Los kurdos rompen la tregua con Turquía
Ankara cambia su estrategia y ataca al EI en Siria
El Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) puso fin al alto el fuego que mantenía desde hace dos años en la guerra con Turquía después de que aviones turcos atacaran ayer posiciones kurdas en el norte de Irak.
“El ataque de guerra total del Estado turco ha abolido las condiciones para mantener nuestro alto el fuego”, aseguró el PKK en un comunicado distribuido hoy por la agencia de noticias kurda. “Contra futuros ataques desarrollaremos una resistencia total, basada en el derecho a la defensa propia y con el histórico deber de proteger la libertad y la democracia”, conluye el comunicado.
La guerrilla de los kurdos de Turquía respondió así a los bombardeos que cazas turcos realizaron en la madrugada del viernes al sábado sobre los cuarteles generales y diversos refugios y almacenes de la guerrilla del PKK en los montes Kandil, en el norte de Irak. Los ataques mataron a un miembro de la cúpula guerrillera e hirieron a numerosos civiles, según afirmó el PKK. Es el segundo ataque aéreo turco en un mes contra los refugios de los kurdos desde que la guerrilla proclamó un alto el fuego unilateral en marzo de 2013 y trasladó a gran parte de sus militantes a Irak.
Violencia. A la vez que atacaba al PKK en el norte de Irak, Turquía bombardeó las posiciones de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en el norte de Siria. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, aununció además que ya ha dado instrucciones para nuevos bombardeos tanto en Siria como en Irak: “estas operaciones continuarán desde el aire y desde tierra. Nadie debe dudar de nuestra firmeza”.
Éste es el resultado de una espiral de violencia que nadie ha querido parar y que comenzó el lunes cuando un joven turco asesinó a 32 militantes prokurdos con un ataque suicida. En represalia por este atentado, el PKK asesinó a dos policías el miércoles. Davutoglu admitió ayer que ha habido 281 “actos terroristas” en Turquía desde el 7 de junio.
La campaña de bombardeos supone un importante giro en la política del gobierno islamista conservador turco, que es acusado por sus aliados occidentales de hacer la vista gorda e incluso de apoyar al EI y al PKK en su guerra contra el régimen del presidente sirio Bashar al Asad. En otra señal del cambio estratégico, las autoridades de Turquía autorizaron a Estados Unidos y a otros países de la coalición antiyihadista a que usen sus bases militares en el sur del país para organizar ataques contra el EI en Siria e Irak.