para afrontarlo. Pero es cierto, ¿por qué ahora el odio se expande mejor y más rápido que la solidaridad?

PERFIL

Nombre: Tiziana Terranova

Profesión: Socióloga

Cargo: Investigadora de la Universidad de Nápoles

EXPERTA EN COMUNICACIÓN DIGITAL

Su trabajo se enfoca en los efectos de las tecnologías en la sociedad a través de conceptos como trabajo digital y bienes comunes. Es autora de Network Culture. Politics for the Information Age y de numerosos ensayos, profesora en cultura y medios de comunicación digitales y política en el Departamento de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de Nápoles, y miembro de la red universitaria libre Euronomade y de la Robin Hood Minor Asset Management Cooperative.

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Podrá verse a Mercurio atravesando el Sol hoy

Para poder observar el fenómeno es necesario  tener filtros solares

Por El País

/ 9 de mayo de 2016 / 08:07

 Los planetas del Sistema Solar giran alrededor del Sol aproximadamente en un mismo plano. Este hecho da lugar a que, algunas veces, los planetas Mercurio y Venus, que están situados entre el Sol y la Tierra, pasen por delante del disco solar vistos desde nuestro planeta. Esta situación acontece este lunes, día en que veremos a Mercurio pasar por delante del Sol.

Para observar el tránsito de Mercurio es necesario disponer de un telescopio y de los filtros astronómicos adecuados para observar el Sol sin peligro: filtros solares de cristal óptico o Mylar. No se pueden usar radiografías, cristales ahumados u otros filtros de soldador o no homologados. Es muy peligroso mirar al Sol sin la protección adecuada.

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