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Opositor Macri saca ventaja de debate presidencial inédito en Argentina

El candidato opositor a la Presidencia de Argentina, Mauricio Macri, reforzó su posición «ganadora» con el inédito debate que protagonizó este domingo con el oficialista Daniel Scioli, de cara a la segunda vuelta de las elecciones del próximo domingo.

Gestos de dominio sobre el rival, iniciativa para pasar a la ofensiva en ciertos tramos, un cierto aire de comodidad y astucia para imponer la discusión en términos de cambio o continuidad dejaron a Macri, candidato del frente conservador Cambiemos, si no como un claro ganador, al menos como el de mejor desempeño en el debate.

«Macri se desenvolvió mejor, lo empujó a Scioli hacia el kirchnerismo, con cierta e inesperada ofensiva. Lo pudo arrinconar», dijo hoy a Efe el director de la consultora Isonomía, Pablo Knopoff.

Según el experto, en el debate, el primero que se realiza en Argentina entre dos candidatos a un balotaje, Scioli no logró romper con la idea de que Argentina está en un «momento de cambio», encarnado por Macri, «ni despegarse del kirchnerismo o marcar cierta autonomía» respecto del Gobierno de Cristina Fernández.

«Scioli en ningún momento pudo manifestarse de manera autocrítica respecto del Gobierno. Ahí también hay un reflejo del poder de la presidenta, que limita la candidatura de Scioli», apuntó Knopoff.

Fuera de este «posicionamiento estratégico» de Macri, de presentar a Scioli como la continuidad del Gobierno y a él como el cambio, el analista notó que en el contrapunto entre ambos «hubo muchas preguntas y pocas respuestas».

En los hechos, el debate no arrojó grandes novedades respecto de las propuestas de los postulantes, ya formuladas en la campaña.

Además, temas urticantes, como la muerte del fiscal Alberto Nisman, las investigaciones por presunta corrupción a cargos del Gobierno o el proceso contra Macri por supuestas escuchas ilegales, quedaron fuera de los intercambios.

Según el analista político Rosendo Fraga, el efecto del debate televisivo, que cosechó altos índices de audiencia, «no pareció ser suficiente para alterar el efecto ‘ganador’ que, a partir del resultado de la primera vuelta, se volcó a favor de Macri».

En la primera vuelta del pasado 25 de octubre, Scioli quedó en primera posición, con un 37,08 %, pero menos de lo que le auguraban las encuestas, mientras que Macri, con el 34,15 %, si bien quedó segundo, al lograr un desempeño mejor al que esperaba, arrancó la campaña hacia el balotaje con impronta de ganador.

Fraga destacó en un informe que la de este domingo «ha sido la única oportunidad en la larga campaña electoral en la cual los votantes han estado concentrados en lo que dicen los candidatos, aunque después recuerden más su imagen que sus palabras».

«La realidad es que en este tipo de debates suele importar más la forma que el contenido. Es que al día siguiente se recuerda más la imagen física y la forma de expresión de un candidato antes que el contenido de su discurso. Desde este punto de vista, Macri posiblemente lució más sereno y menos tenso que su adversario», apuntó.

Con este diagnóstico coincide el antropólogo y experto en comunicación no verbal Sergio Rulicki, quien observó que Macri sonrío más, redondeó todas sus ideas en el tiempo asignado, tuvo fluidez en el discurso y se notó que «se sentía más cómodo».

Rulicki apuntó a Efe que, por el contrario, Scioli hizo gestos con su dedo índice, de manera acusatoria, «lo cual lo pone en un lugar más hostil o a la defensiva», tuvo que ser llamado al orden por los moderadores por no respetar los tiempos asignados y habló haciendo pausas que denotan que «la carga cognitiva que tenía para elaborar respuestas era mucho mayor a la de Macri».

Un acto de comunicación no verbal, de hecho, ha sido uno de los elementos más comentados del debate: el beso que Juliana Awada le estampó en la boca a su esposo, Macri, al finalizar el debate, mientras que Scioli y su mujer se saludaron con un beso en la mejilla.

Un beso que podría traducirse en votos ya que, según Rulicki, los votantes, en particular aquellos que no tienen una posición tomada de adhesión hacia uno u otro postulante, «se fijan en aspectos que tienen que ver con la humanidad de los candidatos, más allá de la dimensión ideológica».