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Escándalo en el Vaticano, un cura es detenido por divulgar secretos

El Vaticano detuvo ayer a un sacerdote español acusado de divulgar documentos confidenciales que contienen datos sensibles sobre las finanzas de la Santa Sede, en un caso considerado una reedición del conocido como Vatileaks.

El español Lucio Ángel Vallejo Balda fue detenido junto a la seglar italiana Francesca Chaouqui, experta en comunicación, que quedó en libertad a las pocas horas. Ambos habían formado parte de la comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (Cosea), un grupo ya disuelto que el papa Francisco creó hace dos años atrás para investigar las cuentas vaticanas y poner orden en éstas.

Vallejo Balda ya se vio involucrado en la polémica el día de la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, en mayo del año pasado, cuando organizó un lujoso y caro almuerzo en la azotea de la Prefectura de Asuntos Económicos. Fue desaprobado por el Sumo Pontífice por haber traicionado los principios de austeridad y simplicidad que éste impulsa. Ahora se encuentra, por el momento, en detención preventiva y la Fiscalía vaticana —que ha informado que llevaba “varios meses” investigando—, decidirá en los próximos días si le acusa definitivamente.

Denuncia. De acuerdo con las publicaciones de la prensa italiana, fueron robados datos importantes del computador del italiano Libero Milone, auditor externo, a quien el Vaticano solicitó controlar sus finanzas en el marco de las reformas impulsadas por Francisco. El diario Il Corriere della Sera informa que Milone presentó el viernes pasado una denuncia por violación de datos informáticos. Desaparecieron “documentos sobre las revisiones contables o sobre la reorganización de los dicasterios (ministerios vaticanos)”. Si Vallejo Balda es el responsable, supondría “una grave traición a la confianza otorgada por el Papa”, sostiene el periódico italiano.

Hacer público material clasificado es un delito contemplado por la legislación del Vaticano, que de forma general prevé penas de entre seis meses y dos años de reclusión a quien “se apropie ilegalmente o revele noticias o documentos que esté prohibido divulgar”. Pero si los papeles afectan a “intereses fundamentales o relaciones diplomáticas” del Estado de la Ciudad del Vaticano, la pena sería de entre cuatro y ocho años.

Vallejo Balda es doctor en Teología y está especializado en asuntos económicos. Es miembro de la asociación Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, que pertenece a la obra conservadora Opus Dei, aunque no cuenta con el derecho de intervenir ni hablar en nombre de ésta, según señaló en un comunicado su dirección en Roma. El Opus Dei manifestó ayer, mediante un nota de prensa, que no dispone “de ninguna información sobre el caso”. “Si la acusación fuese cierta, sería particularmente doloroso por el daño hecho a la Iglesia”.

Casos. El Vaticano se ha visto afectado en los últimos meses por varias especulaciones, acrecentadas durante el Sínodo Ordinario de Obispos sobre la familia, que se celebró entre el 4 y el 25 de octubre. Entre ellas destacó la supuesta noticia de que el Pontífice argentino sufría un tumor cerebral, que fue desmentida rápidamente por el Vaticano. También se filtró el contenido de una carta en la que supuestamente 13 cardenales mostraban al Papa su descontento ante el desarrollo del Sínodo.

De este modo el Vaticano revive el Vatileaks, un escándalo que estalló en 2012 después de que parte de la correspondencia de Benedicto XVI fuera robada de su escritorio y divulgada por su mayordomo, Paolo Gabriele. Este caso debilitó gravemente el pontificado del Papa alemán, quien renunció al cargo en 2013 alegando motivos de salud.

Además, dos libros que prometen ofrecer revelaciones escandalosas sobre las finanzas de la Santa Sede serán publicados esta semana por dos periodistas. El Vaticano ha anunciado que examinará los textos y que, si es el caso, denunciará a sus autores y la editorial. Uno de los autores ya escribió otro libro sobre las cartas robadas a Benedicto XVI. “Publicaciones de este tipo no sirven para aclarar ni a llegar a la verdad, sino a generar confusión y dar interpretaciones parciales y tendenciosas”, afirmó el Vaticano en un comunicado.