El primer ministro griego Alexis Tsipras no perdió tiempo ayer tras haber obtenido el suministro de 26.000 millones de euros ($us 29.000 millones) en el marco del nuevo plan de ayuda a Grecia, y renunció en busca de solidificar su base en nuevas elecciones.
“Ahora que este difícil ciclo finalizó, someteré a su juicio todo lo que hemos realizado”, declaró Tsipras durante una corta alocución televisada. Dijo tener “la conciencia tranquila” y aseguró haber “resistido a las presiones y chantajes”, para enseguida partir a presentarle su dimisión al presidente de la República, Prokopis Pavlopoulos. Las elecciones se realizarían el 20 de septiembre.
El Primer Ministro se vio presionado para convocar a estas elecciones anticipadas después de haber perdido el quórum en el seno de su partido Syriza (izquierda radical), por las divisiones internas.
Este anuncio, que no se esperaba fuera tan prematuro, tampoco fue sorpresivo. Tras haber sido elegido en enero merced a un programa que criticaba los dos anteriores planes de ayuda impuestos al país en 2010 y 2012 por un monto de 240.000 millones de euros, Tsipras terminó por firmar un tercero, el 13 de julio, para evitar la salida de Grecia de la zona euro.
A pesar de sus idas y vueltas, Tsipras sigue siendo popular entre una gran parte de la población que detesta a los dos principales partidos de oposición, Nueva Democracia (derecha) y PASOK (socialista).
Elegido a fines de enero con una mayoría de 36%, Tsipras llegó al poder con la promesa de acabar con las duras políticas de austeridad impuestas al país desde 2010. Finalmente, tras cerca de seis meses de arduas negociaciones con los acreedores, Tsipras cedió a las presiones de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener el rescate y evitar así la salida del país del euro, que hubiera tenido graves consecuencias para Grecia.